Abusos sexuales, borracheras y racismo en el corazón inmobiliario de Londres
Varias empleadas de Foxtons, una de las mayores agencias de la capital británica, denuncian comportamientos inadecuados que los directivos habrían tratado de ocultar o de los que eran directamente cómplices

En sus dos años en Foxtons, una de las agencias inmobiliarias más grandes de Londres, Lucy relata que algunos jefes y compañeros le metieron mano, le enviaron mensajes sexuales explícitos, hablaron sobre su peso en los chats de WhatsApp del trabajo y le dijeron que abriera una cuenta en OnlyFans.
Cuando denunció esta situación a su superior, según le confesó a Bloomberg News, él le dijo que tenía la piel muy fina. “Todas pasan por eso”, recuerda que le dijo una colega. Terminó en el hospital por estrés relacionado con el trabajo, según confirman sus certificados médicos.
Todo empezó en 2023, cuando un director de ventas de la lujosa oficina de Lucy en el centro de Londres empezó a enviarle mensajes subidos de tono, que ella aporta como prueba, en los que hacía comentarios sobre su cuerpo y decía que quería tener sexo con ella. En ese momento, Lucy tenía 21 años —su nombre es un alias que se utiliza para proteger su privacidad— y no dijo nada en casa para no preocupar a sus padres. No pasó mucho tiempo antes de que su comportamiento fuera a más. El director de ventas, que era unos 20 años mayor que Lucy, le agarraba la mano o intentaba besarla en la oficina. Los registros de WhatsApp muestran que le enviaba a ella y a otras colegas fotos y vídeos explícitos de sí mismo, a veces hasta a las tres de la mañana, y les pedía fotos a cambio.
Una noche, después del trabajo, en el bar, otro empleado de alto rango le dio una palmada en el trasero a Lucy cuando ella pasaba con una bebida en cada mano, narra. Comenzó a tener pesadillas y lloraba durante largos períodos casi todos los días. Tenía miedo de denunciar al director de ventas ante el equipo de recursos humanos de Foxtons, pero finalmente llamó para quejarse de lo que había pasado en el pub. El responsable de este área le preguntó si estaba segura, y le dijo que el hombre en cuestión era muy querido. Además, le advirtió de que no abordarían la denuncia a menos que Lucy presentara una denuncia ante la policía. Eso le iba a generar mucho más estrés por lo que se echó a llorar y se retractó de su declaración.
Su historia no es un caso aislado. Once mujeres, entre empleadas y exempleadas de Foxtons, reconocieron a Bloomberg que sus compañeros de trabajo las habían sometido repetidamente a contacto físico no deseado, solicitudes de sexo u otros comentarios explícitos y ofensivos entre 2021 y 2024. Ocho de las mujeres dijeron que se habían quejado a su jefe o al departamento de recursos humanos y que no habían recibido ningún tipo de ayuda. Todas señalan que sus jefes, que se suponía que debía protegerlas, estaban al tanto de los comportamientos inapropiados y los ignoraron o fueron cómplices de ellos. La mayoría de las víctimas tenía poco más de 20 años y para nueve de ellas era su primer empleo.
“Nos preocupa que algunas compañeras hayan contado a Bloomberg haber sufrido comportamientos ofensivos y les instamos a que lo denuncien mediante un proceso de denuncia independiente y confidencial”, explica un portavoz de la empresa en un comunicado enviado por correo electrónico. “Cualquier asunto de acoso sexual o mala conducta se toma con extrema seriedad, se investiga a fondo y no se tolera de ninguna manera en Foxtons”, añade.
Temor a represalias
Este reportaje se basa en entrevistas con más de 20 empleados de Foxtons, así como en registros legales y laborales, correos electrónicos, capturas de pantalla y otra documentación. Los empleados pidieron no ser identificados por temor a represalias. Todos ellos trabajaron para la compañía entre 2020 y 2025. Es decir, que muchas eran empleadas de la firma inmobiliaria cuando Guy Gittins se convirtió en director ejecutivo en septiembre de 2022.
Además de los manoseos y los mensajes subidos de tono, varias de las personas entrevistadas subrayan que muchos de sus compañeros pronunciaban comentarios racistas o antisemitas, y que el consumo excesivo de alcohol y la conducción en estado de ebriedad eran algo habitual. Hace dos años, un empleado de alto rango presentó una serie de acusaciones de acoso sexual y discriminación directamente a Gittins, quien dijo que no podía abordar la denuncia personalmente. El exempleado dice que un gerente le ofreció más clientes potenciales si dejaba de hablar sobre el acoso. Como no aceptó este chantaje, según su versión, la agencia inmobiliaria primero lo privó de clientes y después lo despidió por bajo rendimiento.
Una serie de multinacionales han sido acusadas de prácticas laborales tóxicas en el Reino Unido en los últimos tiempos, entre ellas, McDonald’s, Lloyd’s, el hedge fund Odey Asset Management o Savills. Más de una cuarta parte de los incidentes de acoso sexual en Inglaterra y Gales se producen en el trabajo, según las últimas cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales, y el sector inmobiliario tiene desde hace tiempo una reputación dudosa en este campo. En el caso de Foxtons lo que llama la atención es la juventud e inexperiencia de gran parte de su plantilla. Esta firma se ha considerado tradicionalmente como la entrada natural para jóvenes talentos que comienzan su carrera en la venta de pisos y que luego dan el salto a las firmas líderes del sector.
“Es fundamental que su primera experiencia en el lugar de trabajo sea positiva y que cualquier incidente se resuelva rápidamente, de lo contrario podría haber consecuencias de gran alcance tanto para la persona como para la industria”, explica Claire McCartney, gerente de políticas y prácticas en el Chartered Institute of Personnel and Development, organismo especializado en temas laborales. “Si algo terrible te sucede, puede afectar tu salud mental y minar tu confianza para el resto de tu carrera”.
Cuatro exempleados aseguran que algunos directivos de Foxtons fueron despedidos por mantener relaciones sexuales con miembros de sus equipos o por conducir ebrios en los últimos años. Algunos de los miembros del personal acusados de mala conducta ya no están en la empresa. Sin embargo, otros han permanecido en la compañía incluso después de que salieran a la luz sus malas prácticas.
Foxtons es la agencia inmobiliaria más conocida de Londres, con más de 50 sucursales y una flota de Mini Coopers que transportan a su personal y a los clientes por toda la ciudad. La empresa vende una propiedad cada 88 minutos y 13.000 nuevos compradores e inquilinos se registran cada semana en su base de datos. Gittins, su actual responsable, comenzó su carrera en la empresa a principios de la década de 2000 y luego trabajó en empresas rivales como Savills y Chestertons antes de reincorporarse a Foxtons en 2022.
Algunas de las personas que han hablado con Bloomberg describieron a Foxtons como un lugar de trabajo “divertido” o “social”. Otras criticaron un ambiente agresivo que dejaba a algunos empleados expuestos a un trato injusto. Ese ambiente había precedido al nombramiento de Gittins y hay señales de que el director ejecutivo está tomando medidas para cambiar la cultura corporativa, incluyendo la reducción del acceso al alcohol y la mejora de la capacitación contra el acoso sexual. Sin embargo, los problemas continuaron bajo su liderazgo, como recuerdan los 14 empleados que han participado en este reportaje.
Para tener éxito en su trabajo, los agentes inmobiliarios como Lucy necesitan un flujo constante de “clientes potenciales” que buscan comprar, alquilar o vender una propiedad. En Foxtons, esos clientes se distribuyen desde la oficina central a cada sucursal. La cantidad de cuentas que maneja un empleado puede variar según la ubicación, el valor de la propiedad y si se ocupan de alquileres o ventas. Desde la oficina central, un equipo de evaluación es el que asigna clientes a los agentes, por lo que su poder para impulsar o trabar las carreras profesionales de los empleados es muy alto.
Varios empleados aseguran que se les daban “pistas calientes” sobre potenciales buenos clientes a los agentes que caían en gracia en la oficina central o que consideraban sexualmente atractivos y “pistas débiles” a los que no les gustaban. Lucy indica que no recibió ninguna pista en las semanas siguientes a una queja que interpuso porque un superior le gritó hasta hacerla llorar. Otra exempleada subraya que se le privó de nuevos clientes después de rechazar las insinuaciones sexuales de un directivo.

“Ponte sexy”
Según los entrevistados, Foxtons puede ser un lugar de trabajo muy competitivo. Los gerentes a veces les decían a las mujeres que usaran zapatos de tacón alto y ropa “femenina o sexy”. Cinco exempleados dicen que habían oído a gerentes y directores de área, todos hombres, hacer comentarios obscenos sobre las mujeres que acudían a la oficina para entrevistas. Tres de las mujeres que participan en el reportaje sintieron que la charla inicial era una forma de ponerlas a prueba, para ver si encajaban en el ambiente laboral o si era probable que se quejaran.
Una exempleada explica que un colega comenzó a hacerle comentarios sexuales el primer día de trabajo en 2022, cuando regresaban en coche de una visita a una propiedad. En el camino desde el aparcamiento hasta la oficina, la empujó contra una pared y le tocó los pechos. La joven de 20 años dijo que se lo contó a su gerente unos meses después, quien le respondió: “Así es él”. En otra ocasión, recordó, su director de área le pidió tener sexo y más tarde le dijo que, si hubiera aceptado, “ya la habrían ascendido”.
Los entrevistados también hablaron con Bloomberg sobre conductas de acoso relacionadas con la raza y la religión. Cinco profesionales que trabajaron para la empresa entre 2021 y finales de 2024 señalan que los directivos hicieron comentarios sobre sus acentos extranjeros. Uno de ellos fue llamado “inmigrante” por un gerente de ventas, quien en otra ocasión hizo un comentario fuera de lugar en respuesta a una imagen antisemita publicada en un chat de WhatsApp de Foxtons, según muestran varias capturas de pantalla. El portavoz de Foxtons describe este incidente como “inaceptable” y asegura que la empresa ya tomó “las medidas apropiadas”.
En el Reino Unido, la ley contra la discriminación protege a los trabajadores frente a un trato menos favorable que el de otros debido a su raza, sexo y otras características. Sin embargo, los empleados suelen ser reacios a emprender acciones legales contra las empresas por discriminación. Los costes financieros y de reputación suelen ser elevados y los fallos favorables son difíciles de conseguir. Según un informe de la Resolution Foundation, menos del 1% de los casos de discriminación llegan a los tribunales en Inglaterra y Gales.
En las reuniones habituales de los viernes de Foxtons, decenas de agentes de distintas sucursales se reúnen en una de las oficinas de la empresa en el centro de Londres para escuchar sus respectivos informes de ventas. El ambiente del evento desprende gran competitividad. En el pasado se proporcionaba vino, cerveza y champán, aunque desde aproximadamente mediados de 2023, los gerentes han animado al personal a ir al pub o traer su propio alcohol, según tres fuentes consultadas. Seis exempleados de Foxtons aseguran que los directivos los habían presionado para que bebieran, incluso después de que dijeran que conducían o que no les gustaba el alcohol. El portavoz de Foxtons subraya que Gittins había “eliminado el alcohol en las reuniones de los viernes” como parte de un esfuerzo por cambiar la cultura de la empresa.
“El acoso más severo prospera en los lugares de trabajo donde los líderes aceptan las llamadas bromas sexuales”, según Jemima Olchawski, directora ejecutiva del grupo activista Fawcett Society, hablando en términos generales sobre la cultura de la oficina. “Los jóvenes que presenciarán esto serán los mismos que tomarán decisiones futuras sobre el funcionamiento de un lugar de trabajo”.
Lucy ha estado sin trabajo desde que dejó Foxtons. Ha seguido recibiendo mensajes de texto del exdirector de ventas, el mismo que la tocaba y le enviaba mensajes, según los registros a los que tuvo acceso Bloomberg. Si bien ella nunca lo denunció, otros presentaron quejas y el acosador ya no está en Foxtons. La empresa dice que tomó “medidas drásticas”. Foxtons es una parte clave del sector inmobiliario del Reino Unido, cree Lucy, por lo que muchos empleados no quieren hablar. Sin una buena primera referencia, dice, la gente teme que sus carreras se acaben cuando apenas han comenzado.
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