Edouard Carmignac: “Trump está dispuesto a llevar las cosas al límite a pesar del riesgo económico que eso conlleva”
El fundador de la gestora de fondos francesa cree que el crecimiento de España, basado en el turismo, el dinero aportado por la Unión Europea y la inmigración, no es sostenible a medio plazo si no se hacen reformas
![Edouard Carmignac](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BUUJ3RM6CRAH3IYIC2ODG5774U.jpg?auth=b81b43be874865e8d90accf3d7a367451390ee0ebefc6ad92189616a24f294c0&width=414)
![David Fernández](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F469ffcba-5b5a-4c0a-9a48-61b153b01dda.jpg?auth=adea1899a55681464ee73095d140882ac7f3488515089552afecc328fe369bd3&width=100&height=100&smart=true)
En pleno corazón de París, entre la Embajada estadounidense y el palacio del Elíseo, está el Pabellón Gabriel. Allí celebró Carmignac el pasado 23 de enero su reunión anual con clientes. Fue un evento especial ya que la gestora de fondos, fundada en 1989, había cumplido su 35º aniversario. Durante casi dos horas, diferentes portavoces de la firma fueron desgranando los hitos logrados durante este tiempo, además de presentar sus previsiones de inversión para el ejercicio 2025.
El plato fuerte llegó al final con la intervención de su fundador y presidente. Edouard Carmignac alabó a Donald Trump — “sus políticas de menor regulación y reducción del gasto público favorecerán el clima inversor en EE UU”—, mostró su admiración por el presidente argentino, Javier Milei — “estuve con él en la Casa Rosada y es una persona muy lista”—, ninguneó al nuevo primer ministro francés, François Bayrou, al que definió como “el alcalde de Pau”, y pronosticó que los partidos conservadores se harán cada vez con más poder en todo el mundo — “el crecimiento global se ralentiza y las políticas de redistribución de la izquierda ya no funcionan”—.
Ese mismo día, ya por la tarde, Carmignac (París, 78 años) recibió a EL PAÍS, que había sido invitado a la reunión anual junto a otros medios europeos. El encuentro tuvo lugar en su despacho, ubicado en la Place Vendôme, epicentro del lujo mundial, presidido por un cuadro de Mao firmado por Andy Warhol, una felicitación navideña de Carlos III, rey del Reino Unido, y una foto con los Rolling Stones, su grupo favorito. Con un español con giros latinoamericanos —pasó su infancia en Perú, donde su padre tenía negocios vinculados al comercio exterior después de trabajar en el cuerpo diplomático—, defendió durante la conversación los principales signos de identidad de su gestora. El primero es la independencia frente a los grandes conglomerados de la gestión de activos que se están formando fruto de los procesos de concentración. El segundo es su apuesta por un estilo de inversión activo a contracorriente de la moda imperante de la gestión pasiva mediante fondos cotizados (ETF, en inglés) o indexados.
Carmignac fue pionero en la apuesta por los mercados emergentes y los valores tecnológicos. También se adelantó a la competencia en el uso de derivados o en la incorporación de bonos que tenían como colateral préstamos a empresas (CLO). Estas decisiones innovadoras permitieron a sus productos capear mucho mejor que la industria el impacto de la crisis financiera. El mercado premió sus resultados y en 2017 la firma alcanzó su pico de activos bajo gestión (56.000 millones de euros). A partir de entonces su tamaño se fue reduciendo y actualmente administran 35.000 millones. Sin embargo, este neoliberal provocador, coleccionista de arte y rico financiero francés —Forbes cifra su fortuna en 1.000 millones de dólares— promete recuperar los días de vino y rosas. La entrevista presencial se ha completado con una respuesta por correo electrónico para actualizar las últimas decisiones arancelarias de EE UU.
Pregunta. ¿Qué balance hace de los 35 años de la gestora?
Respuesta. Uno nunca está satisfecho del todo, pero creo que sí hemos logrado algunas cosas importantes. Por ejemplo, hemos abierto el campo para la gestión activa en Europa, no solo en la gestión de los fondos, sino también en la distribución de los mismos. Nuestro modelo ha sido copiado. En eso la historia de Carmignac ha sido un éxito indudable.
P. ¿Y reconoce algún error?
R. Yo destacaría dos errores. Después del resultado increíble que logramos en el año 2008 con nuestros fondos fuimos quizás demasiado prudentes durante algunos años con nuestra estrategia de inversión. Al mismo tiempo, formamos un equipo profesional con gente muy brillante, pero que tenían dificultades para trabajar en equipo. Es muy parecido a lo que le pasó al PSG cuando tenía a Neymar, Mbappé y Messi. ¿Cómo es posible que ese equipo no lo ganara todo? Ahora, por fin, hemos conseguido que, teniendo a profesionales brillantes, sepan combinarse entre sí.
P. Hábleme del futuro
R. Nuestro futuro pasa por seguir creciendo orgánicamente. Abriremos nuevos campos, como lo hemos hecho recientemente con nuestro primer fondo de capital riesgo para inversores particulares. Tenemos que seguir siendo competitivos y audaces. También tenemos que aprovechar el proceso de banalización que se extiende sobre el negocio de la gestión de fondos con el bum de los productos pasivos. A este tipo de estrategia no se le puede llamar gestionar un fondo porque lo único que haces es comprar un índice. Aunque pueda parecer paradójico, también debemos estar atentos a la concentración que está habiendo en el sector bancario y asegurador. Este proceso genera una inercia que desincentiva la competencia, ya que tienen unos clientes cautivos gracias a sus grandes redes de distribución. Cuando un animal engorda, menos ágil y competitivo es. Y nosotros debemos aprovechar esa situación.
P. Su mensaje es claro: quieren seguir siendo independientes. ¿Cómo lograr este objetivo?
R. Nuestros activos actualmente rondan los 35.000 millones de euros. Esta cifra, comparada a los billones que gestionan monstruos como BlackRock o Vanguard, es pequeña. Pero si miramos solo la gestión activa, no somos tan pequeños. Por lo tanto, lo importante es tener la masa crítica para que las redes de distribución de fondos nos tengan en cuenta, para que seamos visibles para las empresas, es decir, que los directivos sean más receptivos y vengan a explicarnos cuáles son sus estrategias. Es verdad que en algún momento de nuestro pasado llegamos a tener más de 50.000 millones bajo gestión, pero creo que volveremos a ese nivel y vamos a poder preservar nuestra singularidad e independencia siempre que nuestros resultados lo permitan.
P. ¿Cómo convencería a un cliente de que compre fondos de Carmignac y no indexados con comisiones mucho más bajas?
R. Cuando los mercados suben es verdad que una buena opción son los fondos referenciados a índices porque sus comisiones son más bajas. Sin embargo, los mercados no van a seguir subiendo todos los años en línea recta. Va a haber más volatilidad. Y es en ese contexto donde nosotros marcamos aún más la diferencia.
P. Hace 10 años Carmignac no se había ni planteado lanzar un fondo de capital riesgo y ahora lo tiene. ¿Puede asegurar que en el futuro no tendrá un ETF?
R. No, no lanzaremos un ETF porque no es un negocio de gestión, está más vinculado a la tecnología. La competencia en este segmento es muy elevada, los márgenes son muy pequeños. ¿Cuál sería aquí nuestro valor añadido?
![Edouard Carmignac, durante la reunión anual con clientes el pasado enero en París](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LYYZPRAR4VHHHMYIGE2I25Y3WY.jpg?auth=a869053ec9b4efaf190f0def09ebc6905df33b9059dafec20b5559af88c394ee&width=414)
P. ¿Por qué está tan convencido de que el segundo mandato de Trump va a ser bueno?
R. Creo que, de momento, el planteamiento de Trump para los intereses de los inversores es ideal. Se va a reducir el gasto público, se avanzará en la desregulación y se va a favorecer a los empresarios. Ahora, si sus políticas van encaminadas a levantar aranceles eso sería bastante malo porque tendría un impacto inflacionista y los tipos de interés subirían. Pero Trump no es tonto, conoce sus límites y tiene mentalidad de empresario. Lo que hay que lamentar es que haya decidido la salida de EE UU del acuerdo climático de París. Por otra parte, Trump va a ser un aldabonazo para que Europa despierte.
P. Esa guerra comercial que usted teme ya ha empezado. Los aranceles a México y Canadá se han retrasado un mes, pero no los que afectan a China.
R. Sabemos que las decisiones o amenazas de Trump están a menudo diseñadas para arrancar discusiones desde una posición de fuerza. Los aranceles a México son un buen ejemplo y deberíamos estar preparados para asistir a muchos otros cambios de rumbo en un futuro próximo. Trump es un hombre de negocios y evitará tomar decisiones que perjudiquen a las empresas estadounidenses, pero está dispuesto a llegar al límite para demostrar su determinación a pesar de los importantes riesgos económicos que conlleva, tanto en términos de crecimiento como de inflación. Se abre ahora un nuevo periodo de incertidumbre en el que grupos de presión de todo tipo trabajan intensamente entre bastidores para conseguir exenciones.
P. Usted también ha advertido de que el mundo tendrá que acostumbrarse a una etapa donde los partidos de la derecha tendrán el poder. Le gusta esa idea, ¿no?
R. Más que una era de derechización nos encaminamos a una era de rigor fiscal donde la inversión pública se centrará más en aquellos sectores de futuro.
P. España es la prueba de que se puede crecer más que la media con políticas progresistas, ¿no cree?
R. Un observador perspicaz se da cuenta de que la principal fuente de crecimiento de la economía española es el turismo. Es verdad que el sol no va a desaparecer de Andalucía, pero hay que tener cuidado porque con el calentamiento global esa ventaja competitiva empieza a no serlo tanto. Yo antes pasaba mis vacaciones en Sotogrande y ahora me quedo en Normandía. La demanda interna está sostenida también por dos factores externos como la llegada de inmigrantes, sobre todo latinoamericanos. Una inmigración de calidad y, en cierta medida, cualificada. A pesar de estar frente a África, España no está teniendo un problema de inmigración de baja cualificación. Y el tercer vector de crecimiento es la ayuda europea. Y ese motor tampoco es sostenible en el tiempo porque Europa va a empezar a pedir inversión productiva y no tanto gasto. El crecimiento de España a medio plazo, por lo tanto, no es sostenible si no hay reformas estructurales.
P. ¿Y qué pasa con Francia?
R. Los problemas de Francia son similares a los de otras economías como la española. La ventaja que tenemos aquí es que no existe el riesgo de que la estructura del Estado se resquebraje por las presiones independentistas. Como España, Francia ha gastado más de la riqueza que ha generado y la deuda es demasiado elevada. No hay una fuerza política con los apoyos suficientes para decir basta al endeudamiento. No hay una mayoría parlamentaria para hacer las reformas que son imprescindibles. Todo está bloqueado hasta que se convoquen nuevas elecciones.
P. ¿Ve posible que la extrema derecha llegue al poder?
R. Sí, si continuamos así es posible que la extrema derecha llegue al poder. Ahora, Agrupación Nacional tiene también que rejuvenecerse .
P. ¿Qué espera del mercado este año?
R. En Europa nunca ha habido tanto ahorro en las familias, pero este ahorro nunca ha estado peor invertido porque la mayor parte del dinero está en productos conservadores que van a dar poca rentabilidad en un momento de tipos de interés en descenso. A largo plazo, invirtiendo bien, se podrán lograr buenos rendimientos con el objetivo de alcanzar un capital para la jubilación satisfactorio.
P. En Carmignac fueron pioneros en apostar por los mercados emergentes y por la tecnología. ¿Cuál será el siguiente nicho de gran crecimiento para el mercado?
R. La mal llamada inteligencia artificial, que debería llamarse inteligencia aumentada, va a ser una ola importante para el crecimiento.
P. Muchos inversores institucionales que en su día apostaron por los criterios ESG, sobre todo los medioambientales, están dando pasos atrás en este campo. ¿Cuál es la posición de Carmignac?
R. Para mí el medio ambiente es muy importante y no vamos a abandonar nuestros compromisos. Sin embargo, también creo que hay que tener políticas de medio ambiente inteligentes.
Falta de coraje y cinismo
Cada trimestre, Edouard Carmignac analiza la actualidad económica, política y de mercado es sus famosas cartas a clientes. Sus misivas no pasan inadvertidas puesto que no hay charco en el que no suela pisar. En el mercado es aún recordada la dureza que usó contra su compatriota Jean-Claude Trichet cuando dejó la presidencia del BCE. “No te echaremos de menos”, sentenció. Para quien casi siempre ha tenido buenas palabras es para su sucesor al frente del organismo monetario. En su carta de junio de 2024 propuso a Mario Draghi como candidato ideal a presidir la Comisión Europea por su “autoridad intelectual y capacidad negociadora irrefutables”.
También es costumbre de Carmignac fustigar con su pluma a los políticos. En la carta fechada el pasado enero, pedía un “despertar colectivo” en Europa ante la vuelta de Donald Trump ya que “hay demasiadas normas y leyes laborales que nunca benefician a los que más lo necesitan”. La jubilación —un negocio donde sus palabras nunca pueden interpretarse como neutras al tener claros intereses en gestionar el ahorro privado para el retiro— es otro de sus grandes caballos de batalla. “Nadie cree seriamente que los tradicionales sistemas de pensiones redistributivos sean sostenibles. Eso lo sabe todo el mundo. Argumentos ideológicos desfasados retrasan la aplicación de las pensiones complementarias de capitalización, la única opción viable”, clamaba. “¿A qué esperan nuestros políticos? La falta de coraje y las cínicas maniobras políticas de las décadas anteriores nos han puesto al borde de la quiebra colectiva”.
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