El dueño de Ceac aprovecha el bum de la enseñanza privada
El grupo gallego Northius rozará los 117 millones de euros en ingresos con 40.000 nuevas matriculaciones este curso
Con 20 años, Carlos Díaz (Valladolid, 50 años) no era capaz de concentrarse cuando iba a clase en la universidad. “Tenía una desmotivación tremenda. No terminé la carrera, soy un claro ejemplo de lo que era el sistema en ese momento”. Empezó a trabajar por cuenta ajena en 1994 y diez años después fundó con varios socios una academia que vendió en 2009. Un año más tarde lo volvió a intentar, esta vez solo, poniendo en marcha desde A Coruña lo que hoy es el grupo Northius, que comprende trece marcas —entre ellas Ceac, Unisport, Deusto Formación, Deusto Salud, Campus Training o el Centro Europeo de Másteres y Postgrados CEMP—. Juntas facturarán este año unos 117 millones de euros, con más de 1.400 empleados, unas 41.700 altas nuevas de alumnos y 40 centros entre España y Portugal. Además, tiene alumnos en otros cinco países europeos y en diez latinoamericanos.
El presidente y fundador del grupo define sus cursos como un medio que utilizan los alumnos para conseguir un fin, normalmente encontrar un trabajo o mejorar su empleabilidad, ya sea preparando unas oposiciones, cursando una FP o en cualquier otra formación de las decenas que ofrecen cada curso. Y ve el valor diferencial en orientar esa oferta a lo que las empresas necesitan, ya que tienen convenios de prácticas con 12.000 pymes y grandes empresas.
Orígenes
El germen del grupo fue Campus Training, una plataforma en la que el alumno decide si quiere hacer formación presencial, a distancia, de forma online o mixta. El primer año ya logró tener 40 empleados, y después de superar su primer lustro la empresa comenzó a desarrollar marcas especializadas en materias concretas, como la veterinaria o el sector audiovisual. Hacen, dice, mucho hincapié en la pedagogía, en que las materias se transmitan correctamente, con planes de seguimiento de los alumnos y estudios adecuados a sus capacidades y ritmos. De modo que si un alumno quiere acabar su curso en ocho meses pueda hacerlo, y otro que trabaja y estudia por las noches pueda extenderse 18 meses para completar la misma materia. Algo que aparentemente podría ir en contra de lo que buscan muchas empresas: escalar el negocio. “El material de un curso es un elemento vivo. Las dudas o consultas de hace cinco años alimentan los cursos posteriores, porque suelen ser recurrentes. Al tener la suerte de contar con una masa crítica muy grande de alumnos, nuestra formación se va enriqueciendo”, explica Díaz.
Northius está, desde 2020, controlado por el fondo Investindustrial, el grupo italiano que entró como socio financiero para impulsar el crecimiento y con el que el fundador se siente cómodo. “En otoño 2018 nos pusimos a buscar un socio para afrontar el crecimiento inorgánico. Queríamos que la gobernanza siguiese siendo nuestra. El inversor que viniera tenía que respaldar nuestro plan de negocio”. Se entrevistaron con una gran cantidad de candidatos hasta que llegó el fondo de la familia Bonomi, que en España cuenta con inversiones en Portaventura y Virospack. “Nos ayudaron mucho en rigor financiero, en apartado de informes. Nos atrevimos en el plano internacional y en el inorgánico, con la adquisición de compañías”. Fruto de esa operación se hicieron con las marcas de Deusto y la histórica Ceac, así como un vertical de formación deportiva. “Buscábamos empresas que fueran expertas en la materia que impartiesen. Unisport ejemplo, es una compañía fantástica que tenía muchos límites a la hora de crecer. Conseguimos hacerla escalar y ahora la mitad de sus alumnos están en Latinoamérica”.
El presidente de Northius no pone fecha a la salida de Investindustrial, pero admite que pronto van a tener que “renovar votos” para continuar juntos o separarse. “Lo que tiene que estar por encima de todo es la empresa”.
Investindustrial ya intentó desprenderse de Northius en 2022, pero frenó la decisión porque esperaba conseguir 600 millones que nadie en el mercado le ofreció. “Lo que tenemos que concretar ahora es el plan para 2026-2030, que plantearemos en 2025. Veremos si renovamos votos”, explica el directivo. No descarta otras opciones a su debido tiempo. “Tenemos la experiencia de doblar el tamaño de la empresa cada cuatro años. Accionarialmente, una salida a Bolsa es un paso que se puede evaluar, pero no es el momento”. En cualquier caso, Díaz asegura que el espíritu de la compañía se centra en seguir creciendo. “Somos una empresa muy rentable donde cada euro se reinvierte. Y eso lleva siendo así muchos años. Queremos hacer más fuerte a la empresa en tamaño y excelencia”.
Ese crecimiento parece tener ahora un nombre: Formación Profesional. Denostada antaño, la FP pública está dejando fuera cada curso a decenas de miles de alumnos que tienen que girarse hacia la oferta privada. Northius aprovecha esa efervescencia en la demanda a través de su submarca Ceac FP, en la que admite que han concentrado un gran esfuerzo inversor. “Hay que ser pacientes en su ritmo de maduración. Este ha sido nuestro tercer curso. Tenemos tasas de ocupación superiores al 80%” y casi 7.000 alumnos”. Tiene centros en Barcelona, Madrid y recientemente acaba de abrir el último en Valencia. Donde no está Northius es en la formación bonificada o subvencionada, aunque son centro colaborador del SEPE en la gestión de ofertas de empleo. “No quiero estar pendiente de si me llega la subvención para dar un servicio. La formación subvencionada tiene que estar muy estrictamente vigilada. Eso tiene que ser así, pero seguramente la haga menos ágil”.
En cuanto a la calidad docente, explica que utilizan varios indicadores para medirla, como la tasa de abandono, el índice de satisfacción de los alumnos, o las evaluaciones que de ellos hacen los centros educativos con los que colaboran, como la Universidad Católica San Antonio de Murcia, la Nebrija, la Universidad de Salamanca, la Viu de Valencia o la de A Coruña. Y resalta que fruto de ello tienen un alto porcentaje de alumnos, superior al 20%, que repiten.
En un sector muy atomizado, donde los cuatro o cinco primeros grupos no tienen ni el 20% del mercado, piensa que el futuro pasa por especializarse en los servicios que ofrecen a los alumnos, desde la financiación al seguimiento académico. “Estamos en un sector súper agradecido, de los pocos en que realmente tienes la capacidad de cambiar la vida de las personas. Y siempre hay demanda. En momentos de bonanza la gente se forma por hobby o vocación. Y cuando vienen mal dadas la solución es la formación”.
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