Hay que empoderar a los europeos para invertir en su futuro
Si la UE no crea condiciones más atractivas corre el riesgo de perder a sus empresas más innovadoras
Europa enfrenta una paradoja financiera. Por un lado, los ciudadanos europeos son ahorradores diligentes, con hogares que poseen más de 37 billones de euros en activos financieros. Pero por otro lado, una gran parte de ese dinero permanece inmóvil en efectivo y en cuentas bancarias que ofrecen poco (o ningún) rendimiento.
Este dilema no solo limita el crecimiento de la riqueza de las personas a largo plazo, sino que también obstaculiza el desarrollo de mercados de capitales más dinámicos, que podrían ayudar a impulsar la innovación y el crecimiento económico en toda la Unión Europea.
Parece entonces que es hora de cambiar de mentalidad y fomentar más inversiones en los mercados de capitales europeos. Los ciudadanos deben contar con mejores vías e incentivos para beneficiarse de inversiones productivas.
Ante los desafíos demográficos, los sistemas públicos de pensiones están bajo una presión creciente. En su estado actual, muchos sistemas de pensiones en Europa tendrán dificultades para soportar estas presiones, dada su dependencia del modelo de reparto. Aunque las pensiones públicas son la piedra angular de la mayoría de los sistemas de pensiones contemporáneos, esta difícil situación en la que nos encontramos profundiza la necesidad de fomentar más ahorros privados como un complemento esencial, garantizando que los ciudadanos estén mejor preparados para la jubilación.
Para promover este cambio se necesita cultura y educación financiera, así como políticas adecuadas. Construir una cultura de ahorro privado e inversión en los mercados de capitales requiere de una evolución de los comportamientos actuales. Esto comienza con el empoderamiento de las personas a través del conocimiento. Por ejemplo, ampliar los esfuerzos de educación financiera para todas las edades puede ayudar a desmitificar el mundo de los mercados de capitales y animar a las personas a explorar las inversiones en acciones como una herramienta para construir riqueza a largo plazo.
Sin embargo, la educación financiera, por sí sola, no es suficiente. Como se describe en el documento de posición de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) sobre la construcción de mercados de capitales más efectivos y atractivos, los responsables políticos de la UE y de los países miembros deben intervenir para fomentar opciones de inversión simples y rentables. Esto debe ir acompañado de protección e incentivos adecuados para que los ciudadanos participen en los mercados de capitales. Por ejemplo, la creación de cuentas de inversión con ventajas fiscales —similares al Investeringssparkonto (ISK) sueco— podría animar a los ciudadanos a dar el paso para convertirse en inversores. Estos vehículos de inversión bien estructurados también ofrecen beneficios adicionales al ser administrativamente sencillos y accesibles fácilmente. Además, fomentan el aprendizaje financiero al estimular el interés en la inversión. Aunque algunos países han implementado diferentes versiones de estos esquemas, verlo desde una perspectiva europea garantizaría igualdad de oportunidades para toda la población de la UE y beneficiaría a los inversores en términos de mayor accesibilidad, escala y liquidez a nivel europeo.
Es igualmente importante impulsar, de forma paralela, el desarrollo de mercados de capitales vibrantes en la UE para hacerlos más atractivos para los inversores, tanto ciudadanos como grandes inversores institucionales. Un entorno de mercado más dinámico, competitivo y menos fragmentado atraerá la inversión a largo plazo que la UE necesita actualmente. A su vez, un mercado de capitales más competitivo apoya el crecimiento y la creación de empleo en la economía.
Los mercados de capitales de la UE representan solo el 11% de la capitalización bursátil mundial en comparación con el 45% de Estados Unidos. En su trayectoria actual, es probable que esta proporción siga disminuyendo. Es igualmente preocupante que algunas de las empresas más grandes de Europa estén optando por cotizar en EE UU, donde los mercados son más profundos y ofrecen mejores condiciones de financiación. Empresas destacadas como BioNTech y Spotify, ambas nacidas y criadas en Europa, se dirigieron a los mercados de valores estadounidenses para su cotización pública. Del mismo modo, las start-ups y las pequeñas y medianas empresas suelen tener dificultades para encontrar los fondos necesarios para crecer en la UE, y recurren a otras fuentes para obtener capital público o privado. Esto es un recordatorio claro de que si la UE no crea condiciones más atractivas para empresas e inversores, corre el riesgo de perder a sus empresas más innovadoras en favor de otras jurisdicciones. Para abordar esto es crucial asegurar que el capital recaudado para apoyar a las empresas europeas pueda fluir libremente, en lugar de estar fragmentado a través de las fronteras nacionales. Eliminar las barreras restantes es esencial para construir un verdadero mercado único de capitales.
La capacidad de los mercados de capitales de la UE para apoyar la innovación y el crecimiento frente a la creciente competencia global y los desafíos geopolíticos se ha convertido en un tema central para la UE. Varios informes recientes han señalado la necesidad de impulsar la productividad, la competitividad y la innovación para lograr un crecimiento económico inclusivo. Las sobrecargadas arcas públicas no podrán financiar esto por sí solas, lo que significa que la inversión privada debe ampliarse para llenar el vacío. Esto proporciona una oportunidad para unir los objetivos de empoderar a las personas para invertir en su bienestar financiero y aumentar la disponibilidad de capital, mientras se fortalecen los mercados en paralelo. Al fin y al cabo, cuando mejora la economía, todos se benefician.
Haciendo que los mercados de capitales sean más accesibles para los ciudadanos europeos podemos sentar las bases para una economía más fuerte que beneficie tanto a las personas como a las empresas. Con la combinación adecuada de educación, incentivos y reformas políticas, Europa puede desbloquear su potencial y construir mercados de capitales más profundos y atractivos para apoyar su economía y competir mejor en el escenario mundial.
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