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Paloma Pérez Bravo (Viva Sotheby’s): “El pilates no lo perdono, voy tres veces a la semana”

La directora general de la compañía de intermediación de viviendas de lujo está enganchada a la novela negra nórdica

Paloma Pérez Bravo, directora general de Viva Sotheby's International Realty.
Paloma Pérez Bravo, directora general de Viva Sotheby's International Realty.FERNANDO VILLAR
Carmen Sánchez-Silva

Paloma Pérez Bravo nació en Córdoba en 1969 porque su madre iba allí a tener los hijos, pero su juventud la pasó en Sevilla, donde vivía su familia. Ha residido en Alemania, Estados Unidos y Canadá y ha trabajado en sectores muy diversos como el sanitario, el asegurador y el inmobiliario. Porque dice que le encanta aprender. “No soy de dar a la manivela. Soy de construir. Y, cuando ya está construido, quiero construir otra cosa”, asegura. La directora general de Viva Sotheby’s International Realty dice que ahora se dedica a “un negocio de matching, como las aplicaciones para buscar pareja”.

Pregunta. ¿Qué hace una ingeniera de telecomunicaciones vendiendo casas?

Respuesta. Me costó mucho entrar en el mundo inmobiliario, pero cuando entré pensé ‘¿cómo no he entrado antes?’. Soy una ingeniera rara. Me encanta la parte de tecnología porque siempre se me ha dado muy bien, pero me gustan mucho más las personas. Al principio de mi carrera sí que hice una parte muy técnica. Pero, como tengo un perfil muy de relacional, me iban empujando al área comercial. Y, como no me gustaba vender sistemas, sino hacerlos, decidí dedicarme al mundo del negocio y la venta en otro sector. Por casualidad me llamaron de Engel Völkers y dije que no tres veces y luego pensé que no tengo nada que perder y aquí estoy en un nuevo proyecto.

P. ¿Le gusta?

R. Estoy muy contenta. Se juntan varias cosas, primero la belleza de las casas, ves unos sitios maravillosos. Pero dentro de la venta la cosa más bonita es que te metes dentro de la vida personal de la gente en un momento de cambio porque van a tener un hijo, porque se divorcian, porque se ha muerto un familiar... Te enseñan sus roperos, cosas súperpersonales y al final terminas con relaciones muy importantes y piensas que das un servicio relevante.

P. ¿Cuál es la casa más cara que han vendido?

R. Una finca maravillosa en Baleares de 20 millones de euros. Y ahora tenemos a la venta algunas propiedades de 60 y 70 millones.

P. ¿Y con esos astronómicos precios se llegan a vender?

R. Hay un mercado que llamamos off market en el que se producen muchas transacciones de las que nadie se entera. En Estados Unidos el mercado es transparente, pero España es un país muy opaco. Nosotros tenemos muchas casas publicadas en la web, pero hay muchísimas más que no lo están. Se comercializan a través de contactos. Hay un colectivo de ultrarricos que busca un estilo de vida y quiere productos que estén fuera de mercado, que no los conozca nadie y tengan absoluta privacidad. Eso lo tienes que pagar.

P. ¿No da reparo vender casas tan carísimas con los problemas de vivienda que hay en España?

R. Lo que tenemos que hacer es que atraer a gente que invierta en el país. Suelen ser emprendedores que montan sus empresas, se gastan el dinero. Y en los sitios donde ellos compran nunca van a construir las viviendas que hacen falta, por ejemplo, en Mallorca. Lo que tenemos que hacer es que el dinero que pagan se convierta en inversión en viviendas para estudiantes, alquileres, etcétera.

P. ¿La mayoría de sus clientes son extranjeros?

R. Sí, en torno al 70% de las casas de lujo las compran extranjeros, incluso en Madrid, que siempre ha sido un mercado muy local; ahora mismo hay mucho mexicano y americano comprando.

P. ¿Cuáles son los clientes más famosos que han tenido?

R. Es muy confidencial. No puedo citar clientes. Nuestro modelo es relacional, no transaccional y lo que más valoran los clientes es la privacidad.

P. ¿Cuántas casas tiene?

R. Tengo tres. Mi casa de Madrid, una casa en Sanlúcar de Barrameda, que es mi pasión, y un apartamentito en Sotogrande. En Sanlúcar paso las vacaciones y el apartamento lo he comprado como inversión.

P. ¿Cuáles son sus principales aficiones?

R. Mi principal hobby, aunque no está bien decirlo, es mi trabajo. Me apasiona y disfruto mucho relacionándome con la gente. Y luego, llega el fin de semana y lo que me gusta es fluir, no planificar porque me paso el día planificando. No tener planes. Levantarme y ver el amanecer en Sanlúcar y tomar una tostadita, luego comer con unos amigos en el barco al lado del coto Doñana...

P. ¿Practica deporte?

R. Hubo un tiempo en el que estaba súperenganchada al golf. Porque el golf tiene dos cosas que me encantan, que necesita que te concentres, que vivas el momento, lo que relaja muchísimo la mente, y lo segundo es que es un juego no competitivo, compites contra el campo y lo que intentas es mejorar tu hándicap. Yo soy muy competitiva conmigo misma, pero no con los demás. Lo odio. Lo que pasa es que necesita tantísimo tiempo que lo he dejado. Cuando salgo del trabajo prefiero ir a pilates, que es una hora y te relaja igual. Lo hago tres veces por semana y no lo perdono. Y los fines de semana ando muchísimo. Me gusta coger a mis perros y, si estoy en Madrid, nos pegamos la caminata. Y comemos en algún restaurante siempre que admitan perros. Yo me conozco todos los restaurantes que admiten perros.

P. Dice que su trabajo es su pasión y que está enganchada, ¿le cuesta desconectar?

R. No me cuesta desconectar, pero estoy muy conectada. No es un trabajo que me estrese, pero el sábado no tengo ningún problema en ver el mail y ver si alguien necesita algo o me llaman porque una clienta necesita algo, no lo considero trabajar y, en ese sentido, es en el que estoy enganchada. Pero termino la llamada y sigo con mi copita de manzanilla y mis langostinos sin problema.

P. ¿Tienes estrés?

R. Tengo estrés del bueno. Yo estoy a 200% siempre, tengo mucha energía y me gusta esa adrenalina. De hecho, si hay un trabajo en el que esa adrenalina baja y me aburro, normalmente lo dejo.

P. ¿Le gusta viajar?

R. Me gusta viajar y he viajado muchísimo. He viajado por todo el mundo por trabajo porque he tenido siempre puestos internacionales. Y personalmente también. Yo tengo una teoría con mi marido: siempre hemos intentado ir a los sitios más lejanos, porque luego vas cumpliendo años y cada vez te gusta menos estar muchas horas en el avión, y prefieres los lugares más próximos. Últimamente, disfruto mucho de no viajar. Este verano nos hemos quedado en Sanlúcar y hemos recibido a muchos amigos que nos han venido a visitar.

P. ¿Cuál ha sido el viaje de su vida y cuál el que tiene pendiente?

R. Me han impresionado mucho dos sitios: Petra, esa entrada en Petra la recuerdo como si lo hubiera hecho ayer. Y, dentro de que la India me impactó mucho como para no volver, cuando entré en el Taj Majal también me pareció de los lugares más impactantes que he visto. Entre los que me quedan están los países nórdicos y el camino del Rocío, que todos los años digo que lo voy a hacer y no lo hago. Me apetece mucho la experiencia.

P. ¿Le gusta leer?

R. Estoy enganchada a la novela negra nórdica. De Camilla Läckberg me lo he leído todo y la saga Millenium de Stieg Larsson también.

P. ¿Es caprichosa?

R. Depende de lo que considere caprichosa. Si, por ejemplo, es que me gusten cosas diferentes, sí, lo soy. Me gusta descubrir el típico restaurante que nadie conoce, descubrir artistas, como los artistas de Chipiona que tengo en mi casa y que nadie tiene, figuras y esculturas hechas dentro de la casa. Pero si los caprichos son cosas materiales, bolsos, por ejemplo, no soy caprichosa. Me gusta mucho lo original.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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