Ecoalf prepara el desembarco en EE UU
El grupo de moda sostenible se ha fijado como objetivo facturar 60 millones de euros este año y entrar en el mercado americano
Javier Goyeneche (Madrid, 54 años) habla con entusiasmo de la expansión de su empresa, Ecoalf, en los últimos 15 años: está por abrirse paso en Estados Unidos, crece el número de tiendas en Europa, tiene nuevos socios que le ayudarán a darle exposición a su marca y su facturación crece con fuerza. “En 2024, nuestro objetivo es llegar a los 60 millones de euros”, asegura. Pero los números que realmente le hacen ilusión a Goyeneche vienen del mar. En el Mediterráneo están los verdaderos protagonistas de la empresa de ropa y complementos. Cada día más de 4.000 pescadores en 81 puertos lanzan sus redes y a su paso arrastran una cantidad ingente de basura. “Antes la devolvían al mar”, arguye el presidente y fundador de firma. “Pero ahora la llevan a puerto y la depositan en unos contenedores para su categorización”.
De allí, de los desechos, la compañía obtiene la materia prima para hacer algunos de sus productos: chaquetas, bolsos, zapatillas, camisetas y diversos artículos de moda, que toman su tiempo en cobrar forma hasta ser expuestos en los puntos de venta que tiene por el mundo. “Muchas veces, desde que empezamos a sacar la basura, hasta que cobramos el producto en caja, pueden pasar unos 11 meses”. Este proceso de conversión, sin embargo, es un reto para la firma. “Algunos de los problemas de la compañía es el circulante [la cantidad de activos líquidos disponibles para financiar sus operaciones diarias]”. A pesar de ello, la forma de trabajar se mantiene firme. “Nacimos con un propósito, crear una marca de moda verdaderamente sostenible, el reto es mantenerse. Facturar un poco más o un poco menos, no es prioritario. Lo prioritario es que el propósito se mantenga intacto”, arguye.
“Ahora, queremos llegar a más de 10.000 pescadores para el año 2025 y recuperar 1.000 toneladas de basura del mar Mediterráneo cada año. Actualmente estamos justo en la mitad”, comenta Goyeneche. Hace más de tres décadas que se lanzó al mundo empresarial con una firma de insignias (pines), dejando de lado una carrera en el mundo de la hípica profesional. A mediados de los años 90 del siglo pasado montó Fun&Basics, una empresa de bolsos y complementos de moda, que después de enfrentar dificultades financieras hizo frente a un proceso de concurso de acreedores durante la crisis de 2008.
Tras esta experiencia, Goyeneche dio inicio al proyecto de Ecoalf. Consciente del impacto devastador que la industria de la moda ejerce sobre el planeta, al consumir billones de litros de agua y generar millones de toneladas de emisiones de CO₂, sintió la necesidad de actuar. “Me pareció que lo más sostenible era no seguir utilizando recursos naturales del planeta y, por lo tanto, el reciclaje era la opción”. Pero la tecnología para convertir el plástico en ropa era escasa en ese entonces y casi inexistente en España, así fue alrededor del mundo en busca de una solución que diera forma a su idea. “En Taipei me encontré con una señora que reciclaba botellas de plástico para hacer alfombras. Con ella desarrollamos lo que llamamos los primeros productos (Ecoalf 1.0, Ecoalf 2.0 y Ecoalf 3.0)”. No fue hasta 2013 cuando los primeros artículos se pusieron en el mercado.
“Eran cuatro chaquetas, una mochila y un bolso”. Hoy, la firma tiene una colección con más de 600 referencias y cuenta con casi una decena de tiendas propias en Madrid, Barcelona, París, Milán, Berlín, Tokio, Andorra y México, que se suman a unos 1.500 puntos de venta de 300 clientes multimarca, que representan casi el 65% de la facturación de la firma. Recién, Ecoalf ha llegado a un acuerdo para vender sus productos también en los centros comerciales de Unibail-Rodamco-Westfield, como parte de su estrategia de expansión. “Abrimos con ellos ahora cuatro tiendas de golpe en España. Y el siguiente paso es ir con ellos por Europa. Probablemente a Alemania y Francia”. La firma también está a punto de aterrizar en Estados Unidos, después de varios años de planificación. “En principio abrimos en California en septiembre u octubre. Tuvimos que construir la marca desde cero, vamos a montar una estructura, un equipo, fue mucho trabajo de crear una empresa”, comenta.
Resultados
Ecoalf cerro su ejercicio 2022-2023 (finaliza en febrero) con una facturación de 45,5 millones de euros, un 21,6% más. Sin embargo, perdió 3,04 millones de euros, frente a los 630.000 euros de beneficio del curso 2021-2022. Las pérdidas se debieron sobre todo al mayor incremento de los gastos, sobre todo financieros. “El notable incremento de la carga de intereses se debe a las nuevas condiciones pactadas tras la refinanciación de los préstamos de accionistas desde noviembre de 2021″, explica la compañía en el documento depositado en el Registro Mercantil. “La subida de la carga de intereses de entidades bancarias se debe fundamentalmente al incremento de la deuda de circulante para atender el crecimiento de la compañía y el adelanto de las compras para asegurar el cumplimiento de las fechas de entrega a clientes en un momento de incertidumbre en las cadenas de suministro”, añade.
La moda sostenible enfrenta varios desafíos. “Entre estos están los mayores costes de producción debido a las consideraciones éticas y medioambientales, y una cadena de suministro rígida y lineal que es difícil de transformar hacia la circularidad”, explica Jorge Zuñiga, consultor de Euromonitor International. “La accesibilidad es otro obstáculo, ya que es más cara que la moda rápida, un problema para los consumidores conscientes del precio. De hecho el 50% de los consumidores globales mencionan ‘valor por dinero’ como la principal característica que buscan en productos de vestuario y calzado, según la encuesta Voz de los Consumidores de Euromonitor”, argumenta el experto de la consultora. Finalmente, la transparencia también es un gran desafío, pues los consumidores informados y los reguladores muy atentos exigen mayor claridad sobre las afirmaciones de sostenibilidad para evitar el greenwashing.
“Ecoalf tiene una fidelidad de cliente muy alta”, reconoce Goyeneche. “Y es verdad que hay un porcentaje de personas que no te va a comprar si no le parece justa la relación calidad-precio”. ¿La moda sostenible es un lujo? “Si le digo la verdad, cuando yo empecé, la sostenibilidad era todo menos lujo. El concepto en 2009 estaba muy ligado al poco diseño, era un poco hippie. El reciclaje tenía un componente peyorativo y de mala calidad. Todo lo que tenía que ver con sostenibilidad era un poco perroflauta, daba esa sensación. Afortunadamente, la palabra ha cambiado”, concluye Goyeneche.
Más demanda entre los jóvenes
Según Euromonitor Internacional, un 64% de los consumidores globales está intentando impactar positivamente en el medio ambiente a través de sus acciones diarias. Estas acciones a menudo incluyen reducir el uso de plástico y agua, reciclar y reutilizar, todos elementos clave que aborda la moda sostenible. Además, el 41% prefiere reparar los artículos en lugar de comprar nuevos, y el 24% elige artículos de segunda mano para vivir de manera más sostenible. En específico, las generaciones más jóvenes son particularmente conscientes de su impacto medioambiental. Por ejemplo, el 42% de la generación Z compra artículos de segunda mano cada pocos meses, y el 27% planea aumentar su gasto en estos artículos en el próximo año. Esto abre importantes oportunidades en los mercados de segunda mano y los servicios de reparación, que ya están siendo aprovechados por grandes jugadores como Inditex, H&M, Uniqlo y varias marcas de lujo.
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