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coches eléctricos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Baterías, la llave maestra para la transición energética

El papel de los gobiernos y los reguladores será decisivo en el desarrollo de cadenas de suministro de baterías seguras, resilientes y sostenibles

Elecciones europeas coches eléctricos
Carga de un coche eléctrico.ALEX ONCIU

Las baterías constituyen un componente relevante del sistema energético global, siendo su impacto especialmente significativo en dos sectores clave para la transición energética: el transporte y la energía. En la última década, las baterías de litio se han posicionado como la tecnología dominante, tanto en los vehículos eléctricos como en las actuaciones de almacenamiento, al verse favorecidas por una reducción de costes superior al 80% y un mayor rendimiento derivado, en gran medida, de continuos avances tecnológicos y de economías de escala. Además, su densidad de energía es superior a la de otro tipo de baterías, como las de plomo-ácido, acumulando por ello mayor cantidad de energía por unidad de volumen.

China lidera el mercado global de baterías para el uso de vehículos eléctricos, si bien su dominio se ha visto mermado en los últimos años ante los crecientes mecanismos de apoyo y avances regulatorios en otras economías. En 2023, la participación del país asiático en el mercado global de baterías fue del 55%, seguido de la Unión Europea y Estados Unidos, con una contribución conjunta del 30%.

En los próximos años, la demanda de baterías se espera que crezca con intensidad, principalmente para el uso de vehículos eléctricos y medios de transporte ligeros, lo que podría situar al mercado de baterías en una posición estratégica y decisiva a nivel mundial. Estas pueden actuar como “llave maestra” para desbloquear transformaciones industriales y beneficios económicos relevantes. El liderazgo del mercado del automóvil dependerá cada vez más de la tecnología avanzada de las baterías, y además ellas impulsarán el despliegue de sistemas de energía eólica y solar fotovoltaica, pudiendo atraer inversiones al mitigar su intermitencia y estabilizar la red.

Las baterías serán, por tanto, un factor esencial en la transición de combustibles fósiles, pudiendo mejorar la eficiencia mediante la electrificación y un mayor uso de fuentes de energías limpias. Sin embargo, para alcanzar los objetivos climáticos establecidos por los países en la COP28, entre ellos triplicar en 2030 la capacidad de energía renovable global y garantizar la seguridad de suministro eléctrico, la capacidad de almacenamiento de baterías debería multiplicarse por seis, lo que requiere de esfuerzos coordinados por parte de los responsables de políticas y de la industria.

El papel de los gobiernos y los reguladores será decisivo en este proceso de desarrollo de cadenas de suministro de baterías seguras, resilientes y sostenibles. Deben establecerse marcos regulatorios claros, bien definidos y estables, que generen la confianza y seguridad jurídica necesarias para atraer inversiones y acelerar la transición energética y avanzar hacia una economía descarbonizada. El logro de estos objetivos dependerá, en gran medida, de la capacidad del mundo para potenciar las baterías de manera rápida y eficaz.

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