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Silicon Valley Bank
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

SVB, la primera ballena en salir a la superficie

No estamos ante un problema sistémico en el sector financiero, pero prudencia con el mar y con la Bolsa

Silicon Valley Bank
Oficina de Silicon Valley Bank en San Francisco, (California, Estados Unidos).KORI SUZUKI (REUTERS)

Hace tan solo una semana, coincidiendo con la intervención del Silicon Valley Bank (SVB), moría Kiska, la orca más solitaria del mundo. El cetáceo vivía en un parque temático canadiense, privada de libertad desde 1979 cuando, como ahora, la inflación estaba fuera de control.

Los recientes problemas en el sistema bancario bien recuerdan a ballenas flotando sobre el agua, algo que ocurre cuando algún desalmado pesca con explosivos y la onda expansiva no solo fulmina a los peces que chapotean, sino que, a veces, también se lleva por delante a alguna que otra ballena.

La elevada inflación ha forzado a los Bancos Centrales a ser muy agresivos en la retirada de estímulos. Asimismo, la mayor restricción monetaria de los últimos 40 años (desde que Kiska fuera apresada en Islandia), está provocando que las fragilidades del sistema salgan a la superficie y que algo se pueda “romper”. En una semana han quebrado Silicon Valley y Signature Bank, el Banco Nacional Suizo inyectará 51.000 millones de euros a Credit Suisse para evitar su colapso y un grupo de “altruistas” bancos americanos ha depositado 30.000 millones de dólares en el First Republic Bank durante 4 meses.

Las autoridades norteamericanas han sido muy rápidas y han tomado medidas sin precedentes para acotar los problemas en las entidades más débiles, garantizado el 100% de los depósitos de los clientes de los bancos quebrados y, mediante el Bank Term Funding Program ofrecerán liquidez a las entidades sin que se tengan que valorar a mercado los bonos que entreguen como garantía, evitando que se vean forzadas a vender activos, como le ocurrió a SVB.

Por ahora los problemas son idiosincráticos. Por ejemplo, SVB tenía la mayor concentración de depósitos del país (un promedio de 4,2 millones de dólares por cliente, cuando el Fondo de Garantía de Depósitos solo cubría hasta 250.000 dólares) lo que se convirtió en un acelerador de los reembolsos en cuanto las cosas se complicaron.

El sistema bancario de hoy nada tiene que ver con 2008 porque Basilea ha establecido mayor supervisión, regulación y transparencia. Los bancos son mucho más robustos -en la eurozona la ratio de capital Tier 1 es del 16,1% y la de las grandes entidades americanas del 14% frente al 8,3% que ambas tenían entonces.

Sin embargo, las autoridades bancarias estadounidenses tendrán que seguir trabajando duro para incrementar los requisitos que la administración Trump relajó en 2019 para las entidades más pequeñas (con activos inferiores a 700.000 millones). Como a SVB, a efectos del cálculo del capital regulatorio, la ley les permite excluir las pérdidas no realizadas de los activos de su balance computados como disponibles para la venta, haciéndolas más vulnerables cuando hay problemas.

En cualquier caso, lo que queda claro es que los recientes acontecimientos implicarán un encarecimiento del crédito y el deterioro de las condiciones financieras, que terminarán afectando a las empresas, incrementando el riesgo de que se produzca un aterrizaje brusco de la economía. No estamos ante un problema sistémico, pero prudencia con el mar y con la Bolsa.

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