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La factura del gas recuerda a los californianos que a miles de kilómetros hay una guerra

La subida de las materias primas y un invierno especialmente frío disparan el coste energético de los ciudadanos del Estado más poblado de EE UU

california
Temporal en Long Beach (California), el 23 de febrero.Luis Sinco (Los Angeles Times / Getty Images)
Luis Pablo Beauregard

La primera llamada llegó en diciembre. En un comunicado, SoCalGas, la empresa de gas natural que da servicio a 22 millones de personas desde el centro de California hasta la frontera con México, anunció que durante el invierno sus usuarios recibirían facturas más altas de lo normal. “En el pico del invierno, se espera que los precios aumenten entre el 25% y el 30%”, indicaba el comunicado. A mediados de enero llegó otro con un tono aún más preocupante: “No hay una forma fácil de decir esto. Los cobros de enero serán más altos de lo normal”. Las tarifas en el oeste del país doblaban a las de diciembre. Quedaba claro que sería un largo invierno.

La realidad dio en enero un duro golpe a gente como Brent Elridge, un pastor de Long Beach, al sur de Los Ángeles. El hombre encendió el jacuzzi de su casa en diciembre y un mes después se arrepintió de ello. La factura le llegó por 907 dólares (857 euros), ocho veces más alta comparada al arranque del año pasado. Su caso ha sido recogido por los medios por ser uno de los más extremos, pero dista de ser el único. SoCalGas ha señalado que el precio promedio de los recibos es de 300 dólares, el doble que el mismo periodo del año pasado. La situación es similar en el norte de California, donde el suministro de gas natural está a cargo de otra compañía, Pacific Gas and Electric Company.

Aunque durante febrero se registró una importante baja de las tarifas, casi todos en California se han resignado a que recibirán por tercer mes consecutivo un cobro con cifras astronómicas. Además, el clima no juega a favor. Una tormenta invernal ha dejado nieve en las montañas al norte de Los Ángeles, algo que no sucedía desde hace décadas. La temperatura ha disminuido en California, con 40 millones de habitantes, lo que ha obligado a elevar el termostato. Previamente, la región sufrió durante tres semanas intensas lluvias y descensos en el termómetro que son más propios de la costa este del país.

La demanda ha disparado los precios del gas natural. Las reservas del combustible se encuentran muy por debajo de la media de los últimos cinco años. La escasez y el encarecimiento del transporte del gas natural han servido de recordatorio a California que al este de Europa se libra desde hace un año una guerra que puso patas arriba los precios de los energéticos. SoCalGas ya ha pedido al regulador permiso para elevar las tarifas en 2024, lo que inflará los recibos unos ocho dólares en promedio si recibe el visto bueno.

Batalla contra las petroleras

Mientras millones de familias se las ingenian para pagar sus recibos, el gobernador de California, Gavin Newsom, libra una batalla contra las grandes petroleras después de que algunas obtuvieran beneficios récord. Esta iniciativa se produce en un contexto de fuerte aumento en los precios de la gasolina en un Estado que prácticamente no puede importar combustible de otras regiones por sus restricciones. El político demócrata encabeza una cruzada para acelerar la transición del gigantesco mercado automovilístico de California hacia una economía más limpia.

Newsom ha amenazado con presentar una ley que obligaría a las petroleras a pagar un impuesto sobre sus beneficios cuando los márgenes de ganancias excedan determinados niveles. Solo Alaska, un Estado petrolero, ha hecho algo similar. Los republicanos en el Congreso local, e incluso algunos miembros del mismo partido que el gobernador, se han mostrado escépticos con la iniciativa fiscal. California seguirá teniendo las tarifas de gasolina más altas de Estados Unidos, mientras los consumidores esperan que los precios de gas natural les den un respiro.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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