La diversificación geográfica: un arma de doble filo para el Santander y el BBVA
La apuesta exterior de las dos entidades, que ha sido uno de sus grandes motores de crecimiento, ahora les pasa factura en Bolsa por la debilidad de Brasil y Turquía
La diversificación geográfica de los dos grandes grupos financieros de España ha sido siempre una de sus mayores fortalezas. Tanto el Santander como el BBVA han crecido y generado abultados beneficios a lomos de sus negocios en países emergentes. Sin embargo, en este año la inestabilidad e incertidumbre en estos mercados se ha disparado, lo que no les permite remontar del todo unas cotizaciones que siguen por debajo del valor en libros en ambos casos. Un aspecto que preocupa en los despachos de ambas entidades, aunque esperan que se corrija si la situación económica no se tuerce todavía más en estas latitudes.
El año 2022 ha sido un ejercicio agridulce para la banca. Por un lado, recibió por fin la buena noticia de la salida de tipos cero o negativos, lo que impulsa sus ingresos y el margen de intereses. Pese a ello, también hay sombras en España que han pesado negativamente: en la segunda mitad del año se anunció (y aprobó) el impuesto extraordinario al sector financiero y se dio luz verde a las ayudas a los hipotecados por la subida del euríbor —lo que obligará a hacer provisiones adicionales—. Además, a nivel global se nota el mordisco de la inflación sobre su margen por la vía del incremento de los gastos y ha empeorado la situación en los países emergentes, principalmente Brasil y Turquía, lo que presiona por el lado del coste del riesgo.
Esta tormenta perfecta ha provocado que la cotización en Bolsa del grupo que preside Ana Botín no remonte (perdió en 2022 casi un 5% y cotiza a poco más de la mitad del valor en libros pese a la revalorización apuntada este enero). El BBVA acabó en positivo en el ejercicio (creció algo más del 7%), pero también quedó muy lejos del avance de sus competidores locales como CaixaBank o el Sabadell. Su cotización supera ligeramente 0,8 veces su valor en libros, todavía con descuento, aunque algo mejor que la media de los principales bancos europeos.
Ambas entidades tienen en común todo lo que ocurre en España y, sobre todo, una fuerte diversificación geográfica. “Los tipos negativos han sido muy duros, aunque esto ya va a mejorar. También influye la regulación, que en Europa ha sido muy conservadora y cada vez hay más requerimientos de capital. En la parte política, el que haya un nuevo impuesto y que pueda ser permanente también genera incertidumbre. Y la exposición en países emergentes, por la complejidad que genera, no siempre gusta a los inversores”, afirman fuentes financieras.
En este sentido, Bloomberg Intelligence recoge en uno de sus análisis el impacto que tendrá para el Santander esta exposición geográfica por la parte de las dotaciones que necesitará por la posible morosidad. En concreto, entre 12.000 millones y 14.000 millones, el que más de los grandes grupos europeos. También la entidad que preside Carlos Torres tiene este problema, aunque en menor medida. “Junto al BBVA, ambas entidades necesitarán unas provisiones frente a impagos debido a su exposición a mercados emergentes de unos 17.500 millones de euros. Es el equivalente al 33%-40% de las previsiones de beneficio bruto, por encima del 14% que supone para HSBC o el 26% de BNP Paribas”, señala Bloomberg Intelligence.
La importancia para ambos bancos de estos territorios se refleja de forma meridiana en sus cuentas de resultados. Para el Santander, su negocio en Sudamérica (Brasil principalmente, aunque también aportan con fuerza Chile y Argentina) y México supone la mitad de sus beneficios hasta septiembre: 3.758 millones de los 7.316 millones que acumula. El resto se genera sobre todo en Estados Unidos, Reino Unido y España. Nuria Álvarez, analista financiero Renta 4, explica que este es uno de los motivos que justifica su peor evolución respecto a las entidades que operan mayoritariamente en España: “Los bancos locales se han revalorizado con fuerza en Bolsa por el efecto de las subidas de tipos. El BBVA y el Santander también, pero para ellos pesa mucho menos el negocio doméstico que en CaixaBank o Bankinter, por ejemplo. De ahí que el efecto se difumine”.
Estabilidad en los resultados
En el BBVA, por su parte, la importancia de México durante lo que va de ejercicio es todavía mayor: aporta un 61,2% de las ganancias hasta el tercer trimestre. Turquía está en horas bajas tras aplicar la contabilidad por hiperinflación, aunque supone casi un 7% de los beneficios, mientras que América Latina contribuye con casi un 13%. “En nuestros ratings del Santander y el BBVA valoramos positivamente su diversificación geográfica. Además, suelen ser mercados que no están muy correlacionados con el mercado español, por lo que históricamente les ha ayudado a dar estabilidad a sus cuentas de resultados”, valora Elena Iparraguirre, directora de Estudio de Bancos en España de Standard & Poor’s.
Sobre el grupo que preside Torres, lo que más le ha castigado en Bolsa ha sido Turquía. De hecho, el propio Banco de España volvió a advertir de la elevada inflación y los desequilibrios financieros del país. A pesar de este contexto incierto, la estrategia del grupo fue ampliar su exposición en Garanti (lanzó una opa para aumentar su participación) con parte del exceso de capital que acumulaba, aprovechando el bajo precio que fijaban los mercados. Una decisión que no han digerido bien los inversores. Pese a ello, los principales directivos de la entidad insisten en cada comparecencia que se trata de una inversión a medio o largo plazo, confían en que acabará dando sus frutos y creen que la cotización irá al alza.
Los economistas de Credit Suisse, por su parte, consideran que esta exposición en otros países sigue siendo más una ventaja que un inconveniente. “La diversificación en Latinoamérica beneficia a bancos como el Santander o el BBVA”, detallan en un informe. Eso sí, también contemplan algunos nubarrones, especialmente por el lado del aumento de costes. “Nos mostramos cautos por el aumento de la inflación en las principales zonas geográficas del banco”, dice sobre el BBVA. Fuentes de los supervisores bancarios nacional y comunitario también consideran la diversidad de los negocios como algo bueno, aunque avisan que eso les obliga a adecuar los sistemas de gestión del riesgo para evitar sustos.
Remontar en Bolsa: el gran objetivo de Héctor Grisi como consejero delegado
El mexicano Héctor Grisi tomó las riendas del Banco Santander el pasado 1 de enero. Ha reemplazado como consejero delegado a José Antonio Álvarez, que ha alargado más de lo esperado su etapa en el cargo tras el fiasco de la contratación fallida de Andrea Orcel como número dos de la entidad. El gran objetivo de Grisi será lograr que la cotización bursátil remonte. Algo que no ha conseguido el banco en los últimos meses, a pesar de los buenos números cosechados en el ejercicio. De hecho, la primera comparecencia del nuevo consejero delegado será previsiblemente en la presentación de los resultados anuales de 2022, que se prevén récord. "Mi objetivo es que el Santander sea la plataforma financiera abierta número uno del mundo", ha señalado el ejecutivo mexicano en los últimos meses.
Otro de sus grandes retos será elevar el reparto de dividendos para los accionistas hasta cerca del 50%. “El nuevo equipo directivo comunicará una nueva estrategia en febrero de 2023. El debilitamiento de los ingresos netos, la calidad de los activos y la inflación de los costes en Brasil siguieron siendo obstáculos en 2022, pero esperamos un cambio de tendencia en el ejercicio 23”, recogen los analistas de Credit Suisse en un informe.
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