El aroma del cannabis perfuma Asia
Tailandia legaliza el cultivo doméstico de la planta y otros países asiáticos contemplan su uso farmacéutico
Asia empieza a aceptar el consumo de cannabis. Tailandia legalizó el cultivo doméstico de marihuana en 2022, mientras que Corea del Sur, Japón y Malasia están allanando el camino para su uso farmacéutico. Con el mercado de marihuana estimado en unos 100.000 millones de dólares para 2026, según la empresa de análisis Prohibition Partners, los negocios de la región se preparan para una mayor demanda por parte de los consumidores asiáticos.
En sentido figurado, la decisión tailandesa de quitar el cannabis de las listas de narcóticos se toma para respaldar su uso médico, pero esto naturalmente facilitará su uso recreativo, lo cual podría impulsar las entradas de turistas internacionales. La empresa de energías renovables Gunkul Engineering ha destinado 2.000 millones de baht (57,6 millones de dólares) para la construcción de una nueva plantación de cannabis e instalaciones de extracción, según informaciones de medios locales tailandeses. Los aperitivos de muslitos de pollo envueltos en hojas de cannabis y los tés verdes con infusión de cannabidiol, elaborados por empresas cotizadas en Bangkok como Srinanaporn Marketing e Ichitan Group, ya pueden encontrarse en los estantes de los supermercados locales.
Incluso Japón, un país conocido por sus estrictas leyes sobre la posesión de cannabis, permite el cannabidiol, un ingrediente activo del cannabis que no coloca a los consumidores, más conocido por sus siglas CBD. La empresa de comercio electrónico Rakuten y los supermercados Don Quijote de Pan Pacific International ofrecen una amplia gama de aceites y golosinas de CBD. Corea del sur fue el primer país del este de Asia en legalizar el cannabis de uso farmacéutico, y Japón, Malasia y Taiwán se plantean hacer algo similar. Si la experiencia estadounidense sirve de guía, el uso farmacéutico regulado inevitablemente llevará al mercado de uso recreativo, lo cual impulsará la demanda total.
Qué camino seguirá China es una incógnita. El país quedó marcado por su experiencia con el opio, el cual asocia al imperialismo. Por otro lado, la planta de marihuana crece de forma natural en la provincia de Yunnan. China también es responsable de alrededor del 70% de la producción mundial de fibra de cáñamo. Andy Li, fundador de Hempson, con sede en Yunnan, señala que la extracción de aceite de cáñamo de espectro completo, que contiene CBD, está legalizada para la exportación bajo una rigurosa vigilancia. Teniendo en cuenta las actitudes conservadoras de Pekín, el uso medicinal y recreativo del cannabis por parte de los chinos probablemente tendrá lugar en países vecinos.
En todo caso, los amantes de la hierba tienen motivos para el optimismo. Conor O’Brien, ex analista jefe de Prohibition Partners, calcula que el mercado asiático se multiplicará al menos por 10 hasta rondar los 120 millones de dólares de aquí a 2026. Esto representa apenas una fracción de la industria de 100.000 millones de dólares que supone la “lechuga del diablo”, pero es un comienzo. El cannabis en Asia se quemará muy lentamente, pero donde hay humo acabará habiendo fuego.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS
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