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¿Y si mi jefe fuera como Astérix o Tintín?

Numerosos presidentes y consejeros delegados utilizan las enseñanzas de los superhéroes para la gestión de equipos en sus empresas

Cómics de Astérix y Tintín
Cartel conmemorativo del 60 aniversario de Astérix y Obélix, en el metro de Roma.FRANCOIS GUILLOT (AFP via Getty Images)

Los tebeos, con sus geniales bocadillos y viñetas, han impactado en la carrera profesional y en el tipo de liderazgo de algunos directivos y empresarios. Si Astérix lo hace por su audacia y resistencia frente a la adversidad, en la que también son maestros los personajes de Ibáñez, Tintín por liderar a su equipo con entusiasmo y reconocimiento. Los hay que se identifican con Spiderman y su resiliencia a prueba de bomba y los que miran a Hulk como espejo para controlar y aprovechar su ira en tiempos de crisis. Pero nada como la saga de Los Vengadores para demostrar que, pese a los egos, toda negociación es posible entre grandes líderes en aras de un bien común.

El cómic es una inspiradora herramientas de conocimiento empresarial, según constatan algunos directivos consultados. Muchas de sus historias reflejan un paralelismo con el mundo de los negocios. Entre ellos los de Astérix se llevan la palma. “Aprendí de Astérix la importancia de escuchar y mantener unido al equipo para sobrevivir”, asegura José González Osma, director general de ADT. “Cada día vivo en su piel. Defiendo mi aldea distribuyendo un presupuesto que nos permita seguir creciendo y evite perder clientes frente al brutal asedio de los dos gigantes de la competencia”.

La visión “del pequeño contra los grandes” siempre ha gustado a Fernando Summers, presidente de Rastreator, que admira “cómo los personajes resolvían situaciones irreales o absurdas en un contexto de realidad, aplicando creatividad e imaginación”. Cualidades que, sumadas al inconformismo y rebeldía, lograron que Isabel Aguilera, ex directora general de Google, se identificara con Mafalda. “Como ella, siempre quise cambiar las cosas y mejorar el mundo. Una actitud que me ha permitido anticiparme, desde la tecnología, hacia soluciones innovadoras en sostenibilidad”.

Y para acercar la tecnología a sus alumnos, Enrique Dans, profesor de IE Business School, emplea los cómics de Astérix: “Tanto en positivo (la tecnología como poción mágica y forma de solucionar determinados problemas) como en negativo (la resistencia al cambio ejemplificada en la aldea gala que se quiere mantener al margen de la romanización)”.

Diferente impacto es el que ejerce el reportero Tintín, un personaje al que mueve la curiosidad y la defensa del equipo. Sus enseñanzas podrían construir el catecismo de la gestión de personas. Para el presidente de Auren Consultores, Javier Cantera: “Tintín evita el sesgo de personas buenas y malas dentro del equipo y cree que de toda la gente se aprende algo”. Dice además que no son pocas las veces que se pregunta ¿qué haría Tintín en esta situación? Con él aprendió que en una negociación, tipo convenio colectivo, “hay que ser cauto y no puedes enseñar todas las cartas al principio. La otra parte tiene que percibir que poco a poco también gana”.

A negociar, pero en equipo, se instruyeron los hermanos Suárez de la mano de Zipi y Zape para conseguir la preciada bicicleta. “Por cada sobresaliente ganábamos una pieza. Al ser a partes iguales, aprendimos a trabajar como un equipo focalizado en la consecución de un mismo objetivo”, apunta José Luis Suárez, socio de la consultora ETL. “Lo que también nos enseñó a no frustrarnos cuando no se premia el logro individual sino el colectivo”, añade Andrés Suárez, presidente de la Confederación Nacional de Empresarios Mayoristas de Frutas y Hortalizas de España (Coemfe).

Grandes emprendedores

Poderes sobrenaturales, tecnología de última generación y ciencia llevada a límites insospechados hacen de los superhéroes personajes capaces de despertar mentes hacia el emprendimiento y la innovación. Más aún en la era digital y con enormes desafíos, como el cambio climático, la crisis energética e incluso la carrera por liderar la conquista del espacio. Retos a los que buscan soluciones empresarios como Elon Musk que, para Guillermo de Haro, profesor de IE University, “quiere cambiar el mundo como Tony Stark (Iron Man)”. Y lo hace anticipándose con el coche eléctrico para frenar la emergencia climática o con los viajes a Marte donde espera enviar a un millón de personas en 2050. Bruce Wayne (Batman) como empresario millonario “participa de la genialidad de Steve Jobs y ambos comparten una inteligencia emocional conflictiva y bipolar”. Y Superman como exponente de las oportunidades que genera la movilidad e inclusión al provenir, como kriptoniano inmigrante, de un planeta diferente. “Recuerda a los grandes líderes indios a la cabeza de las grandes corporaciones tecnológicas”, agrega De Haro.

Cierra el círculo de la influencia de los superhéroes para montar negocios por su encomiable perseverancia para salvar al mundo, porque el fracaso es siempre para ellos una nueva oportunidad. “Hay que sacar lecciones del fracaso y avanzar”, apunta el presidente de Rastreator. Y evoca la etapa en la que tras crecer rápidamente como comparador de seguros, se lanzaron a la telefonía, banca y finanzas. “Pensamos que sería algo equivalente y nos equivocamos”. Convencidos de que podían aportar valor, lo intentaron sin descanso “como los personajes de Ibáñez, a los que todo les salía mal y nunca se rendían, y con el sentido del humor de Iron Man para rebajar tensión”. Finalmente “dimos con la fórmula de modelo económico sostenible que interesaba a las empresas de esos sectores”, añade.

Otro directivo que emplea la influencia de un superhéroe en su empresa es Juan de la Riva, consejero delegado de Immune Technology Institute. Y lo hace al entrevistar a los candidatos e incluso para descubrir en ellos potenciales emprendedores. “Hago como Daredevil (superhéroe ciego). Valoro más lo que no veo que el conocimiento técnico”.

Pero si hay un rasgo común a todos los superhéroes que comparten con emprendedores y autónomos “es el afán de superación por ser mejores, por levantarse y continuar, sin perder la empatía con los clientes anteponiendo sus necesidades a las tuyas”, dice Fernando Ortega, de Mapfre.

Del Capitán Trueno a Obélix

Las aventuras del Capitán Trueno, que le llevaron a recorrer cada rincón del globo, además de conocimientos de geografía, transmitieron a muchos de sus lectores la pasión por viajar y conocer otras culturas. “Me apasionaba leer cómo se vivía y hacían las cosas de forma diferente en otros países. Quizá por ello la movilidad ha sido una constante en mi carrera y me ha llevado a ocupar posiciones de apertura de mercados internacionales”, apunta el socio de ETL José Luis Suárez.
Para el presidente de Mercasa, José Ramón Sempere, la influencia de los cómics en el mundo empresarial tiene que ver con el optimismo que siempre le cautivó de Obélix, “una cualidad irrenunciable en un directivo. “De pequeño, como Obélix, me caí en la marmita de la fortaleza y ese optimismo me ha permitido afrontar vicisitudes y ser capaz de contagiarlo en las organizaciones en las que he trabajado”. 

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