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CAMBIO CLIMÁTICO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Digitalizar para descarbonizar

A medida que la digitalización avance y se extienda globalmente, deberíamos observar ganancias adicionales relevantes en el proceso de descarbonización de la economía mundial

Chimeneas
Chimeneas en una refinería de gas y petróleo.EFE

En el actual contexto socioeconómico global, y especialmente tras la crisis provocada por la pandemia de la covid, la digitalización y la sostenibilidad se han convertido en piezas fundamentales para la transformación económica y social, resultando especialmente relevante entender y analizar cómo ambas interaccionan.

¿De qué manera afecta la digitalización a la descarbonización? En los últimos años se ha intensificado el uso de la tecnología y de la digitalización en diversos sectores, lo que, sin duda, va a contribuir al progreso económico y social. Sin embargo, la digitalización también actúa como palanca para descarbonizar la economía mundial, facilitando así el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a su vez la transición hacia una economía baja en emisiones.

La transformación hacia una sociedad digitalizada mediante innovaciones tecnológicas tiene, entre otras ventajas, la capacidad de aumentar la eficiencia energética y facilitar la producción y el almacenamiento de energías renovables, con el consiguiente efecto sobre las emisiones. Un estudio reciente publicado por BBVA Research sugiere que la digitalización está favoreciendo la reducción de emisiones de CO₂ en economías altamente digitalizadas, como las del golfo Pérsico, Estados Unidos y los países europeos. A medio y largo plazo debería fomentar la descarbonización en economías con niveles de digitalización más bajos, como es el caso de América Latina o África.

El estudio apunta hacia la existencia de una relación en forma de U invertida entre la digitalización y las emisiones de CO₂ per capita, de modo que se identifican umbrales o niveles mínimos de digitalización a partir de los cuales las emisiones generadas por la actividad económica comienzan a reducirse. Según este análisis, el efecto marginal directo de la digitalización sobre las emisiones es limitado en comparación con el de otras variables, como el PIB per capita, pero una vez alcanzado el umbral puede provocar una reducción de las emisiones per capita de hasta un 10% en economías totalmente digitalizadas. No obstante, el efecto total es superior, con una reducción máxima de emisiones per capita próxima al 45%, al incluir también el impacto indirecto, como son las ganancias derivadas de una eficiencia energética más alta y de un mayor uso de renovables. Los umbrales de digitalización estimados para el efecto directo e indirecto eran superados en 2020 por el 60% y el 70% de los países analizados, respectivamente.

Mirando hacia el futuro, y a medida que la digitalización avance y se extienda globalmente, deberíamos observar ganancias adicionales relevantes en el proceso de descarbonización de la economía mundial. En definitiva, un desafío único que requiere de un cambio de paradigma y de una profunda transformación digital en la que las transferencias tecnológicas serán claves.

Joxe Mari Barrutiabengoa y Pilar Más, de BBVA Research.

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