La UE debe sacar la billetera en Ucrania
El país destrozado por la guerra necesitará un esfuerzo mucho más coordinado y más dinero para la reconstrucción
El Gobierno ucranio se las va apañando, con un poco de ayuda de los amigos. Pero los daños infligidos por el ataque de Rusia al país han agotado sus ingresos y han hundido sus finanzas públicas en números rojos. La Unión Europea y Estados Unidos han aportado hasta ahora dinero suficiente para que Kiev pueda pagar a sus empleados y atender los servicios públicos más urgentes. Pero deben prepararse para un largo esfuerzo financiero que mantenga a Ucrania a flote, antes incluso de comenzar la gigantesca tarea de reconstrucción del país.
El ministro de Finanzas, Serhiy Marchenko, ha afirmado que Ucrania necesitará 4.600 millones de euros de ayuda mensual para seguir funcionando. Parece que se refiere al gasto total del Gobierno, no al déficit presupuestario. De enero a abril, según cifras del Ministerio de Finanzas, Ucrania recaudó menos del 60% de los ingresos que deberían haber entrado, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional. El gasto también está por debajo del objetivo, aunque en menor proporción, debido a la muerte de posibles beneficiarios o a la destrucción de infraestructuras.
Extrapolando a partir de los cuatro primeros meses del año, el Gobierno ucranio se enfrentaría a un déficit de, al menos, 26.000 millones de euros este año. Es un cálculo conservador, ya que el periodo de referencia solo incluye dos meses de guerra. Y Ucrania no puede seguir endeudándose eternamente con la venta de “bonos de guerra” a la población, como ha hecho desde el estallido del conflicto.
Los ministros de Finanzas del G-7 señalaron la semana pasada que ya habían comprometido 18.500 millones de ayuda a Ucrania en forma de subvenciones y préstamos. Pero tendrán que hacer más este año, y su esfuerzo tendrá que continuar más allá de ese plazo.
Mala coordinación
Sus acciones son, por ahora, fragmentadas. Los gobiernos nacionales, la UE y organizaciones internacionales como el FMI o el Banco Mundial hacen sus propias aportaciones. Tendrán que coordinarse más, teniendo claro que la factura seguirá subiendo. Y habrá que iniciar un debate serio sobre la gobernanza de Ucrania y sus niveles de corrupción de antes de la guerra.
Construir unas bases sólidas para la ayuda de emergencia a Ucrania ayudará a garantizar el apoyo crucial de la opinión pública occidental en las siguientes etapas de la reconstrucción del país: reparar las infraestructuras de transporte y electricidad, y después invertir en el renacimiento del país. La tarea requerirá como mínimo 280.000 millones de euros, una cantidad 10 veces superior al presupuesto del Estado para este año. Mejor empezar con buen pie.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS
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