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Moody’s y Fitch mejoran la nota a España por su fortaleza económica

Las agencias de calificación, que siguen la estela de S&P, destacan las mejoras en el mercado laboral y la baja exposición a los aranceles estadounidenses

Tres de tres. Si hace dos semanas S&P Global Ratings mejoraba la nota a España por la solvencia de la deuda soberana, este viernes han sido las agencias de calificación crediticia Moody’s y Fitch las que han dado su respaldo subiendo un escalón sus respectivas calificaciones debido a su fortaleza y “resiliencia” económica. La primera eleva la calificación de deuda de ‘Baa1′ a ‘A3’y su homóloga pasa de ‘A-’ a ‘A’, lo que las sitúa en el nivel más alto desde 2012. La nueva nota implica una mejora en el grado de inversión, que en el caso de la agencia Moody’s cambia de “satisfactorio” a “bueno”, donde ya se encontraban Fitch y S&P.

Las agencias reconocen el buen ritmo de la economía española, con un crecimiento por encima de la media europea —la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima un repunte del PIB del 2% en 2026, y el FMI cree que progresará un 2,5%— y la creación de empleo. De hecho, el examen positivo supone un mensaje de confianza hacia la economía española por la capacidad del país para hacer frente a sus obligaciones financieras y refuerza la capacidad de España para financiarse en los mercados en mejores condiciones.

“España logra un triplete insólito de mejoras de rating de las mayores agencias internacionalesAlcanzado una calificación A en todas las agencias, el rango alto, lo que visibiliza la confianza en solidez y las buenas perspectivas de nuestra economía”, ha celebrado el ministro de Economía, Comercio y Empresas, Carlos Cuerpo, en su perfil de la red social X.

Fitch, que mantenía la calificación a España en ‘A-’ desde 2018, aunque en noviembre de 2024 elevó a positiva la perspectiva de su rating, subraya que el desempeño económico del país “ha superado las expectativas y ha superado con creces a otras importantes economías de la eurozona”. El pasado 13 de septiembre, la entidad recortó la nota de Francia (cayó un peldaño de de ‘AA-’ a ‘A’, con perspectiva estable) por la persistente inestabilidad política y las incertidumbres presupuestarias que dificultan un saneamiento fiscal

Moody’s es la agencia de calificación entre las principales que da la nota más baja a la deuda española, que desde 2018 la situaba en ‘Baa1′, aunque mantenía una perspectiva positiva. Ahora ha pasado a estable. En febrero, la agencia ya advirtió de que la condonación de casi 85.000 millones de euros a la deuda autonómica, que se aprobó a principios de septiembre, podría perjudicar al rating de España. No obstante, ha elevado su nota al poner en valor “un modelo de crecimiento económico más equilibrado, mejoras en el mercado laboral y un fortalecimiento del sector bancario, que incrementa la resiliencia de la economía”.

También S&P puso reparos a esta medida, al entender que podía genera un “riesgo moral” al disminuir los incentivos para que las comunidades pongan freno al crecimiento de la deuda. Sin embargo, la nota que dio a España el pasado 12 de septiembre como emisor soberano a largo plazo superó las expectativas, ya que elevó la calificación desde ‘A’ hasta ‘A+’, con perspectiva estable, siendo la primera subida desde 2019. Esta calificación hizo que la prima de riesgo española bajara de los 55 puntos por primera vez en 19 años.

Para Moody’s, el empleo ha sido una de las cuestiones más valoradas. En su opinión, la oferta laboral se verá incrementada debido a los flujos migratorios netos positivos y a los “incentivos para prolongar la vida laboral”, destaca en una nota de prensa. Asimismo, apostilla que el crecimiento económico se ve impulsado por la “ventaja competitiva” de España en la producción de energías renovables y la estabilidad macroeconómica.

En la misma línea, Fitch recalca que el crecimiento económico se sustenta en esa gran afluencia migratoria, en los “máximos históricos” de tasas de actividad y empleo, así como unas exportaciones de servicios sólidas y cada vez más diversificadas. “Las recientes ganancias de productividad, el moderado crecimiento salarial y los precios relativamente bajos de la energía han impulsado la competitividad externa y fortalecido los balances externos privados”, añade. Es más, coincide con Moody’s en que las previsiones acerca de España es que su economía se mantenga “resiliente”, gracias a la limitada exposición a los aranceles estadounidenses y al continuo desapalancamiento externo neto.

Retos para España

Pese a la mejora de calificación acometida, Moody’s advierte de que los futuros retos de la economía española son el envejecimiento de la población española. Sobre este desafío, indica la agencia crediticia que pone en valor que las sucesivas reformas de las pensiones que han elevado la edad media de jubilación, tanto mediante cambios en la edad legal de jubilación como a través de un sistema de bonus-malus que incentiva la prolongación de la vida laboral y penaliza las jubilaciones anticipadas.

Otro de los desafíos es el debilitamiento de las instituciones legislativas y ejecutivas españolas durante la última década, motivo este último que le ha llevado a dejar la perspectiva de evolución de su calificación en estable. “La perspectiva estable también equilibra una combinación de fortalezas y desafíos a nivel institucional. La fortaleza de las instituciones y la gobernanza de España es sólida en comparación con la de sus homólogos mundiales. Sin embargo, en nuestra opinión, la fortaleza de las instituciones legislativas y ejecutivas se ha debilitado en la última década, ya que las instituciones tienen dificultades para funcionar en medio de una mayor fragmentación política. Esta fragmentación política ha provocado un aumento significativo del uso de decretos que emanan directamente del ejecutivo y ha generado una incertidumbre política que puede estar frenando la inversión”, asevera el documento.

Para Fitch, este punto también es clave, pues destaca que el Gobierno “tiene cada vez más dificultades para conseguir el apoyo parlamentario” para aprobar iniciativas legislativas como son los Presupuestos Generales del Estado, prorrogados desde 2023. En este sentido, apunta además que existe una “incertidumbre fiscal” a medio plazo debido a la falta de una estrategia “creíble” sobre la materia.

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