Etiopía inaugura la ‘Gran Presa del Renacimiento’, la mayor presa hidroeléctrica de África en plena polémica con Egipto y Sudán
El segundo país más poblado del continente ha invertido cerca de 4.800 millones en la infraestructura, cuyas obras se han prolongado 14 años

Etiopía inaugura este martes la mayor presa hidroeléctrica del continente, una gigantesca obra de ingeniería, que ha supuesto un coste total de 4.800 millones de dólares. Se espera que esta infraestructura, conocida como la Gran Presa del Renacimiento Etíope, suministre electricidad a todo el este de África. La presa hidroeléctrica, que ha provocado disputas con otros países africanos por el caudal del Nilo, ha tardado 14 años en construirse y su edificación provocó la muerte de miles de personas, según recoge Bloomberg citando al ministro de Energía y Aguas. La puesta en marcha de este proyecto, que tiene una altura de 145 metros y 1.874 kilómetros cuadrados (mayor que toda la ciudad de Londres), ha tensado la relación con Egipto y Sudán sobre el control de uno de los mayores ríos del mundo, el Nilo.
Ambos gobiernos argumentan que para poder poner en marcha esta megapresa, instalada en uno de los principales afluentes del río, el Nilo Azul, debería haber contado con el beneplácito de ambos ejecutivos, aduciendo sus “derechos históricos naturales” con base en dos tratados firmados entre El Cairo y Londres en 1929 y otro entre Sudán y Egipto en 1959. En un comunicado conjunto, ambos países aseguran que la presa —ubicada en la región de Benishangul-Gumuz, al oeste del país, y a 15 kilómetros de la frontera con Sudán—, “representa una amenaza continua para la estabilidad de la situación en la cuenca oriental del Nilo de conformidad con el derecho internacional”.

El Ministerio de Exteriores de Egipcio ha asegurado en una misiva enviada al Consejo de Seguridad de la ONU que “no permitirá los intentos etíopes de controlar unilateralmente la gestión de los recursos hídricos”. Por su parte, el presidente de Kenia, William Ruto, ha afirmado que esta infraestructura es una “declaración panafricana” que ejemplifica “la magnitud y la ambición” de un proyecto liderado por africanos y que se alinea con la visión de la Unión Africana de conectividad energética continental.
Las autoridades etíopes rechazan estos tratados y defienden que esta infraestructura es vital para su economía, y permitirá satisfacer las necesidades energéticas de sus 135 millones de habitantes al contar con una capacidad de 5.150 megavatios, aunque estaba proyectada inicialmente para 6.000 MW. Adís Adeba espera también exportar electricidad a países de su entorno como Kenia o Tanzania.
Desde 2015 se ha tratado de resolver este conflicto, pero las negociaciones no fructificaron. La última ronda de conversaciones tuvo lugar en diciembre de 2023, que, tras su fracaso, El Cairo aseguró que se reservaba “el derecho garantizado por los convenios internacionales de defender su agua y su seguridad nacional”.

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ya aseguró en julio en el parlamento que la Gran Presa del Renacimiento Etíope no supone ninguna “amenaza, sino una oportunidad conjunta” que generará “beneficios” para todos los países de su entorno. Por su parte, las autoridades egipcias y sudanesas aseguran que “existen preocupaciones relacionadas con la seguridad de la presa, los vertidos incontrolados de agua y qué hacer en años de sequía severa”.
Este proyecto también se ha convertido en un poderoso símbolo de apoyo nacional para un país que noviembre de 2022 puso fin a la conocida como guerra de Tigray, un conflicto que enfrentó al gobierno etíope con el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray y que dejó un total de 600.000 muertos.
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