Ser autónomo en Zamora, la provincia con más autoempleo de España: “O montas algo o te vas”
El 26% de los afiliados a la Seguridad Social de Zamora son empleados por cuenta propia, frente al 16% nacional. Los expertos justifican el fenómeno por la escasez de actividad económica: “La gente tiene que buscarse la vida”

La peluquera Sara Ortiz, de 39 años, corta y peina en un pequeño local en la Plaza de la Constitución de Zamora. “Me va bien, no me puedo quejar. Tengo una clientela fiel y hago lo que quiero”, dice a la vez que identifica la peor parte de su trabajo. Como tantos otros autónomos, alarga a menudo su jornada —“hago miles de horas extra”—, apenas coge vacaciones —“15 días al año como mucho, en grupos de tres o cuatro días”— y vive preocupada por las fluctuaciones de su negocio. “Esto”, asegura en referencia a ser autónoma, “no era la ilusión de mi vida. Si me hubieran asegurado unas condiciones como Dios manda como asalariada no me hubiera metido”. ¿Y entonces por qué no trabaja por cuenta ajena? “Porque son lentejas. Es lo que hay en Zamora. O montas algo, siendo bueno como para sobrevivir y no cerrar enseguida, o te vas de aquí”. Con 16.000 autónomos, esta provincia del noroeste español es la que mayor proporción de autoempleo registra. El 26% de los afiliados a la Seguridad Social trabajan por cuenta propia, diez puntos más que el promedio nacional (16%).

Los representantes de los autónomos tienen claro por qué Zamora lidera este registro. “Es una economía menos desarrollada que otras, sin apenas industrias o grandes empresas que generen empleo. Es un ámbito muy rural, con población dispersa, lo que lleva a la gente a tener que buscarse la vida. Nos encantaría que todos los autónomos de Zamora lo fueran porque así lo desean, porque son emprendedores con grandes proyectos. Pero lo que vemos aquí y en otras provincias parecidas es que muchos negocios se abren por la falta de oportunidades”, subraya María Vallejo, del colectivo de autoempleo Trade Castilla y León.
El resto de provincias con mayor proporción de autónomos comparten algunas características con Zamora. Son Lugo (25%, a cierre de 2024), Ávila (24%), Cuenca (22,2%) o Teruel (21,6%), territorios muy rurales y con escasa población activa, deprimidos por la despoblación. En el otro lado de la balanza hay provincias muy diferentes, con más jóvenes y economías más dinámicas, como Barcelona, Zaragoza (ambas 14,3%), Huelva (13,8%) Álava (11,8%) y Madrid (11,6%).
Ante la escasez de grandes compañías en la provincia, la prestación de muchos servicios básicos recae en autónomos zamoranos como Antonio Fernández (29 años). Sin salir del pueblo, los residentes de Casaseca de las Chanas (unos 370 habitantes) solo pueden comprar alimentos en su tienda y en otra parecida. “Todo ha ido en declive. Yo antes despachaba a 80 personas diarias, pero la mayoría de esas clientas están en la residencia o en el cementerio”, cuenta su madre, María Elena Delgado (67 años), que abrió la carnicería en 1998. Ahora él lleva las riendas.
“Lo que he hecho yo es lo raro. La mayoría de la gente de mi edad se fue a estudiar fuera y están en Madrid, Salamanca, en Aranda... Otros han hecho oposiciones. Lo normal es que negocios como este cierren”, destaca Antonio, acostumbrado a trabajar hasta 14 horas al día en la temporada de matanza para sacar adelante su negocio. A lo largo de una hora de entrevista, un sábado por la mañana, entran tres vecinos: “Esta es la peor época. Hasta Semana Santa no remontamos”, aclara.

Eduardo Abad, jefe de la asociación de autónomos UPTA y residente en Zamora durante parte de su vida, destaca que el escenario de esta carnicería es el menos frecuente: “Muchísimos negocios van a cerrar en los próximos años. Es la provincia con el mayor índice de envejecimiento del trabajo autónomo. Más del 60% de los autónomos de Zamora ya pasan de los 55 años. Es un problema enorme que sufre casi toda Castilla y León. No hay plan de relevo generacional, lo que profundiza en que los pueblos se vacíen. Sin actividades económicas en el ámbito rural es imposible afianzar la población”.
El vicepresidente primero de la Diputación de Zamora, Víctor López de la Parte, subraya los esfuerzos de su institución para enmendar esta situación. “Estamos trabajando para fomentar el relevo generacional, hay una línea de subvenciones con ese objetivo”, lanza. “Las estadísticas nos dicen que los negocios familiares no suelen pasar de la tercera generación, luchamos para cambiarlo. Que los que quieran puedan seguir en su pueblo manteniendo el negocio de sus padres”, completa con un punto de esperanza.
Sangría demográfica
Los datos demográficos son desoladores: de las 248 localidades que componen Zamora, en 235 ha caído la población en las dos últimas décadas. Entre ellos están los grandes núcleos de la provincia, con un bajón del 9% en Zamora capital, del 3% en Benavente o del 11% en Toro. En otros territorios aquejados por la despoblación, las cabeceras de comarca aguantan mejor el tipo. Pero aquí el contexto es otro. La provincia sufre la mayor contracción poblacional de España respecto a 2004. Mientras el país en conjunto ha crecido un 14%, Zamora ha perdido el 16% de sus habitantes.
El bajón es aún más profundo en pueblos como Manzanal de Arriba, en la sierra de la Culebra, a las puertas de Portugal. Según los datos del INE, en 2004 tenía 439 habitantes, frente a los 350 que cuenta ahora. En torno a un centenar viven en Codesal, una pedanía en la que Dori Gallego gestiona el único bar, el Moby Dick. “Mi familia lleva este bar desde hace 36 años. La cosa está cada vez más flojita. Se nota muchísimo que hay cada vez menos gente. Los que hay se van muriendo y no hay jóvenes”, lamenta. Asegura que no le compensa contratar el fútbol, que con su clientela no puede pagar los casi 300 euros que cuesta cada mes. “No se nos apoya lo suficiente. Necesitamos más ayuda. Es más, en los meses de invierno abro, pero me compensaría más no hacerlo”, reivindica.
Es un sinsentido económico, pero la rentabilidad no es lo único que guía las decisiones de Dori: “Si cierro, Codesal se queda sin bar. Me da pena. No quiero dejar a la gente del pueblo sin un lugar para la partida. Es lo único que tiene la gente mayor. Entre ellos mi padre, que tiene 96 años”. A los 63 años, sabe que sus hijos (uno bombero y otro tatuador, ambos residentes en Zamora) no le darán el relevo. “Igual alguien pone otro bar, pero es muy difícil”, añade mientras un grupo de cuatro personas debaten al otro lado de la barra. Es un sábado de febrero y son las seis de la tarde.

Algunos negocios resucitan tras un cierre, como El Lobo Feroz. A ocho kilómetros de Codesal, es el único bar de otro de los núcleos de Manzanal. “Cuando vivía en Madrid me dedicaba a la hostelería. Y cuando vi que iba a cerrar, me animé a cogerlo yo”, dice la nueva responsable, Lidia Sotelo (38 años). Cambió la capital por el monte zamorano por amor, tras conocer a Daniel García (32 años), un ganadero en Pedroso de la Carballeda. Viven 13 habitantes, de los que cuatro son Lidia y su familia.
“Somos los únicos ganaderos del pueblo. Menos problemas, pero más posibilidad de que toque el lobo”, comenta Daniel, mientras busca a 60 de sus vacas en un cercado de unos 12 kilómetros de perímetro. Tras tocar varias veces el claxon del coche y llamarlas a voces, acaban acudiendo al trote. Al preguntar sobre la motivación de este reportaje, reflexiona: “Imagino que la mayoría de autónomos de Zamora serán del campo, ¿no? Porque no hay otra cosa”. “Aquí no hay trabajos de oficinas o cosas así. O trabajas por tu cuenta o nada, es lo más común”, completa Lidia.

Los datos sustentan la reflexión de la pareja: de los 16.000 autónomos zamoranos, 4.400 se dedican al sector agrario. Es un 28% del total de autónomos, una proporción altísima, que cuadruplica la media nacional de esta actividad. A la vez, solo el 5% están especializados en actividades científicas y técnicas, frente al 10% del promedio nacional. Y ante el 2,6% que viven de la información y comunicación en toda España, en Zamora solo son el 0,7%. “La principal actividad económica es el sector primario, mediante la agricultura y la ganadería. Si sumamos el comercio y la construcción, esos tres sectores emplean al 61% de los autónomos”, describe la presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Castilla y León, Leticia Mingueza.
Esta especialista cree que los autoempleados afrontan “demasiada burocracia” y les ayudaría una “simplificación normativa”. “A diferencia de las grandes empresas, los autónomos no tienen la capacidad para estar al día con tantas exigencias. Es muy duro, es normal que tantas personas tiren la toalla”, añade Mingueza. De diciembre de 2023 al mismo mes de 2024, Zamora ha perdido más de 200 autónomos, una caída del 1,4%. En el mismo periodo, la cifra nacional de autónomos creció un 1,3%. “Esto es una ruina. Y si quieres hacer algo, no hay mano de obra con la que trabajar, porque todo el mundo se ha ido o se va a ir. No hay futuro para nadie, pero aguantamos lo que nos echen”, finaliza Daniel mientras alimenta a sus vacas.
“Nuestros jóvenes se van fuera buscando mejores oportunidades que las que se ofrecen aquí. Si no hay una intervención pública que favorezca el establecimiento de industria, no veo que se pueda operar ningún cambio. En estos momentos parece ser que nuestro futuro pasa por colocarnos macrogranjas y plantas de biogás que son rechazadas en otras comunidades, con lo que lejos de avanzar vamos a peor”, agrega María Jesús Alonso, profesora del Derecho del Trabajo en la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Zamora, adscrita a la Universidad de Salamanca.

Otros autónomos de la provincia, aunque comparten parte del diagnóstico, hacen una lectura más positiva. Es el caso de Juanchu Fresno, que hace dos años reabrió un icónico local de la capital provincial. Durante años fue el bar Nieves, pero cerró como tantos otros comercios regentados por autónomos. “Después de muchos años trabajando como asalariado me despidieron. Yo habría seguido así toda mi vida, pensaba fallecer en mi anterior empresa. Pero vimos la oportunidad y nos lanzamos, nos animamos a montar un negocio. Pensábamos que iba a ser solo para dar trabajo a mi mujer, mi hijo y yo, pero ya hemos contratado a otras tres personas”, celebra en su bar, Donde Juanchu, con varias tortillas recién hechas en la barra.
Más empleados, más población
También cuentan con asalariados los autónomos que gestionan Talleres Saludes, una empresa especializada en construcciones metálicas y afincada en Villaralbo, a diez minutos de la capital zamorana. Emplean a medio centenar de personas, que atienden proyectos del mercado internacional. “Ahora estamos trabajando en un viaducto gigantesco que un cliente está haciendo en Noruega”, explica Juanjo Saludes, gerente de la empresa, que gestiona junto a otros familiares. Van por la tercera generación. Cree que otros negocios tienen potencial para crecer como ellos, para generar empleo asalariado, “pero les cuesta dar el paso, arriesgarse; si todos decimos que en Zamora no hay nada, nunca hay nada”.

El vicepresidente de la Diputación cree que el empleo por cuenta ajena crecerá en los próximos años: “La Junta de Castilla y León está haciendo inversiones importantes en la provincia, como el polígono en Zamora Norte. Es suelo industrial que necesitamos. Este proyecto, junto a otros en la provincia, atraerá empresas y actividad económica que generará empleos”.
Más allá de su talento para trabajar el metal, Juanjo cree que buena parte de lo que les hace competitivos en esos mercados es el hecho de desarrollar su actividad en Zamora. “Producir aquí es mucho más barato que si tienes las instalaciones en Madrid. El suelo y la mano de obra son más baratos. Esto te hace ser más productivo, sacar el producto con un coste de producción inferior”. Cree que un mayor tejido empresarial, con más empresas industriales cerca, les ayudaría a crecer. “Entre nuestros empleados tenemos hijos de personas que emigraron hace años y que ellos venían en verano”, agrega Ramón Saludes.

Aseguran que a estas personas les atrae la calidad de vida en Zamora, con precios muy inferiores a los de las grandes ciudades saturadas, donde la concentración de empleos (y en consecuencia de habitantes) impulsa los precios. Según Idealista, Zamora es la capital provincial más barata para alquilar una vivienda. “Aquí un sueldo da mucho más de sí. Tenemos un trabajador que estaba en una fábrica en Madrid y se ha mudado aquí. Le compensa por varios motivos, entre ellos que el trayecto al trabajo es más corto”, agrega Juanjo.
Es una reflexión parecida a la que hace Sara, la peluquera. “Me gusta mucho la vida en Zamora, es muy tranquila, todo es más barato. Todo está a diez minutos andando. Viví en Barcelona y era todo lo contrario, todo caro y lejos”, sostiene. Coincide Lidia, la ganadera y hostelera en Manzanal de Arriba: “Al principio me daban un poco de miedo las vacas, no me quería arrimar. Pero ahora las manejo estupendamente, como mi hijo. Dice que no quiere volver a Madrid, que aquí está muy a gusto”.
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