El pulso por el control de la patronal de pymes abre una brecha con la CEOE
El presidente de la patronal madrileña afea a Cuerva cómo ha modificado el reglamento interno de su organización y los detractores del líder de las pymes barajan impugnar la junta directiva del martes
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Todo puede pasar. Lo único cierto a fecha de hoy en el panorama de la representación patronal española es que la principal organización empresarial de pequeñas y medianas empresas, Cepyme, va a celebrar elecciones a la presidencia, previsiblemente antes del verano. Pero tampoco se conoce ni la fecha ni la identidad de todos los candidatos. Tampoco está del todo claro el procedimiento de la votación, después de que la junta directiva de este martes aprobara modificar los estatutos de la organización de pymes para eliminar el voto delegado en la asamblea electoral y limitarlo en otros órganos. Un asunto que ha hecho saltar chispas este miércoles en la reunión del comité ejecutivo de la CEOE, la principal organización empresarial española, en la que también se engloba la patronal de pequeñas empresas.
La modificación estatutaria en Cepyme, que aún debe ratificarse en una asamblea de la organización que se convocará próximamente, se produjo por el empeño de su presidente, Gerardo Cuerva, en que se votara en la junta directiva. Previamente, el comité ejecutivo de la organización había votado mayoritaria en contra de cambiar los estatutos (en una votación que no era preceptiva). Ante esto, los detractores de Cuerva barajan impugnar la junta: “Nunca debió celebrarse y así se lo dijimos varios”, asegura una persona al tanto de lo que ocurrió en esas reuniones y confirman otras fuentes. Ante la ausencia de un procedimiento formal interno para llevar a cabo dicha impugnación, los partidarios de anular el cambio de estatutos no descartan hacerlo ante los juzgados.
Por su parte, fuentes de Cepyme intentan rebajar el tono del enfrentamiento, a la vez que mantienen que la actuación fue correcta y estuvo avalada por su asesoría jurídica. Descartan rotundamente judicializar el asunto, al tiempo que aseguran: “Si hay alguna duda, repetiremos la junta directiva; y si perdemos una nueva votación, y Cuerva debe ir a elecciones manteniéndose el voto delegado, irá”.
La polémica por cómo aprobó Cepyme el cambio estatutario ha saltado este miércoles a la reunión conjunta que han celebrado en Madrid el comité ejecutivo y la junta directiva de la gran patronal CEOE, en la que participa la organización de pymes. El vicepresidente primero y también presidente de la patronal madrileña (CEIM), Miguel Garrido, ha tomado la palabra para afear en público a Cuerva lo ocurrido. Según personas presentes en la reunión, Garrido ha considerado “legal” la votación del comité ejecutivo de Cepyme pero “ilegal” la posterior realizada en la junta directiva. Ha dicho que ese paso “violentó los estatutos” lo que constituye una circunstancia de “enorme gravedad y trascendencia”. Y también ha manifestado preocupación por el “daño reputacional”.
Tras esa intervención, el propio Cuerva ha intervenido para defenderse relatando las “presiones” y “coacciones” a las que, según ha dicho, se ha sometido a numerosos miembros de Cepyme para que apoyen al candidato que elija Garamendi para disputarle la presidencia de la patronal de las pymes. Pero rápidamente, el presidente de CEOE ha zanjado ese discurso “para evitar que se repitiera el espectáculo dantesco de la junta de Cepyme”, precisa una persona partidaria de Garamendi.
Las causas de la fractura
La eliminación del voto delegado ha terminado de fracturar a Cepyme en dos, y eso que el proceso electoral para elegir presidente de la organización está aún en sus primeros momentos. El origen del conflicto es la pérdida de confianza del presidente de CEOE, Antonio Garamendi, en el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, quien se presenta a la reelección próximamente para seguir al frente de su patronal. Sin embargo, Garamendi no quiere que Cuerva siga en su cargo y en un tenso encuentro entre ambos, a mediados de enero pasado, le informó de que buscaría un candidato alternativo que le disputara la presidencia.
El motivo que adujo Garamendi fue que la patronal de las pymes con Cuerva al frente estaba adoptando excesiva voz propia, y que a CEOE le gustaría tener una relación más jerárquica y vertical con la patronal de las pequeñas y medianas empresas. Pero otras fuentes aseguran que lo que persigue el líder de CEOE es que Cuerva rebaje su tono crítico hacia el Gobierno. El nombre del candidato alternativo aún se desconoce, pero fuentes patronales aseguran que “existe y está esperando a que se convoquen las elecciones para darse a conocer”.
Sin embargo, ya antes de la convocatoria electoral el diseño del proceso ha saltado por los aires. Cuerva dio un paso estratégico de cara a su reelección con la supresión del voto delegado. Pero entre sus detractores argumentan que ha sido un movimiento “sucio”, “rastrero” y que “contraviene los estatutos de la organización”. La propuesta llegó a todos los órganos de Gobierno de Cepyme (los vicepresidentes de la organización; el comité ejecutivo, donde están los presidentes de todos las formaciones de esta patronal; y la junta directiva, máximo órgano de toma de decisiones) para modificar el reglamento de régimen interno y elimiar la posibilidad del voto delegado ilimitado en los procesos electorales. Es algo que ya se prohíbe expresamente en CEOE o en ATA (la organización de autónomos), así como en la mayoría del resto de asociaciones empresariales.
Según Cuerva, la razón de presentar ahora la propuesta de eliminar el voto delegado era garantizar la “limpieza” del proceso electoral y que las votaciones fueran “libres y secretas”. En ese sentido aportó un documento jurídico que lo justificaba. Y fuentes del entorno insisten en que tras la eliminación del voto delegado están las quejas de “numerosas organizaciones que se han puesto en contacto con Cepyme para denunciar presiones [de los partidarios de Garmendi] de carácter económico y contra el patrimonio sindical”. Con esto último hacen referencia, por ejemplo, al uso de determinados edificios emblemáticos como sede de algunas pequeñas patronales.
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