Un estudio de Cepyme alerta de que el nuevo salario mínimo representa el 70% del sueldo medio en las pequeñas empresas
En este tipo de compañías se sitúa 10 puntos por encima de lo recomendado, algo que perjudica la creación de empleo según advierte la patronal
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La decisión del Gobierno, en sintonía con los sindicatos mayoritarios UGT y CC OO, de situar el salario mínimo interprofesional (SMI) para 2025 en 1.184 euros brutos al mes (16.576 euros al año, repartidos en 14 pagas), no ha sentado nada bien a los empresarios, que vuelven a advertir de los efectos negativos que tendrá esta subida de 50 euros respecto al montante de 2024 sobre las compañías de menor tamaño. En su último estudio Salarios, repercusión de la subida del SMI, la patronal Cepyme alerta de que el SMI anual ya representa más del 70% del sueldo medio de las firmas más pequeñas.
Esta representatividad dentro de las empresas de menor tamaño, “que suponen el 99% del tejido productivo español”, está muy por encima del compromiso adquirido por el Gobierno al suscribir la Carta Social Europea, que determina que el SMI debe colocarse a la altura del 60% del sueldo medio. Algo que también ocurre al ampliar el prisma, ya que, según los cálculos elaborados por el Servicio de Estudios de Cepyme, “el salario mínimo interprofesional de 1.184 euros supone el 61,8% del sueldo medio neto de jornada completa”.
Que el sueldo base adquiera esta dimensión dentro de las tablas salariales de las compañías impacta sobre la productividad de estas, y de su capacidad para generar empleo. “Una prueba del perjuicio de las subidas acumulativas del SMI en las pymes”, dice el estudio, “es la evolución del empleo en las microempresas, que ha subido en un 0,9% desde finales 2018 frente al 12,9% que podría haber subido de proseguir las tendencias de aumentos de contratación en la dinámica anterior”. Esto, medido en puestos de trabajo, supone que la microempresa “ha dejado de crear 350.000 empleos por la repercusión del SMI”, indica el texto.
Junto con esta rebaja de la productividad, Cepyme avisa de que el SMI ha crecido “el triple que los precios desde 2018 (45,1% y 19,5%, respectivamente)”, y ha sido mucho mayor “que el aumento de las ventas, algo especialmente palmario en sectores intensivos en pequeñas empresas, como el comercio minorista o la hostelería”. “Como consecuencia de esa evolución al alza desacompasada de la evolución de la productividad, la inflación y las ventas, cae la rentabilidad de las pymes, lo que mina su capacidad de generar inversión y crear empleo”, remacha.
Mayores costes
El argumento de que los incrementos continuados del salario mínimo ―del 61% entre 2018 y 2025― han ralentizado la creación de empleo se ha situado reiteradamente en el centro del debate económico. Apelando a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), algunos expertos han defendido que las subidas han servido para aumentar la renta mensual media de las personas afectadas un 5,8% ―se calcula que son dos millones y medio de trabajadores quienes lo perciben―, reducir la desigualdad salarial, y que apenas ha tenido impacto sobre el cómputo de horas trabajadas. Sin embargo, los efectos que podría provocar en el futuro de mantenerse esta senda sí que generan disenso entre los académicos.
Cepyme también denuncia en su informe que el último aumento de 50 euros “coloca a España como el país de la UE con el salario mínimo más costoso en relación con la productividad”, y supone “la práctica intervención” de algunos sectores como el comercio y la hostelería, en los que trabajan la mayoría de los receptores. “El aumento del SMI ha sido desproporcionado a la evolución de la facturación y la productividad, llegando al punto de haber subido desde 2018 el doble que las ventas del comercio minorista y más del triple que las ventas registradas por los negocios con un solo establecimiento”.
Para visualizar el impacto que tienen la alzas del salario mínimo sobre los costes laborales que afrontan las empresas, el texto detalla que el coste efectivo es “entre un 67% y un 75% más alto que el SMI, y que la subida a 1.184 euros puede llegar hasta los 1.904 euros. ”Cepyme reclama una contención de los costes laborales en favor del empleo y la inversión empresarial en un marco que tenga en cuenta los sectores, territorios y los tamaños de empresa, habida cuenta de que la microempresa es la empresa tipo española”, concluye el informe.
Impacto territorial
Como también ha puesto sobre la mesa la patronal en anteriores negociaciones ―pese a que la potestad de fijar la cuantía del salario mínimo es exclusiva del Gobierno―, que este sea el mismo para todo el país, deriva en que su representatividad varíe en función de cada territorio.
Así, de acuerdo con los cálculos del Servicio de Estudios de la patronal de las pymes integrada en la Confederación de Organizaciones Empresariales Española (CEOE), los 1.184 euros se sitúa, a escala autonómica, por encima del 60% en trece comunidades, “lo que viene a suponer un agravio en los costes laborales en favor de las más pujantes y que castiga especialmente a aquellas regiones afectadas por la despoblación”. Extremadura (72,8%), Canarias (71,3%) y Murcia (68,6%) son los lugares en los que cuenta con mayor peso; mientras que en Madrid (53,9%), País Vasco (56%) y Navarra (57,9%) su talla es la más baja.
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