La Autoridad Fiscal advierte de que el plan del Gobierno no garantiza alcanzar los objetivos de deuda
El impacto del envejecimiento obligará a tomar medidas de ajuste a partir de 2026, señala el organismo encargado de velar por las cuentas públicas
La Autoridad Fiscal ha alertado este martes de que el plan fiscal que el Gobierno ha presentado en Bruselas no garantiza el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda previstos. La deuda pública disminuirá con relación al PIB, pero no se colocará en una senda completamente descendente al final de periodo como exigen las nuevas reglas fiscales europeas. Estas obligan a comprometerse con una senda anual de aumentos del gasto, una vez descontados los intereses, el gasto cíclico por desempleo o los fondos europeos. De esta forma, limitando los desembolsos, se consigue hacer un ajuste y, en consecuencia, poner la deuda en una senda descendente a medio y largo plazo. Y siempre se puede elevar ese margen de gasto si además se adoptan medidas de ingresos.
Sin embargo, al no haber detallado el Gobierno el plan, la Autoridad Fiscal ha realizado su análisis basándose en un escenario a políticas constantes. Es decir, no se tiene en cuenta por ejemplo el paquete fiscal presentado recientemente en el Congreso. Y bajo esas condiciones, el organismo concluye que hará falta abordar un ajuste. No en 2025 porque el Gobierno se ha concedido más margen para ese ejercicio elevando el límite de gasto computable y gracias a la retirada de las ayudas por la inflación. Pero sí en adelante: “A partir de 2026 serán necesarias medidas dado el impacto del envejecimiento en el gasto. No será suficiente”, ha declarado Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), en la presentación de dos informes sobre las cuentas públicas, uno sobre las líneas presupuestarias anuales y otro sobre el plan fiscal estructural.
El Gobierno ha limitado el gasto computable a un máximo del 3% de crecimiento en el promedio anual entre 2025 y 2031. Pero la Airef piensa que este aumento de los desembolsos debería ser más exigente y situarse en el 2,8% anual para que se pueda cumplir con los objetivos de deuda y déficit. En todo caso, a políticas constantes, el gasto va a ser superior al 3% en el periodo de ajuste: se colocaría en unas tasas de expansión anuales del 3,6%, según las previsiones del organismo encargado de velar por las cuentas públicas. En consecuencia, el déficit público se quedaría en 2031 en el 3,1% del PIB en lugar del 0,8% comprometido, y la deuda subiría al 108% del PIB. Pero incluso si se aplican las tasas de gasto que ha comprometido el Gobierno a este escenario de políticas constantes, el déficit se iría al 1,8% del PIB y la deuda se estabilizaría alrededor del 87% para luego subir desde esas cotas un poco a finales de la década de los años treinta y, por lo tanto, no se cumpliría con el objetivo de las reglas fiscales europeas de dejarla en una senda descendente 10 años después del ajuste. “El plan fiscal representa un avance en la sostenibilidad, pero no garantiza por sí sola la reducción del déficit y la deuda”, concluye el estudio de la Airef.
La diferencia entre gastar un 3,6% y un 2,8% en el promedio implica que harán falta ajustes. Entre 2026 y 2028, unas dos décimas de PIB al año, unos 3.000 millones con el producto interior bruto de este año. Y entre 2029 y 2031, entre tres y cuatro décimas: entre 4.500 y 6.000 millones al año. En principio, esos serían los ajustes necesarios para cumplir. Pero la Autoridad Fiscal matiza que estos números se han hecho con sus escenarios de ingresos, gastos y PIB. El Gobierno ha podido proyectar un escenario muy distinto de gastos, ingresos y PIB, con el que sí se cumpliría y que la Comisión Europea podría validar. Esas diferencias podrían bastar para cumplir sin que haya que abordar más medidas, reconocen los expertos de la Airef.
Con la reforma de las reglas fiscales europeas se pretendía que los ajustes se hicieran más graduales y fueran menos procíclicos, es decir, que no se tuvieran que poner en marcha justo cuando la economía no iba tan bien, aumentando el impacto negativo de los ajustes. Pero la Autoridad Fiscal señala que el Ejecutivo está retrasando los esfuerzos: “Las mayores limitaciones al gasto se posponen al final del periodo coincidiendo con menores crecimientos del PIB”, destaca la Airef. Pese a lo que se pretendía, está diseñado de manera procíclica, permitiendo más gasto cuando más crece la economía y menos cuando se espera que haya una menor actividad.
Falta de información
A juicio de la Airef, el plan carece de la información suficiente sobre las medidas que respaldarán esa senda de ajuste, cuáles serán las sendas de gasto e ingresos o cómo se repartirán los esfuerzos entre Administraciones. Es un documento que recoge un compromiso político, pero que no fija una estrategia fiscal a medio plazo, dice. Y esto se debe, en parte, al propio marco europeo, que ha permitido una redacción con un contenido bastante menos exigente que los anteriores programas de estabilidad que se enviaban de forma anual a Bruselas. “Está lejos de unos mínimos y hemos sido unos de los países que menos detalle hemos dado”, ha señalado Herrero. Países como Portugal, Holanda e Italia han ido más allá y han presentado un mayor detalle. Por ejemplo, han publicado cifras presupuestarias para los cuatro años de proyección.
También preocupa en la Airef que la legislación presupuestaria española no sea consistente con el nuevo marco europeo. Por ejemplo, la regla de gasto nacional, que es la que obliga a Administraciones como las comunidades y ayuntamientos, no se ha homologado con la nueva europea de gasto máximo computable. Y critica que no haya habido sobre el plan fiscal ni un debate previo en el Parlamento ni una consulta pública.
Por otra parte, la Autoridad Fiscal alerta de que el déficit público puede desviarse este año por encima del 3% del PIB comprometido con Bruselas. Este 3% de déficit es el umbral que, de sobrepasarse, obliga a poner al país bajo un mayor control presupuestario europeo. La Comisión sacó a España del llamado Procedimiento por Déficit Excesivo porque consideraba que el Gobierno lograría bajar en 2024 su desfase en las cuentas públicas hasta el 3% del PIB. Pero si no lo hace, podría volver a tener que someterse a una mayor disciplina fiscal.
La Autoridad Fiscal cree que, en su escenario central, España logrará reducir el déficit del 3,5% al 3% del PIB. Pero el Ejecutivo ha enviado a Bruselas una previsión de gasto que, de cumplirse, dejaría el déficit en el 3,5% y devolvería a España a una supervisión más férrea de Bruselas. Si además la Comisión tiene en cuenta este incumplimiento de 2024, cuyo incremento del gasto computable debería ser del 2,6% en vez del 5,3% que estima el Gobierno, eso podría lastrar la ejecución del plan. Según apunta la Airef, si se cumpliera la recomendación europea de mantener este año el gasto computable en un aumento del 2,6%, la deuda se recortaría en casi cinco puntos de PIB más hacia finales de la década de los años treinta. Así que ese incumplimiento en el año base importaría bastante en el resultado final del ajuste.
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