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La fotovoltaica ya cubre la mitad de la nueva demanda de electricidad en el mundo

Las renovables aportarán el año que viene más de la tercera parte de la generación. La demanda eléctrica crece al ritmo más alto desde 2007

Ignacio Fariza
Energías renovables
Una planta fotovoltaica en Porzuna (Ciudad Real), a finales de 2023.OSCAR DEL POZO ( AFP / GETTY IMAGES )

Una fuerza lo está cambiando todo en el mundo de la energía. Las células fotovoltaicas, una tecnología relativamente sencilla —y barata— que convierte los fotones de luz en electrones está sacudiendo los cimientos de lo fósil: casi la mitad de la nueva demanda mundial de electricidad ya se cubre con energía procedente del sol. Otro cuarto lo aporta el viento, con lo que el gas natural —el combustible menos contaminante, pero aun así sucio— está viéndose arrinconado en la matriz eléctrica del futuro que dibuja este viernes la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Que las renovables cubran casi por sí solas la nueva demanda de electricidad es un hito significativo. Pese a su estancamiento en las economías avanzadas —y, muy particularmente, en Europa—, el organismo con sede en París prevé una aceleración en el consumo de electricidad a escala mundial: aumentará un 4% tanto este año como el que viene, con el crecimiento económico, las olas de calor y la “continua electrificación” —una muy buena noticia, aunque hace falta más— como principales vectores. Es, subraya, el mayor incremento desde 2007 si no se tienen en cuenta los atípicos rebotes de 2010 y 2021, tras la crisis financiera y la pandemia. Y volverá a ser superior al crecimiento del PIB, tras un bienio (2022 y 2023) en el que los altos precios y la eficiencia forzosa condujo a la situación opuesta.

El salto en la demanda de electricidad estará guiado por la trayectoria de los dos países más poblados de la Tierra: India y China. En el primer caso, el consumo cerrará este año con un fortísimo aumento del 8%, “por una mezcla de fuerte crecimiento económico y poderosas olas de calor”. En el segundo caso, el consumo eléctrico repuntará un también notable 6%, “como resultado de una actividad robusta en el sector servicio y en varios sectores industriales, entre ellos el de fabricación de equipos de energías limpias [como paneles solares o baterías]”.

La emergencia climática obliga a un giro drástico a un mix energético todavía muy dependiente de lo fósil. Pero el sector eléctrico está dando señales de cambio de era. La suma de la generación fotovoltaica y la eólica superará por primera vez al carbón el año que viene; un hito inimaginable hasta hace bien poco, cuando ese combustible —el más dañino desde el punto de vista de las emisiones de dióxido de carbono— aún dominaba sobre el resto. Pronto dejará de ser así, pese a su todavía elevado peso en los gigantes emergentes y en Estados Unidos, y de que su quema sigue creciendo —aunque modestamente— a escala global.

“La generación con carbón caerá algo menos del 1% en 2025 y entrará en una suerte de meseta, a medida que se vea crecientemente desplazada por el rápido crecimiento de la eólica y la solar fotovoltaica”, apuntan los técnicos de la AIE en la actualización de su icónico monográfico sobre el sector eléctrico. En poco más de una década, las renovables han pasado de ser un actor de reparto a un personaje principal en la matriz eléctrica mundial. Un peso específico que, además, va a más: si en 2023 las energías limpias (hidroeléctrica incluida) suponían el 30% de la generación total, en 2025 ya será el 35%.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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