Ricardo Hausmann: “Lo importante no es cuánto gastas en I+D, sino tener talento para convertir el dinero en innovación”
El economista venezolano considera que la desregulación de Javier Milei en Argentina va en la dirección correcta aunque expresa dudas sobre su alcance
Ricardo Hausmann (Caracas, 67 años) es uno de los economistas de bandera de Latinoamérica. Fue ministro de su país en los años noventa y economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo durante más de un lustro. Profesor en Harvard, dirige desde hace casi dos décadas el Harvard Growth Lab, centro que acaba de sellar un acuerdo con la Junta de Andalucía que permita marcar una hoja de ruta para el crecimiento económico y la generación de empleo. Ese motivo le ha obligado a una visita fugaz a España en la que ha mantenido una charla con EL PAÍS. Durante la entrevista, Hausmann relativiza los resultados educativos de los informes PISA y repasa la situación de algunas economías latinoamericanas, donde defiende algunas de las medidas de shock tomadas por Javier Milei en Argentina, aunque expresa dudas sobre su alcance.
Pregunta. España sacó unas pésimas notas en las pruebas PISA. ¿Nos tiene que preocupar mucho, pensando en nuestro futuro?
Respuesta. Sabemos poco del impacto que tienen esas pruebas sobre el desempeño económico, porque las series de tiempo son muy cortas. Así que es difícil de saber, pero mi experiencia indica que muchas veces el desempeño económico depende de otros factores, no solo de la educación. Si uno mejora mucho la educación y no otras cosas de la economía y la sociedad, la gente se dará cuenta de que su capital humano vale mucho más en otro sitio que aquí. Por ejemplo, yo soy venezolano y allí la educación no está bien, pero está mucho mejor que otras cosas, y esas cosas hacen que el talento se vaya. Pero, ¿preocuparnos por la economía porque salimos mal en una pruebas PISA? No está claro.
P. ¿Es rentable invertir en educación?
R. La pregunta no se puede responder a nivel agregado: lo que es cierto es que hay gente que no encuentra empleos y hay vacantes que no consiguen trabajadores. Hay un cambio importante en el tipo de destrezas que demanda el mercado laboral y esos descalces generan problemas a los trabajadores y problemas a las empresas. En resumen, aquí la cuestión es adecuar oferta y demanda.
P. Nvidia se ha convertido en la empresa más valiosa del mundo. ¿España es capaz de formar a los trabajadores que necesita ese tipo de empresa?
R. Hay un indicador para saberlo: donde ubican geográficamente esas empresas sus departamentos de investigación y desarrollo. Nvidia tiene centros de I+D en Taiwán, Israel, India, Alemania y Finlandia. Lo importante no es cuánto dinero gastas en I+D, lo importante es si tienes el talento para transformar ese dinero en innovación. Si lo tienes, vendrán de todo el mundo a usarlo, ya sea en tu ciudad o en tu provincia. Y el talento lo tienes que atraer, no necesariamente formarlo. La gente va a Silicon Valley a hacer I+D, pero el 54% de los que trabajan en eso son extranjeros y el 28% son de otros Estados. Solo el 18% son de California, a pesar de que el Estado tiene casi 40 millones de habitantes.
P. ¿Qué explica que un territorio pobre pueda converger con uno rico?
R. El hombre vive de transformar el mundo, y para hacerlo se requieren muchas cosas, pero el ingrediente más importante es “saber hacer las cosas”. Los países ricos son los que han aprendido a hacer más cosas y a hacer cosas más difíciles de hacer, mientras que los pobres hacen pocas cosas bastante sencillas. La convergencia implica aprender a hacer más cosas y cosas más complejas. La cuestión no es principalmente de añadir más valor agregado a tus materias primas, las cuales al fin y al cabo se pueden traer de muchas partes, sino de añadir capacidades a tus capacidades. Finlandia tiene muchos árboles y con eso se pueden hacer muebles y papel. Pero lo que los hizo ricos fue el haber desarrollado máquinas y herramientas para cortar madera. De allí pasaron a máquinas para cortar otras cosas, de allí a máquinas automatizadas de cortar. Y con la automatización pasaron a máquinas de todo tipo, terminando en Nokia. Añadir capacidades a tus capacidades abre puertas que no te habrías imaginado.
P. ¿En eso piensan para Andalucía, con el trabajo que han firmado con la Junta?
R. Sí, es un proyecto con el que estamos muy emocionados. La Junta de Andalucía, Unicaja, Oliver Wyman… sector público, sector privado y academia vamos a colaborar para ver cómo Andalucía podría crecer de forma sostenible y sostenida en el tiempo. Vamos a mirar todo lo que podamos de Andalucía para ver dónde están las oportunidades en cada lugar y creo que vamos a encontrar cosas muy distintas en cada provincia. Usaremos muchísimos datos, pero la respuesta que tenemos que tratar de responder es qué cosas están dentro de lo que a algunos les gusta llamar el adyacente posible: cosas que ahora no están pero que sería factible que estuvieran en la economía andaluza en el futuro próximo. Y de ellas, cuáles son las más atractivas de acuerdo con las aspiraciones que tiene la gente en esa región.
P. Europa, y España, tiene un importante problema de productividad, lo que complica competir con Estados Unidos y China. ¿Qué hay que hacer?
R. Creo que la productividad no es la medida más útil para buscar soluciones, porque te da la idea de que tienes que poder hacer lo mismo con menos recursos. No creo que deban ir por ahí los tiros. Hay que jugar en otros ámbitos. Los países que son más productivos no hacen las mismas cosas que los menos productivos. Hacen cosas diferentes y usando métodos diferentes. La pregunta es: ¿cuáles son las actividades humanas que generan más valor y cómo se le da valor a posibles actividades? El desierto es un lugar infértil, no llueve, no hay nubes… pero ahora se puede transformar esa energía solar en electricidad barata. Muchas veces lo que importa no es la naturaleza en sí, sino la tecnología que puedas desarrollar o adoptar para crear valor. Chile ha tenido el desierto de Atacama desde siempre, el cual es el lugar de mayor insolación del mundo. Te hubieses podido imaginar que por eso desarrollaron las capacidades y la tecnología para utilizar esa energía solar. Sin embargo, la principal empresa que les trajo esa tecnología es andaluza (Abengoa), porque en Andalucía también había mucho sol, pero allí sí hubo quien actuara sobre ese potencial. El valor de los recursos naturales de cada país depende de la tecnología de la que dispongas para transformar ese recurso en valor. En el fondo, los retos ambientales también son retos tecnológicos y eso en sí es una fuente de crecimiento.
P. ¿Usted cree en el decrecimiento?
R. No. La base de la economía está en la creación de conocimientos para hacer cosas que los demás valoren. Todo el secreto de la economía de mercado es que uno se dedica a hacer cosas por los demás y cuánto gana uno depende de cómo lo valoran los demás. Eso por sí solo genera crecimiento, aun sin quererlo y no veo que nadie se beneficie de una dinámica que ponga fin a eso, ni siquiera se beneficia el medio ambiente.
P. ¿Cómo valora el nuevo paradigma que Javier Milei está llevando a cabo en Argentina?
R. Milei ganó las elecciones por la frustración de los argentinos con la inflación y su principal compromiso es bajarla. Ha optado por una estrategia de shock en vez de una estrategia más gradual como la que adoptó el gobierno anterior de Macri y que al final fracasó. Ha centrado su estrategia en una rápida disminución del déficit fiscal y ha logrado pasar de un gran déficit a un superávit en meses. Esto ha sido en el contexto de una recesión y un brinco en el nivel de precios. Aun así, mantiene su popularidad. Esto es impresionante, pero aún no sabemos cómo termina la película. No sabemos si van a poder sostener el ajuste fiscal. Además, necesitan un régimen cambiario distinto al desastre que heredaron, pero aún no han anunciado cuál es. Con respecto a regulación económica, no sé a dónde quiere llegar Milei, pero respecto al régimen hiperrestrictivo que heredaron del peronismo, su estrategia de desregulación va en la dirección correcta.
P. A finales de este mes hay elecciones en Venezuela. ¿Qué se juega?
R. Si hubiese un cambio político, la recuperación económica y social del país podría ser dramática, porque es un país que ha tenido el peor desempeño económico en la historia de la humanidad fuera de guerras. Y peor desempeño económico que la mayoría de las guerras también, incluida la Guerra Civil española, en donde el PIB cayó el 29%, o la Segunda Guerra Mundial, cuando la economía alemana cayó un 50%. En Venezuela ha caído un 80% y han salido ocho millones de personas en un país de 32 millones. Una catástrofe así no se había visto antes. Esto fue causado por un rumbo político errado. Un mejor marco de políticas podría tener efectos dramáticamente positivos. Y, según las encuestas electorales, eso es lo que quieren mayoritariamente los venezolanos. Vamos a ver si van a dejar que esa voluntad se haga realidad.
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