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España, país invitado de Summer Fancy Show, la principal feria de alimentación y bebidas de América del Norte

El ministro de Agricultura, Luis Planas, confirma en Nueva York que el Consejo de Ministros rebajará este martes a 0 el IVA sobre el aceite de oliva, que lidera las exportaciones a EE UU

Luis Planas
El ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Luis Planas (derecha), este lunes en el pabellón español de la feria Fancy Foods en Nueva York.Ángel Colmenares (EFE)
María Antonia Sánchez-Vallejo

España es el país invitado este año en la Summer Fancy Food, la feria de la alimentación más importante de América del Norte, que se celebra en Nueva York y en la que participan 2.400 exhibidores de 60 países y regiones. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado el potencial de crecimiento del sector agroalimentario español en el mercado de EE UU, el segundo en importancia tras Reino Unido fuera de la Unión Europea, gracias a una oferta en la que se conjugan calidad, cantidad y variedad. España aúna “tradición y vanguardia” para ofrecer “alimentos seguros, saludables, variados y de gran calidad”, algo cada vez más valorado por el consumidor estadounidense.

La presencia de Planas en Nueva York coincide con la aprobación este martes por el Consejo de Ministros de un IVA del 0% —actualmente era del 5%, ya reducido— sobre el aceite de oliva, una medida “extraordinaria y temporal” por la acusada carestía de los precios, que se han triplicado desde 2021 debido al impacto de la sequía en las cosechas. En la pasada se contabilizaron 866.000 toneladas y en la anterior, 688.000, cuando la media suele ser de 1,3 a 1,4 millones de toneladas.

El aceite de oliva es precisamente el producto agroalimentario español más consumido en EE UU, por delante del vino. Un solo dato demuestra un interés que va a más: el año pasado, este fue el segundo mercado en volumen de consumo de aceite de oliva, tras Italia. La demanda en los últimos años se acerca al millón de toneladas. La exportación de este producto supuso “640 millones de euros, seguido por el vino, con 313 millones”, detalló Planas. Les siguen de cerca productos como el queso, “que tiene el mayor mercado internacional en EE UU”.

Pero España, que ocupa el segundo pabellón más grande de la feria, en su 68ª edición, no sólo vende aceite de una calidad excelsa. Cerca de 80 expositores, de conserveras tradicionales, marcas de turrón, cafés artesanales y de vanguardia, bollería sin gluten o los frascos de Cola-Cao de toda la vida, tienen un lugar de honor en este feria de exquisiteces que ocupa una extensión equivalente a seis campos de fútbol, en el descomunal centro de convenciones de Manhattan. “Es un magnífico escaparate para el sector agroalimentario español”, recalcó el ministro de Agricultura, que durante su estancia se reunirá con empresas y distribuidores del sector, con representantes del sector vinícola y visitará Europastry, en Nueva Jersey, de una de las empresas españolas líderes en masa congelada y bollería. “El año pasado el sector [de la agroalimentación] exportó a EE UU 2.975 millones de euros; aparte del Reino Unido, EE UU fue nuestro primer mercado fuera de la UE”, explicó el titular de Alimentación.

Sólo en los cuatro primeros meses de este año, ha recordado Planas, el sector agroalimentario ha superado en exportaciones al resto de sectores manufactureros en España. Las cifras confirman “la fortaleza y la resistencia” del sector, pese a reveses tales como la pandemia y, posteriormente, la guerra de Ucrania: España es la cuarta potencia alimentaria europea y la décima del mundo en producción. Las exportaciones de alimentos acumulan 12 años continuos de superávit y representan casi el 20% del total, con un valor de 70.400 millones de euros en 2023. Como país exportador de alimentos, es el cuarto de la UE y el séptimo en el mundo.

La amenaza de imponer aranceles de Trump

Para Planas, la historia de éxito del sector agroalimentario español en el mundo, “un sector muy diversificado”, se debe a la conjunción de una materia prima de excepcional calidad, la competitividad del sector y la solidez de su estructura empresarial, la apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías, así como por la sostenibilidad ambiental, y el buen hacer de millones de personas que convierten a diario la tradición en futuro. “La exportación de alimentos españoles tiene una dimensión más amplia, es también la visibilidad de nuestra gastronomía, de nuestros restaurantes. Proyectamos no sólo alimentos, sino una forma de vida, la dieta mediterránea, que supone algo más que alimentarse, porque es una forma de ver las cosas, el mundo”.

Preguntado por la eventualidad de que una victoria de Donald Trump en noviembre implique una subida de aranceles, tal como ha prometido el candidato republicano, Planas ha señalado que cualquier guerra comercial, y especialmente una que involucre al sector de la alimentación, no beneficia a nadie. “Europa, no sólo España, tiene que estar preparada para cualquier eventualidad”, ha indicado. “La invasión de Ucrania por Rusia alteró mucho los mercados internacionales, por ejemplo cereales, oleaginosas y fertilizantes. Hay una situación de inestabilidad que no es favorable. Por tanto, apostamos por un comercio internacional basado en reglas y donde no haya guerras comerciales de unos contra otros. En las guerras comerciales nadie gana, y eso sucede especialmente en las guerras que involucran al sector agroalimentario porque afecta a la capacidad de compra de los ciudadanos. Eso no es bueno. Con los productos agroalimentarios no se juega”

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