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Los millonarios sueldos de la cúpula de Herrero Brigantina

El fundador de la compañía financiera investigada por estafa percibió 3,7 millones de euros entre 2016 y 2020, según documentos internos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Un primo del ejecutivo, soldador de profesión, se embolsó casi 700.000 euros en dos años

Joaquín Gil
Herrero Brigantina
El economista y fundador del grupo Herrero Brigantina, Juan González Herrero, en una imagen publicada en la web del conglomerado financiero.

El economista Juan González Herrero, CEO del conglomerado financiero Herrero Brigantina, prometía con entusiasmo a los 35.000 clientes que decía tener en Europa beneficios de hasta el 50% en 10 años. Su presunta fórmula de éxito se basaba en indescifrables productos de inversión ligados a seguros. Reputados médicos, empresarios y profesionales liberales sucumbieron a la pirotecnia verbal del visionario. Y, aunque no consta que estos ahorradores anónimos dispararan su fortuna, existen evidencias de que González Herrero y su círculo más íntimo -sus dos primos y su esposa- se enriquecieron antes de que arreciaran las primeras sombras de impagos. Así lo revelan centenares de documentos internos de la compañía a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Informes contables confidenciales que todavía no han aterrizado en la mesa del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que indaga a la corporación por una presunta estafa de 40 millones.

Los archivos desvelan retribuciones del fundador de 3,7 millones de euros e ingresos de casi 700.000 de su primo, soldador de profesión reconvertido en ejecutivo. También hay nóminas con complementos de productividad de más de 120.000 euros de la esposa del CEO, que antes de desembarcar en el tinglado mercantil como directiva trabajaba de camarera en un restaurante.

La lista de oro de sueldos la encabeza el fundador. A sus 45 años, González Herrero percibió 3,7 millones entre 2016 y 2020. Su remuneración fue ascendiendo conforme avanzaban los años. Así, este asturiano cobró más de 100.000 euros anuales en 2016 y 2017 y rebasó los 155.000 en 2018. En 2019 y 2020, alcanzó el cenit y sus ganancias superaron los 1,7 millones anuales, según los documentos internos de esta empresa que anunció en 2023 su salida a Bolsa. Un sueño que nunca cuajó.

El fundador hizo también caja a través de un contrato de prestación de servicios. Por esta vía, ganó más de 2,3 millones de euros en un solo año. Compañías de la corporación, como Herrero Brigantina S. A., que en un ejercicio le abonó 1,8 millones, o North Atlantic Insurance Broker Company, que pagó al ejecutivo más de 370.000 euros en un año, regaron con generosidad las cuentas corrientes del gurú de las finanzas leonés.

Este diario ha intentado sin éxito recabar la versión de González Herrero. El ejecutivo figura desde el pasado enero como administrador único de la firma jurídica leonesa Leyec2024 SLP, según la base de datos Informa, que se nutre del registro mercantil. Con un capital de 3.000 euros, esta compañía, que tiene a dos abogados como socios, ofrece soluciones para impulsar “negocios y patrimonios”, según su web.

Los jugosos honorarios de los primos del fundador

Tras el CEO, los siguientes agraciados por el maná de fondos de Herrero Brigantina fueron sus primos Carlos y Jorge A. H. El primero, de 32 años y soldador de profesión, cobró casi 700.000 euros entre 2018 y 2020. Su retribución, como la del resto de ejecutivos, fue in crescendo con el paso de los años. Se embolsó más de 187.000 en 2018; 170.000 en 2019 y superó los 333.000 en 2020, según los documentos.

Carlos A. H. relata a este diario que, cuando desembarcó en la compañía de su primo con 26 años, desconocía qué era el consejero de una empresa. Un cargo que aprendió a fuerza de práctica al ejercerlo en la firma de su pariente hasta 2020. “Un día eras trabajador y otro, consejero”, recuerda el familiar, que justifica parte de su fortuna con los beneficios de una empresa de apuestas deportivas radicada en Canarias que dice haber creado.

Al hermano de Carlos, Jorge A. H., abogado de 36 años, tampoco le fueron mal las cosas en el tinglado empresarial concebido por su primo. Ganó más de 800.000 euros entre 2017 y 2020. Y su retribución también progresó con el tiempo. Los más de 170.000 que percibió en 2017 se transformaron en algo más de 300.000 en 2020, según los documentos. “Un día te levantabas y descubrías que eras secretario de Herrero Brigantina”, reitera a este diario este hombre que reconoce que le ha contactado la Policía Nacional para desgranar el mecanismo de la presunta estafa.

Generosidad con la esposa del CEO

Tras la salida abrupta de los primos del fundador, la esposa de González Herrero, K. G., se erigió en una de las directivas mejor pagadas. Antigua camarera de un restaurante en León, según tres fuentes, la mujer del CEO se embolsó entre noviembre de 2020 y mayo de 2021 más de 260.000 euros. Y llegó recibir en abril de 2021 un complemento de productividad de más de 127.000 euros, según los archivos. El origen de su ascenso hay que buscarlo en 2020, cuando percibió más de 67.000 euros. Este diario no ha podido recabar su versión.

Las generosas retribuciones de la cúpula se completan con los ingresos del responsable de la filial Blacksmith and Brigantine (11.800 euros mensuales), un jefe de relaciones institucionales (8.641), o un director general de Herrero Brigantina Servicios Crediticios (7.700).

Los salarios han sido el secreto mejor guardado en esta corporación que vendía soluciones de inversión, planes de pensiones, hipotecas y préstamos. La negativa a desvelar los ingresos del fundador fue una de las anomalías graves señaladas por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (Ministerio de Economía), el organismo que controlaba productos de Herrero Brigantina como unit linked (seguro de vida cuya prima se invierte en una cartera de fondos). Y con los que el grupo prometía a sus ahorradores hasta el 50% en una década. La empresa rechazó entregar a este supervisor los documentos. Alegó una cláusula de confidencialidad y enmarcó los honorarios del jefe en unos supuestos servicios como “asesor privado” en materia “económica, legal [...] coaching [asesoría personal]”. Herrero Brigantina también se cerró en banda a facilitar a los inspectores de Economía los sueldos de los miembros de su consejo asesor.

Para entender el via crucis de Herrero Brigantina, hay que remontarse a marzo de 2023. EL PAÍS publica una investigación que aflora un rosario de irregularidades. Decenas de clientes –algunos colocaron hasta 300.000 euros en el presunto esquema de éxito- denuncian por primera vez retrasos e impagos. Una catarata de querellas por estafa comienza a cercar a la empresa. Las denuncias aterrizan primero en un juzgado de Salamanca. Y, en cuestión de meses, se extienden como una mancha de aceite por el resto de España. Plataformas de afectados pilotadas por abogados que encadenan platós de televisión llaman la atención de centenares de inversores que se suben al carro de los pleitos para reclamar sus fondos.

Hoy, la Audiencia Nacional investiga dos querellas que reúnen a 82 inversores de 14 provincias. La presunta estafa suma 40 millones.

Las pesquisas rastrean porqué Herrero Brigantina usó sin permiso para colocar sus productos de inversión el aval y los logos de las aseguradoras Axa, Plus, Ultra y Generali y, con esta estrategia, captó más de 40 millones entre 2021 y 2022. También tienen que esclarecer porqué se ocultaron los ingresos del fundador, las vidriosas transacciones para mover 25 millones en acciones o las trabas al supervisor gubernamental.

Antes del hundimiento, de acumular denuncias, Herrero planeaba por el éxito. Organizaba convenciones a la americana y llegó a situarse en el puesto 149 de las 1.000 firmas europeas que más rápido crecían en 2021, según el Financial Times. Presumía también de facturar 56,4 millones en 2022, de tener tentáculos comerciales en Londres, Miami, París, Ámsterdam y Hong Kong. Y de beneficiarse de una legión silenciosa de clientes -pymes, autónomos y familias- que recomendaban sus productos con la fe del boca oreja de familiares y amigos. “Certeza en la duda”, preconizaba el fundador para atraer a la parroquia.

investigacion@elpais.es

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.
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