Bruselas concede a España dos meses más para la evaluación del cuarto pago de fondos europeos
La Comisión califica como “excelente” el plan español, pero pide acelerar la ejecución de los fondos europeos y advierte de que tienen que gastarse para 2026
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha anunciado que España contará con dos meses más de plazo para la evaluación del cuarto pago de fondos europeos, dotado con unos 10.000 millones de euros. Se trata de 61 objetivos de inversiones y reformas que tenían que estar listos a finales de 2022, pero que el Gobierno no ha sido capaz de completar a pesar de haber transcurrido ya más de un año. Todavía no se ha cerrado la reforma de los subsidios de desempleo, cuya legislación tumbó Podemos en el Congreso y que ahora debería estar aprobada para el 20 de mayo. Y además hay que incluir una serie de cambios técnicos que se deben a exigencias del tribunal de cuentas europeo. Por ejemplo, en las inversiones en redes de transporte, a la hora de examinar si se ha cumplido, se pasará a contabilizar los contratos adjudicados en lugar de volúmenes o millones de euros, ha dicho Cuerpo.
La idea de estas modificaciones es que sea más fácil valorar y certificar el cumplimiento. Y ha agregado que esto no significará una reducción en el grado de ambición de los planes. Aun así, el Gobierno no ha publicado la lista de adaptaciones técnicas que se van a hacer y hace solo ocho meses que ya se formularon multitud de cambios en la llamada adenda al plan. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ha quitado peso a estas decisiones diciendo que países como Italia también han tenido prórrogas de los desembolsos o modificaciones técnicas. Por su parte, Cuerpo ha indicado además que la falta de presupuestos para este año no afectará a la ejecución de los fondos europeos.
Se cumplen 4 años de la creación de los fondos europeos Next Generation, pensados para impulsar la economía tras la debacle de la pandemia. España es, junto a Italia, el país más beneficiado por estos recursos con más de 160.000 millones, aproximadamente la mitad de ellos en ayudas no reembolsables, y el resto en créditos. Así que la Comisión Europea ha celebrado este jueves un acto en Madrid para vender las bondades de su criatura, un mecanismo que se creó por la solidaridad que generó la covid y que es esencial que funcione bien para que se convierta en el embrión de una capacidad fiscal común. El balance lo ha resumido de forma muy sucinta Céline Gauer, la directora de la unidad de la Comisión que gestiona los planes de recuperación: “Hasta ahora el desempeño de España ha sido excelente. Pero hay retos y es importante acelerar la ejecución”. Gauer ha explicado que el plazo límite para gastar los fondos es agosto de 2026 y que la extensión no será posible porque hace falta la aprobación de todos los parlamentos europeos y algunos no quieren.
El comisario Gentiloni ha recalcado que, ahora que se cumple la mitad del periodo para el despliegue de los fondos, lo que queda por delante será “un desafío todavía mayor”. “El plazo de 2026 es estricto. Es crucial mantener el mismo grado de compromiso y ambición mostrado hasta ahora y acelerar la implementación”, ha señalado. En los dos años y medio que faltan, hay que conseguir cumplir con los objetivos de inversiones. Estas son muy numerosas, con mucha capilaridad y tienen unos periodos de maduración mucho más largos, de modo que será un reto importante cumplir a tiempo para que no se desaprovechen recursos. El vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, ha recordado que, entre los desafíos que tiene España por delante, debe recabar apoyos para una reforma de la fiscalidad que está incluida entre los compromisos del quinto desembolso y que cobra importancia ahora que vuelven las reglas que imponen la disciplina fiscal. “Falta la reforma fiscal”, ha insistido también Gauer.
El balance arroja, de momento, muchas luces y algunas sombras. El comisario Gentiloni ha destacado en el evento el impacto que tuvo su anuncio para minimizar las primas de riesgo. También en la rapidez con la que se ha recuperado la economía de la pandemia en comparación con la anterior crisis financiera. Hasta que llegó la guerra de Ucrania, la actividad en Europa estaba rebotando con mucha fuerza, ha recordado Gentiloni. Y ha añadido que el Ejecutivo comunitario calcula que habrá un incremento muy importante de la inversión en Europa gracias a este plan.
España ha sido ejemplar en cuanto a su disposición para tomar los fondos con celeridad. Como ha señalado Gentiloni, fue el primer país en tener un plan listo y pedir fondos, ha cumplido con 121 hitos y objetivos, y está avanzando a buen ritmo en inversiones renovables y de digitalización. Los proyectos estratégicos están ayudando a impulsar sectores como el automóvil. Pese a sus problemas al inicio, el llamado Perte del vehículo eléctrico ayudará a mantener fábricas de coches en un momento de difícil transformación de esta industria. La reforma laboral aprobada dentro de este plan ha logrado buenos resultados a la hora de reducir la contratación temporal sin afectar al empleo. Y aunque el dinero está llegando muchas veces tarde por las dificultades burocráticas, se están consiguiendo lanzar unos 1.500 millones en licitaciones y subvenciones al mes. Ya se ha adjudicado el 47% de los más de 70.000 millones en ayudas no reembolsables, ha dicho el ministro Carlos Cuerpo, quien ha introducido al comisario europeo.
Gentiloni ha subrayado que, según cálculos de la Comisión, el PIB español podría elevar su nivel en unos 3,5 puntos porcentuales en 2025 gracias a estos recursos. Además, la economía española está aguantando con crecimientos muy robustos la fuerte ralentización europea. “¿Cuál habría sido la situación de la economía de no tener estos fondos? Esto no sería posible sin el plan de recuperación”, ha declarado Cuerpo. Y ha añadido que los fondos europeos están siendo ya un catalizador de inversiones privadas. España ha ganado mucho atractivo para atraer inversiones renovables, se han creado 130 comunidades energéticas y hay mucho más autoconsumo, ha puesto como ejemplos Joan Groizard, director del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía.
Pero Gentiloni ha advertido de que hay desafíos importantes a los que hacer frente ahora que hay que empezar a culminar los objetivos de inversiones: “Estamos en un punto crítico de la implementación, hay que acelerar, mejorar la capacidad administrativa, reforzar la coordinación entre autoridades e impulsar la comunicación del plan para que se aprovechen las oportunidades”. En cualquier caso, el comisario europeo ha insistido en que serán flexibles para ayudar a España a ejecutar. De hecho, ya se han buscado fórmulas para que estos recursos se puedan gastar más allá de agosto de 2026: por una parte, con los instrumentos financieros que siguen en funcionamiento después de esa fecha; por otra, entregando el dinero a empresas públicas y que ellas sean las que más adelante, incluso pasado el 2026, se encarguen de la ejecución.
El director del Barcelona Supercomputing Centre, Mateo Valero, ha explicado que estos fondos están ayudando a renovar los equipos de la red española de supercomputación, algo esencial en el desarrollo de la inteligencia artificial. Según ha relatado, ninguno de los chips de los ordenadores son europeos, y sin esos semiconductores no hay investigación. En medio de la batalla global que hay por asegurarse los microprocesadores, hacen falta más ingenieros con los que hacer en España diseños de chips de última generación. Los 12.400 millones del Perte del chip pueden ayudar, ha defendido.
Entre las sombras, abundan las quejas de las empresas por la burocracia y el retraso para cobrar los fondos incluso después de estar adjudicados. Según los expertos, la reforma de las pensiones pactada no ayudará a mejorar la sostenibilidad del sistema y no se ha planteado, tal y como estaba comprometida, una reforma fiscal que contribuya a reconducir el déficit y la deuda. A nivel agregado, todavía no se observa una mejora de los datos de inversión en el PIB, por lo que algunos expertos hablan ya de que con los fondos europeos se está haciendo cierta sustitución tanto de la inversión pública como de la privada. Y ello a pesar de que el Banco de España ha detectado que las empresas que reciben los fondos aumentan sus inversiones.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.