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Las protestas de los agricultores franceses tiñen de rojo las cuentas del sector hortofrutícola

Los agricultores sufrieron pérdidas por retrasos en la recolección, aumento de costes por almacenamientos, incumplimiento de fechas en los envíos y precios a la baja por el exceso de oferta ante la falta de salidas

Protestas agricultores franceses
El convoy de agricultores de un sindicato minoritario que intentaba bloquear el mercado mayorista de Rungis, al sur de París, ha abandonado su objetivo y volverá a casa cuando se libere a los 91 detenidos que hubo ayer por una operación de intromisión en esas instalaciones.- EFE/Edgar Sapiña ManchadoEdgar Sapiña Manchado (EFE)

El sector español de frutas y hortalizas ha sido el gran pagano de las movilizaciones y de los bloqueos de carreteras durante las últimas dos semanas a camiones con cargamento español cuyo destino era mayoritariamente los grupos de distribución alemanes o del Reino Unido y del que solamente un 20%, unas 194.000 toneladas, tenían como destino el mercado galo. Los productores y exportadores manejan pérdidas de unos 100 millones de euros por diferentes conceptos que van desde el desarrollo de la recolección al de los mercados, al margen del valor de los productos destruidos en las carreteras.

Según los datos manejados por el sector, las exportaciones en el mes de enero de 2023 ascendieron a 1,2 millones de toneladas por valor de unos 1.600 millones de euros. De ese volumen, naranjas con 202.000 toneladas y mandarinas con 186.000 toneladas, fueron las frutas más vendidas, seguidas de los frutos rojos, especialmente la fresa con unas 14.000 toneladas en este inicio de temporada y que en campañas anteriores fue blanco directo de la violencia de los agricultores galos por competir con sus producciones.

España también exportó otras 6.500 toneladas de frambuesas, frutos rojos actualmente en alza. En hortalizas las principales exportaciones en este periodo fueron los pimientos con 104.000 toneladas, 100.000 toneladas de pepinos, 91.000 toneladas de lechugas, 81.000 toneladas de tomates y 65.000 toneladas de coles, en la mayor parte de los casos sin competencia con las producciones obtenida en Francia, aunque probablemente sí con las importaciones que llevan a cabo operadores galos desde terceros países como Marruecos .

Desde la patronal Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas, no se entiende que los agricultores franceses acusen a España de perjudicar sus intereses, mientras, sobre unas importaciones comunitarias en 2022 de 1,5 millones de toneladas procedentes de Marruecos, el 50% tuvieron como destino el territorio francés.

Entre las provincias más afectadas por la situación destacan Almería, que en 2023 exportaba en este periodo 287.000 toneladas por valor de 458 millones; Valencia con 237.000 toneladas y un valor de 293 millones; Murcia con 200.000 toneladas y 269 millones; Castellón con 108.000 toneladas y 130 millones; Alicante con 65.500 y 95 millones, y Huelva con solo 26.000 toneladas pero con un valor de 93 millones por el peso de los frutos rojos.

Aunque el impacto de los bloqueos a la exportación ha sido muy diferente para cada producto, se estima una reducción media del 20% sobre los tiempos de normalidad. Considerando que el 90% de las exportaciones de frutas y hortalizas en estas fechas tiene como destino el resto de Europa y que el 94% se hace por carretera, el bloqueo en las mismas a los productos españoles se ha traducido en efectos negativos tanto en origen en las explotaciones, como en la otra parte de la cadena, en las relaciones con la distribución.

Parálisis en las cosechas

En origen, el bloqueo en las ventas ha provocado importantes perturbaciones en la recolección y pérdidas al obligar a una ralentización e incluso una paralización de la recogida de la cosecha ante los interrogantes sobre la posibilidad de transportar la misma a su destino en buenas condiciones al tratarse de productos perecederos. A esa situación se suma la necesidad de proceder a los almacenamientos de la producción por falta de salidas con incrementos de costes de mantenimiento y pérdidas añadidas por deterioro de los productos. Finamente, consecuencia de los bloqueos en las carreteras muchos envíos no han llegado a sus puntos de destino en las fechas y en las condiciones contratadas, lo que supone el pago de penalizaciones.

Al tratarse de situaciones excepcionales, los grupos de distribución no han acudido masivamente a esta posibilidad. Sin embargo, la falta de un producto acordado para un determinado periodo y la no disponibilidad del mismo por el proveedor contratado, abrió la puerta de entrada puntualmente a otros proveedores desde otros países.

El bloqueo de las exportaciones se ha traducido igualmente en un dominio de las cotizaciones a la baja o repetición de las mismas en las principales zonas de producción con destino a la exportación

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