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Dimite la jefa del Banco Central de Turquía y Erdogan nombra a su sexto gobernador en cinco años

Hafize Gaye Erkan, primera mujer en ocupar el puesto, renuncia al cargo tras las denuncias de nepotismo en su contra

Andrés Mourenza
Jefa del Banco Central de Turquía
Puente de Gálata, Estambul.Eric TEISSEDRE (GETTY IMAGES)

El puesto de gobernador del Banco Central de Turquía se ha convertido en uno de los oficios más inestables del país euroasiático, producto de las cambiantes políticas monetarias promovidas por el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. La noche del viernes al sábado, la hasta ahora gobernadora, Hafize Gaye Erkan, presentó su dimisión alegando una “campaña de difamación en su contra” tras la publicación de informaciones que la acusaban de nepotismo. El presidente Erdogan nombró inmediatamente como sustituto a uno de los vicepresidentes, Fatih Karahan, que será la sexta persona en ocupar el cargo durante el último lustro.

“Se ha organizado una campaña de asesinato de mi reputación. Para evitar que mi familia y mi inocente hijo, que no tiene ni un año y medio, se vean aún más afectados por esto, he solicitado a nuestro Presidente que me releve de mis funciones, que vengo cumpliendo con honor desde el primer día”, anunció Erkan en la red social X, comúnmente conocida como Twitter.

Varios partidos de oposición habían pedido su marcha después de que el diario Sözcü publicase varias informaciones sobre las prácticas de la familia Erkan en el Banco Central. Este periódico recogía la denuncia de una empleada, Büsra Bözkürt, que apeló al presidente turco tras ser despedida supuestamente por presiones del padre de la gobernadora, Erol Erkan, que le habría echado en cara no querer trabajar más allá de su jornada laboral. Según las denuncias recogidas por Sözcü y otros medios, los progenitores de la gobernadora se habrían instalado en la sede del Banco Central —en principio para ayudar a la gobernadora en la crianza de su bebé— y el padre de ella se paseaba por la institución dando órdenes a los empleados. También se ha publicado que la familia habría utilizado para su uso privado instalaciones de recreo del banco que normalmente utilizan los empleados, a los que se les habría impedido el paso.

La gobernadora negó que estos hechos fuesen verdad e incluso el presidente Erdogan salió en su defensa, acusando a los periódicos opositores de orquestar una campaña “para quebrantar el clima de confianza y estabilidad logrado”, pero finalmente ha tirado la toalla. Erkan, primera mujer en ocupar el cargo en la historia de Turquía, fue colocada al frente del Banco Central el pasado junio, con la labor de enderezar la situación económica del país junto al nuevo ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, tras varios años de experimentos en política monetaria que han dejado una inflación por las nubes (64 %) y habían vaciado las reservas de la institución.

Agresiva subida de tipos

La gobernadora emprendió una agresiva política de incremento de tipos de interés llevándolos desde el 15% al 45%. Tras la última subida decretada por el consejo de política monetaria del Banco Central, a finales de enero, Erkan había dado señales de que no habría futuros incrementos porque la tendencia de subida de precios está empezando a frenarse. Las previsiones del Banco indican que en torno a mayo la tasa de inflación alcanzará su pico, en el 70% y, a partir de ahí, comenzará a moderarse para llegar al 35-40% a final de este año.

Estas medidas han permitido que haya cierta estabilidad monetaria sin necesidad de quemar las reservas del Banco Central, lo que ha permitido que estas se recuperen en poco más de medio año e incluso que alcancen cifras récord. Con ello, Erkan y el equipo del Ministerio de Finanzas se habían labrado la confianza de los mercados internacionales y el sector financiero, si bien otros sectores empresariales acusan a esta agresiva política de haber asfixiado la economía dificultando el crédito.

El ministro Simsek comentó que la marcha de Erkan ha sido una “decisión personal” y aseguró que el nuevo gobernador es un “muy respetado macroeconomista con una gran profundidad de conocimiento y experiencia” y que ha sido nombrado siguiendo las recomendaciones del titular de Finanzas. Karahan trabajó durante una década como economista del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y ha sido economista jefe en el gigante del comercio electrónico Amazon. Por ello, no se espera que haya cambios significativos en la dirección de la política monetaria del Banco Central turco.

De hecho, por mucho que las leyes así lo digan, el Banco Central hace años que dejó de ser una institución independiente en Turquía, y actualmente actúa en línea con lo decidido por el “zar económico” Simsek, que por el momento cuenta con el visto bueno de Erdogan. Desde la entrada en vigor del sistema presidencialista turco en 2018, que concentró el poder en manos del presidente, éste ha sido el que ha dado las directrices de cómo manejar la política económica y monetaria de Turquía, alternando periodos de políticas tremendamente heterodoxas, con otros de políticas altamente ortodoxas.

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