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La plantilla de Nissan agota el paro y fía su futuro al grupo chino Chery

A partir de febrero 606 trabajadores iniciarán un contrato de formación, pero quedarán pendientes tres centenares de personas por recolocarse

Feria Automobile Barcelona
Prototipo de la marca Ebro en la pasada edición del salón del automóvil de Barcelona. Btech, de cuya mano llegaría Chery a la Zona Franca, tiene intención de montar vehículos Ebro a partir de plataformas de Nissan.Kike Rincón
Dani Cordero

Apenas nadie en España conoce Omoda pero esa marca novel de coches creada por el grupo chino Chery sigue siendo la gran esperanza para el millar de extrabajadores de Nissan en Barcelona que siguen esperando un empleo en la antigua factoría de la Zona Franca. La gran mayoría de ellos cobrarán esta semana su última prestación por desempleo después de haber agotado el máximo de dos años al que tenían derecho desde el fin de la producción en las instalaciones a finales de 2021. Les urge una propuesta industrial que les garantice trabajo, y el acuerdo sellado en abril pasado con Chery para que se ensamblaran en las antiguas instalaciones unos 50.000 vehículos es la que ofrece más garantías. Fuentes sindicales esperan que se concrete el acuerdo definitivo a finales de este enero y constatan que en las instalaciones ya se les ha reservado un espacio.

La reindustrialización de las instalaciones de Nissan va a paso lento y es incapaz de despejar las dudas acerca de su futuro. El fabricante de motocicletas eléctricas Silence, controlado por Acciona, ha contratado a un centenar de personas y Hub Factory, la sociedad conjunta creada por las ingenierías QEV y Btech para explotar las antiguas líneas de ensamblaje, ha fichado a otras 130. Son cifras muy por debajo de las 700 contrataciones que se planeaban para 2023, por lo que todavía queda por recolocar en torno a un millar de extrabajadores del grupo automovilístico chino que renunció a cobrar el máximo de indemnización que proponía el fabricante japonés con la esperanza de poder enrolarse en alguna nueva actividad de la Zona Franca.

Ante el retraso de todas las inversiones y la falta de creación de empleo, los sindicatos forzaron un compromiso de las dos ingenierías y de las administraciones para que, ante el previsible agotamiento del subsidio, al menos 606 trabajadores iniciaran su vinculación laboral a partir del 1 de febrero a través de contratos de formación: 330 a través de la Formación Profesional dual y 279 con un programa del Consorcio para la Formación Continua de Cataluña. Se asegurarán una remuneración bruta de 1.575 euros mensuales, un parche que se prolongará un máximo de ocho meses.

Si hubiera necesidad de mano de obra antes, esos contratos se podrían convertir a los que esos trabajadores afectados tienen asegurados, por un importe un 20% superior al del convenio del metal, en torno a los 2.000 euros brutos. En todo caso, octubre es el último mes en el que se podrán beneficiar de ese tipo de contratación. A partir de entonces se tendría que buscar una opción diferente para los empleados, que van accediendo al nuevo empleo en función de su antigüedad en Nissan y de su edad.

Tanto Btech, que tiene intención de montar sus vehículos Ebro a partir de las plataformas de los vehículos Nissan que se ensamblaban en Barcelona, como QEV, que iniciará la producción de sus furgonetas eléctricas Zeroid, han expresado a los sindicatos que no están preparados todavía para asumir una carga de trabajo que aclare el futuro del millar de trabajadores pendientes. Por ello Chery es una pieza capital. El grupo, que ha mantenido encuentros con las administraciones catalanas, ha planteado en diversas ocasiones la posibilidad de tener fábricas propias en Europa, una en Reino Unido para vehículos con el volante en la derecha y otra para la fabricación de modelos con el conductor sentado en la izquierda, según declaró la semana pasada el responsable en Reino Unido de Chery, Victor Zhang, a Financial Times.

Antes de confirmar esa inversión podría testar el terreno con el ensamblaje de coches prefabricados en China en la Zona Franca, lo que permitiría activar a unas 300 personas. De momento, sin embargo, Chery, que llegaría a la Zona Franca de la mano de Btech, tiene que empezar a vender coches en Europa, para lo que ya ha enviado la primera remesa de sus vehículos a Barcelona, que será el puerto de entrada de sus exportaciones.

“El tema de Chery es clave para consolidar el proyecto de la reindustrialización”, defiende Miguel Ruiz, secretario general de Sigen-USOC, consciente de la lentitud con la que avanzan los planes de crear un hub de descarbonización made in Barcelona como el que plantean Btech y QEV, dos ingenierías sin excesiva experiencia en la gran producción de automóviles y, sobre todo, en su comercialización. Sus principales preocupaciones en los últimos meses han sido la consecución de los recursos necesarios para poder realizar las inversiones necesarias en el proyecto. QEV ha salido a Bolsa en Ámsterdam y Btech ha conseguido 20 millones de euros en una ronda. En todo caso son unas cuantías muy alejadas de los 300 millones de inversión que se anunciaron cuando se comunicó oficialmente que se quedarían la factoría junto al operador logístico Goodman para intentar reindustrializar la zona.

Roberto Carlos Pacheco, delegado de CC OO en Nissan, también está convencido de que Chery es la única salida a corto plazo para garantizar el empleo. Aunque confía que la actividad de las empresas locales empiecen también a andar. Por ejemplo, QEV ha anunciado que han salido ya de China unos centenares de furgonetas prefabricadas y que se acabarán de montar en Barcelona. Su objetivo es acabar montando 10.000 al año, según comunicó en la presentación para salir a Bolsa, pero de momento se limita a dos centenares. En el caso de Ebro, ha habido problemas para cerrar los acuerdos con Nissan sobre las patentes y para encontrar proveedores. Una de las cuestiones que tranquiliza en parte a los trabajadores que ya están activos en la Zona Franca es que ya se han empezado a realizar modificaciones en las líneas de ensamblaje, de las que se han encargado especialistas que trabajaban antes en Nissan.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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