El aeropuerto de El Prat supera las cifras prepandemia y alerta de que está cerca del límite de su capacidad

El debate sobre la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat lleva años encima de la mesa política: unas obras en el aeródromo que empresarios y el sector de la aviación consideran imprescindibles para que este sea competitivo, pero que han enfrentado a partidos políticos, alcaldes y entidades ecologistas. A la espera de que el proyecto se desencalle en la mesa técnica, la directora del aeropuerto barcelonés, Eva Valenzuela, ha recordado este martes que la instalación trabaja ya cerca del límite de su capacidad en cuanto a vuelos internacionales, que son los que se quieren atraer con la ampliación. “En 2023 se habrán operado 50 rutas internacionales, tres más que en 2019, y nos consta que hay muchos contactos para que haya más próximamente. Esto nos hace pensar que en breve podemos llegar a la máxima capacidad intercontinental que podemos tener en la situación actual”, ha expresado Valenzuela en un acto informativo en el que ha detallado las cifras de noviembre: este mes, con 3,8 millones de pasajeros, es el primero en el que se superan las cifras prepandemia, aunque el aeropuerto cerrará el año todavía por debajo del volumen histórico de 2019, que fue de 52,6 millones de viajeros.

El límite de la capacidad de rutas intercontinentales tiene que ver con el uso que se hace de la pista larga en El Prat, ya que en los vuelos de largo radio los aviones llevan más combustible y por lo tanto más peso, y necesitan más metros de pista para despegar y aterrizar. Esto implica que mientras estos aviones usan la pista, otros no pueden hacerlo. El límite teórico para el aeropuerto de El Prat es de 55 rutas intercontinentales (33 para la T1 y 22 para la T2). Pero cálculo, como ha explicado Valenzuela, puede superarse si incrementa la capacidad de los aviones o si se crece más en las horas valles. En 2017, por ejemplo, la T2 operó 33 rutas internacionales (se cuentan como tal los destinos intercontinentales que tengan más de 4.500 pasajeros), superando por mucho su límite teórico. “Por lo tanto, todavía hay margen, no podemos decir cuál es el momento o el número de rutas que será realmente el máximo, porque depende. Pero sí que nos hace pensar que si queremos más rutas intercontinentales nos tendremos que adaptar”, ha dicho la directora del aeropuerto.

Tras aportar esta cifra sobre la capacidad del aeropuerto, un punto clave para el debate sobre su ampliación, Valenzuela ha destacado que el operador aeroportuario Aena “tiene un absoluto respeto por todas las instituciones y por la mesa que se ha decidido convocar para abordar este tema”. “Estamos en total disposición para aportar conocimientos y lo que haga falta a la mesa”, ha apuntado. Aena reclamó hace dos años que se incluyese el proyecto de ampliación en el plan director (DORA), pero fracasó tras el choque entre la Generalitat y el Estado, además de por las denuncias por parte de las entidades ecologistas de que el proyecto afectaba a una zona protegida por la red europea Natura 2000. La tensión política se ha ido calmando, y han surgido varias propuestas de ampliación, pero Valenzuela ha remarcado que se va “muy justo” para que las inversiones se realicen en el actual plan director, pero que sí que hay margen para incluirlo en el próximo, que empieza en 2026.

El debate sobre la ampliación del aeropuerto tiene lugar en un contexto en el que todavía no se ha recuperado la afluencia de viajeros de antes de la pandemia. El Prat prevé cerrar el año con unos 52 millones de pasajeros, todavía por debajo de lo que se registró en 2019. Pero este mes de noviembre ha sido el primero en el que ya se han superado la cifra de viajeros con respecto al mismo mes del año antes de la pandemia. Los 3,8 millones de pasajeros en noviembre son un 18,1% más que el mismo mes de 2022, y un 4,3% con respecto a noviembre de 2019. En operaciones también se ha superado, con 25.169 operaciones, un 0,9% más que hace cuatro años. Valenzuela lo ha atribuido a una “demanda muy robusta”, que hace que la ocupación de los aviones sea también mayor, y ha explicado que algunas compañías que tradicionalmente eran estacionales y se centraban en verano, han ampliado sus operaciones en los meses siguientes. En el acumulado del año, no obstante, el aeropuerto de El Prat está un 6,1% por debajo de 2019 en cuanto a pasajeros, mientras que la media de los aeropuertos de Aena es un 2,3% por encima.

Nuevos filtros de seguridad

Valenzuela ha destacado que este crecimiento se debe también a las mejoras e inversiones realizadas, cuyo valor entre 2017 y 2023 ha cifrado en 400 millones. Ha destacado la renovación de pasarelas y operativos de equipaje, renovación de espacios de facturación, y modernización de los filtros de seguridad. Entre las actuaciones que están por venir está la instalación de nuevas máquinas de filtros de seguridad, que permitirán no tener que sacar de la maleta los aparatos electrónicos o los líquidos. Estas máquinas se empezarán a instalar en la T2 antes de verano, y después en la T1.

En paralelo, el aeropuerto está viviendo dos conflictos laborales. Uno estalló este fin de semana por la pelea tumultuaria entre personas que se dedican a embalar maletas de forma irregular, y que terminó con cuatro detenidos. La directora del aeropuerto ha explicado que este verano se volvió a licitar el servicio oficial de embaladores, una concesión que había quedado vacía, y que espera que estará en funcionamiento “en las próximas semanas”. El otro conflicto es el de los trabajadores de tierra de Iberia, que están a la espera de ser subrogados después de que esta compañía perdiese la licencia para ejercer las funciones de handling en El Prat. El Tribunal Administrativo Central dictaminó que la reclamación de Iberia contra el concurso no era procedente y por lo tanto ya ha empezado la firma de contratos con las compañías que ganaron las licencias, y la intención de que la transición se complete antes del verano. La duda es si las aerolíneas del grupo IAG presentes en El Prat (Iberia, Vueling y Level son las principales) optarán por abastecerse ellas mismas de este servicio (autohandling) o bien acabarán contratando el servicio de estas terceras compañías.

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