Las dificultades para determinar el salario medio en España y la inflación condicionan la próxima subida del SMI
Las diferencias entre los resultados de los estudios oficiales y la suma del encarecimiento de los precios ponen en jaque el cálculo de la nueva alza
La mejora del salario mínimo pasa por ser una de las principales banderas del nuevo Gobierno, y punta de lanza del Ministerio de Trabajo. La vicepresidenta segunda y ministra del ramo, Yolanda Díaz, ha anunciado su voluntad de convocar a los agentes sociales en los próximos días para negociar una nueva alza sobre los 1.080 euros brutos que definen actualmente el suelo salarial. El marco de esta próxima subida —cuya horquilla se coloca de partida entre el 3% y el 10% que han establecido los agentes sociales—, deberá estar nuevamente referenciado sobre el 60% del sueldo medio que se cobra en todo el territorio. A eso se comprometió el Gobierno al suscribir la Carta Social Europea, y por ello ha venido convocando recurrentemente a un grupo de expertos que lo delimite.
El problema principal que rodea esta ecuación es que no resulta sencillo determinar cuál es la remuneración media en España, en tanto que existen distintas métricas que ofrecen resultados que difieren los unos de los otros, y que, además, se publican con cierto retraso. Un cóctel que impide tener una fotografía ajustada a la realidad del momento en el que se abordan las negociaciones.
Este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), que realiza diversos estudios al respecto, ha publicado su Estadística de salarios del empleo principal, donde determina que el sueldo medio anual en 2022 en esta categoría fue de 25.540,8 euros. Tomando esta referencia, el 60% en el que tendría que haberse situado entonces el SMI —que cobran alrededor de tres millones de trabajadores— habría sido de 1.094,58 euros al mes (dividiéndolo en 14 pagas); 14,58 euros por encima de la cantidad actual, y 94,58 euros más que los 1.000 en los que estuvo fijado ese año.
El INE también elabora la Encuesta de Costes Laborales, en la que arroja otros datos sobre salarios, en este caso desde la perspectiva de cuánto pagan los empresarios a sus trabajadores por este concepto. En el segundo trimestre de este año (datos más recientes) esta cantidad fue de 2.262 euros al mes, lo que situaría el SMI en los 1.357,2 euros. Y la tercera encuesta del organismo estadístico relacionada con los salarios es la de Estructura Salarial Anual, cuyos últimos datos son de 2021, y que fijó para ese año el sueldo medio en los 25.896 euros (el salario mínimo quedaría en 1.109 euros).
Hay otros estudios, como el que elabora la Agencia Tributaria, en los que también se calcula la retribución media de los trabajadores sobre la base de distintos parámetros. El que más se asemeja con la metodología que emplea el INE arroja para 2022 unos emolumentos anuales medios de 29.247 euros, del que se desprendería, por tanto, un SMI de 1.253, 4 euros.
Otra complicación que se añade sobre la base de cualquiera de estas estimaciones es que se ha de cargar sobre ellas con el condicionante de la inflación. La ministra Díaz se ha posicionado a favor de que la subida del SMI tenga en cuenta esta variable, de lo que se desprende que este porcentaje adicional —resultante de la tasa media del IPC entre los meses de diciembre de 2022 y noviembre de este año, y que se estima que finalice entre el 3,7% y el 3,8%— se tome en consideración a la hora de determinar la cuantía del salario medio base.
Ensalada de datos
En sus conclusiones anteriores, el comité de expertos convocado por Trabajo —y que está integrado por personas procedentes del ámbito académico, los agentes sociales y el propio Gobierno— ha utilizado como referencia para el cálculo de los porcentajes y las cantidades a subir la Encuesta de Estructura Salarial del INE. En su opinión, porque, de entre todos los baremos disponibles para obtener una aproximación real al salario mediano (el que tienen más personas) en España, esta “permite realizar los descuentos necesarios para obtener un salario neto de cotizaciones sociales e IRPF y para eliminar los pagos en especie y por horas extraordinarias que no forman parte del salario mínimo interprofesional”, según han remarcado en sus informes.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha mostrado su malestar con la delegación sobre el comité de expertos del cálculo de la referencia salarial. “Tampoco estamos de acuerdo con que nos saquemos de la manga, como suele ser habitual en este caso, un grupo de expertos, de sabios; realmente los expertos son las empresas, especialmente las pequeñas empresas, los agricultores, los comerciantes, los hosteleros”, ha señalado recientemente.
Otra de las denuncias habituales de los empresarios es la de que el salario mínimo interprofesional actual ya supera el 60% del salario medio en muchas comunidades autónomas, por lo que han sugerido que se establezcan distintas cuantías por territorios. Un planteamiento que el Ministerio de Trabajo ha venido rechazando de plano por considerar que “se rompería la igualdad entre los ciudadanos”.
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