De la fortaleza de EE UU a la falta de mano de obra en Alemania: así evoluciona el paro en los países ricos
El desempleo cae o se mantiene en cifras bajas en la mayoría de economías de la OCDE, aunque algunas empiezan a notar la ralentización
El avance positivo del mercado de trabajo es una de las buenas noticias económicas para los países desarrollados. En la mayoría el paro ha caído en los últimos años, y en los que no lo ha hecho se mantiene en mínimos. Las amenazas en el horizonte están causando algunos repuntes, pero el panorama general es halagüeño. Esta es la situación en algunos de los principales países de la OCDE.
Estados Unidos: récord de ocupación
Basta pasear por las calles de cualquier ciudad de Estados Unidos para encontrar ofertas de trabajo a cada paso: en las tiendas, los restaurantes, en el cine, en el banco... La creación de empleo ha superado todas las expectativas en los últimos dos años. A pesar de las subidas de tipos de interés para enfriar la demanda, la primera economía del mundo lleva generando nuevos puestos de trabajo 33 meses consecutivos. Han sido 14,4 millones de empleos logrados a un ritmo récord que han permitido que la tasa de paro se quede por debajo del 4% durante 20 meses consecutivos, la mejor racha en medio siglo, aunque ha repuntado ligeramente desde el 3,4% de abril al 3,8% de septiembre.
En la actualidad hay un récord de 161,6 millones de ocupados, con 6,4 millones de parados y 9,6 millones de vacantes disponibles, según los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. La Reserva Federal prevé que la tasa de paro aumente hasta el 4,1% el próximo año, cuando el endurecimiento de la política monetaria pase factura a la actividad. Por ahora la realidad del mercado laboral ha ido desafiando todos los pronósticos y hasta el empleo en el ocio y la hostelería, los sectores más afectados por la pandemia, han batido récords.
Alemania: el empleo resiste sin crecimiento económico
La tasa de desempleo se mantiene estable en Alemania: ronda el 3%, al igual que en 2019. Alemania, además, tiene el paro juvenil más bajo de la unión, un 5,7%, muy por debajo de la media de la Unión Europea (14%). El mercado laboral alemán resiste casi sin inmutarse la ralentización económica que convertirá a la gran potencia industrial europea en el único país industrializado que no crezca en 2023.
La elevada inflación, la subida de los tipos de interés y la debilidad de la demanda exterior que frenan el desarrollo económico “se dejan notar en el mercado laboral, pero si lo medimos respecto a la debilidad de la economía, se mantiene comparativamente bien”, decía hace unos días Enzo Weber, analista del Instituto para la Investigación del Empleo (IAB). Un informe del instituto estima que la cifra de desempleados aumentará este año.
Si hay un obstáculo que amenaza la fortaleza del mercado laboral alemán es la falta de personal cualificado, coinciden expertos y el propio Gobierno. El ministro de Trabajo, Hubertus Heil, ha calculado que se teme una brecha de siete millones de trabajadores para 2035. Las empresas alemanas necesitarían incorporar 400.000 personas de fuera de la UE cada año; por eso Berlín acaba de reformar su ley de inmigración para atraer a extracomunitarios y está tratando de incorporar cuanto antes a los refugiados ucranios al mercado laboral.
Francia: la mejor situación desde los ochenta
Nunca, desde 1982, la tasa de desempleo había sido tan baja como ahora en Francia, un 7,2%. El presidente francés, Emmanuel Macron, se jacta de haber creado 1,7 millones de puestos de trabajo en el sector privado desde que llegó al poder en 2017. Hay actualmente 367.000 empleos vacantes en las empresas de más de 10 asalariados. Y una realidad: desde hace unos años, el paro, tema central en el debate político desde los años setenta y un mal que parecía endémico, ha dejado de ser motivo de discusión.
Las causas del descenso del desempleo, en gran parte, tienen poco que ver con Francia, pues son comunes a otros países. Una de ellas es que la población en edad de trabajar se estabiliza después de décadas en aumento. Sencillamente, hay menos personas compitiendo en la busca de trabajo. Pero hay también causas particulares en Francia. Macron suele señalar las rebajas de impuestos a las empresas —que en realidad empezaron con su antecesor, el socialista François Hollande— y las sucesivas reformas laborales.
El objetivo de Macron ahora es alcanzar el pleno empleo en 2027, el año que abandonará el poder. La tasa, si cumple el objetivo, caería a un 5%. Las previsiones para 2023, sin embargo, apuntan a un ligero aumento este año, que se explica en parte por la coyuntura económica. También, según señala Le Monde, a la reforma de las pensiones, que acaba de entrar en vigor y, al alargar la edad de jubilación, dejará a los franceses —también a los desempleados— más tiempo en el mercado laboral.
Reino Unido: poco paro con visos de subida
El Reino Unido lleva ya varios años navegando a contracorriente, respecto a la UE o la OCDE, cuando de sus datos macroeconómicos se trata. Y el desempleo no es una excepción. Si los datos de los dos entornos señalados apuntan a una mejora de la ocupación laboral respecto a 2019, en territorio británico se ha registrado en los últimos meses un enfriamiento del mercado de trabajo. El índice de desempleo actual es del 4,3%, medio punto por debajo de la media de la OCDE. Es un índice bajo, y aun así tres décimas por encima del anterior trimestre.
Centros de análisis relevantes, como el Instituto de Estudios Fiscales, pronostican un aumento que puede alcanzar el 5,8% para finales de 2024. La demanda de empleo ha comenzado a reducirse, y la ligera reducción de la actividad empresarial ha hecho que las vacantes comiencen a ser amortizadas. La combinación de estos datos con un incremento salarial medio en ascenso, y que sigue transmitiendo tensión inflacionaria al Banco de Inglaterra, ha trasladado inquietud entre los analistas.
Italia: el turismo como locomotora
El mercado del trabajo en Italia está mejorando progresivamente. El país transalpino ha experimentado una marcada bajada del paro en los últimos meses. La tasa de desocupación se situó en agosto en torno al 7,3% (dos décimas menos respecto al mes anterior), y está entre las más bajas de los últimos 14 años. El sector del turismo ha contribuido de manera particular a estos buenos resultados. De los 523.000 nuevos puestos de trabajo que se cubrieron en agosto, 130.000 proceden de este sector. La tasa de ocupación en agosto fue del 61,5%, un 2,3% superior a la de agosto de 2022.
Italia ha tenido en los años recientes un problema de vacantes sin cubrir, debido en parte a los bajos salarios que, además, apenas aumentan. En el segundo trimestre de este año, la tasa de vacantes se mantuvo estable en el 2,1% y se incrementó ligeramente en el sector servicios. Italia prevé que el PIB crezca tanto en 2023 (1,2%) como en 2024 (1,1%), aunque más lentamente que en 2022 (3,7%). Y prevé que el empleo aumente en línea con el PIB y también augura un descenso de la tasa de desempleo. Aunque los resultados positivos en el mercado laboral son alentadores, persisten algunos retos, como la baja participación de las mujeres y los jóvenes en el empleo.
Países Bajos: necesidad de mano de obra
La cifra de desempleo ascendía este septiembre a un 3,7% en Países Bajos, mientras que el paro juvenil —entre 15 y 25 años— ha aumentado en el último trimestre hasta sumar un 8,8%. Según la Oficina Central de Estadística, la subida general de las cifras responde “al deterioro de la economía en los últimos meses”. Este agosto, la fuerza de trabajo del país sumaba 9,7 millones de personas, la mayoría hombres (56%). El portal digital financiero del Gobierno calcula que hay más de 11 millones de puestos de trabajo y siete de cada 10 ciudadanos entre 15 y 75 años está empleado.
Por otro lado, la tendencia a trabajar a tiempo parcial es la opción escogida por 4,5 millones de personas. De ahí que la media de horas trabajadas sea de las más bajas de la Unión Europea, con 32,1. En las dos últimas décadas, la cifra de holandeses entre 45 y 75 con un trabajo ha aumentado en 1,6 millones. Ello se debe, en parte, al esfuerzo del Ejecutivo por retrasar la edad de la jubilación: 66 años y 10 meses en 2023; para 2028 se espera llegar a 67 y 3 meses.
Los estudios gubernamentales señalan que la economía holandesa cobró impulso después de la pandemia, y que una parte importante de las vacantes (el país sufre la mayor tasa de Europa, un 4,7%) responden a los vaivenes del ciclo económico. Además, tanto el envejecimiento de la población como el cambio de clima aumentarán la demanda de mano de obra. El primer factor se notará en el sector sanitario. El otro, se traducirá en problemas para llevar a cabo la transición energética “dado que generar energía renovable requiere más fuerza de trabajo que la energía fósil”, explica el mismo portal oficial.
Con información de Miguel Jiménez (Estados Unidos), Elena G. Sevillano (Alemania), Marc Bassets (Francia), Rafa de Miguel (Reino Unido), Lorena Pacho (Italia) e Isabel Ferrer (Países Bajos).
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.