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Paja a precios de cereal: “Estamos pagándola a más de 0,26 euros el kilo”

Las cotizaciones se han duplicado ante la falta de rastrojos y de pastos para cabañas ganaderas extensivas

Pacas de paja en los campos de cultivo de Mondéjar (Guadalajara).
Pacas de paja en los campos de cultivo de Mondéjar (Guadalajara).David Expósito

La falta de lluvias en la actual campaña se ha llevado por delante la cosecha de los cereales de invierno —trigo, cebada, avena o centeno— en la mitad sur de la Península. La caída media de la producción ha sido del 40%, hasta unas cifras estimadas de entre los 10,2 y 10,8 millones de toneladas, según diferentes organizaciones de productores, almacenistas y fabricantes de piensos. La demanda media, en cambio, se mueve entre los 36 y los 37 millones. La campaña la marcarán los puertos con entradas de unos 26 millones de toneladas. Mientras tanto, la sequía también ha arrasado con la producción de paja, provocando un vuelco en las cotizaciones de los mercados, algo que hasta la fecha no ha ocurrido con los cereales.

España es un importante exportador de paja y se ha labrado mercados lejanos —especialmente los países del norte de África, del Golfo, Taiwán y Japón—, pero hoy el sector tiene dificultades para operar en el exterior con sus clientes tradicionales, por precios y además por la falta de producción. Así lo señala Fernando Martínez, propietario de la empresa Nual, volcada en la exportación y ubicada en Arenillas de Muñó (Brugos). La empresa Europaja, por su parte, estima que, además de no poder exportar, las importaciones serán elevadas, especialmente desde Francia. Prevén unos precios de 12 euros el kilo en origen y de forraje 0,40 euros, con destino a cabañas ganaderas como el vacuno y el ovino, para alimentación o para “camas” de suelo y pastos para las cabañas extensivas. Ante esta situación, el sector pide que la paja no se destine a otros usos no alimentarios, como la obtención de energía (bioetanol).

En una campaña normal, con una superficie de unos seis millones de hectáreas de cereales de invierno, la producción de paja se estima en unos cinco millones de toneladas, con una recogida media de unos 1.000 kilos por hectárea. Este año, con unos 5,3 millones de hectáreas de superficie, se prevé que la producción de paja no llegue a los cuatro millones. Cerca del 50% del territorio está la parte meridional de la Península, donde los rendimientos no han superado los 500 kilos. Además, en miles de hectáreas no se ha podido segar el cereal para dedicarlo a pasto de la ganadería. En la mitad norte los rendimientos medios han sido más elevados, y las bajas producciones al sur del Duero y del Ebro han sido compensadas por las mejores cosechas en las zonas más al norte.

Todo ello ha supuesto una subida de precios. La paja ha pasado de costar menos de 0,10 euros el kilo a una media en Castilla y León de hasta 0,20 euros por kilo en el campo. A efectos de consumo, implica un incremento mínimo de cinco céntimos. Rosario Arredondo, ganadera de vacuno en Cantabria, se lamenta de que los precios de la leche se sigan recortando muy por debajo de los costes “sin que nadie haga nada”. “Mientras, estamos pagando la paja a más de 0,26 euros el kilo”, lamenta. Una vaca de leche estabulada tiene una demanda de hasta cinco kilos de paja por comida, volumen al que hay que sumar las camas en los suelos. Por ello, en muchos casos se ha sustituido la paja por otros productos como el serrín.

Guerra en Ucrania

Por el contrario, el mercado de los cereales se asemeja cada vez más a una montaña rusa en función de lo que sucede en Ucrania. Pese a la reducción de la oferta en España y en el conjunto de la UE por la sequía, los pronósticos iniciales eran optimistas y la previsión de buenas cosechas en otras latitudes y las estrategias de las multinacionales dieron lugar a fuertes bajadas de precios en otoño, que han llegado a 0,23/0,24 euros el kilo en origen para la cebada y a 0,26/0,27 para trigos y maíz. Esta evolución a la baja no se ha registrado en otras materias primas para la alimentación animal como la alfalfa o la propia hierba.

Ahora, a pesar de las malas cosechas en Europa, a merced de la situación del corredor de Ucrania para exportar, los operadores creen que ha iniciado una recuperación que apunta a una remontada en el precio de los cereales a medio plazo. El analista de mercado Infomarket, en base a las importaciones, maneja para la segunda quincena de julio unos precios en destino de entre 260 y 270 euros la tonelada (tm) para trigos, de 255/265 euros para el maíz y de 230/245 en cebada.

Con los actuales precios, insuficientes para compensar los costes de producción, en el sector cerealista hay una posición dominante reacia a vender y a la espera de subidas, lo que presionaría a un aumento de las importaciones para abastecer la demanda ganadera. Antonio Catón, responsable del sector en las Cooperativas Agroalimentarias, apunta la conveniencia de ir soltando progresivamente el cereal para no incidir en una mayor bajada de los precios, además de evitar una amenaza de desabastecimiento que impulse una invasión de cereal en los puertos, que es donde se va a decidir la campaña.

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