La sequía dispara a niveles récord la siniestralidad agraria
Las indemnizaciones alcanzaron en 2022 un máximo histórico: 769 millones de euros
La falta de agua en el campo es un problema con muchas aristas. En un sector muy tensionado por la sequía y la subida de costes ahora han aparecido en escena los seguros agrarios. Para las aseguradoras los siniestros no dejan de aumentar y para los agricultores el pago de las pólizas comienza a presionar demasiado sobre sus márgenes. Las indemnizaciones por siniestralidad en el sector agrario ascendieron durante 2022 a una cifra récord: 768,85 millones de euros, según los datos provisionales del consorcio de empresas integradas en Agroseguro. Esta cuantía es la más elevada de los más de cuarenta años de funcionamiento de la actual política de seguros y supone un incremento del 6,5% con respecto a los 722 millones de 2021. Del total abonado durante el año pasado, 154 millones han sido para los sectores ganaderos y el resto para cultivos agrícolas.
Para las entidades aseguradoras este dato recoge los efectos que el cambio climático y las elevadas temperaturas están teniendo en el sector primario. El último año en el que se registraron tasas de siniestralidad tan altas fue en 2012, cuando la compañía de seguros abonó 732 millones en indemnizaciones. En los últimos cinco ejercicios las cantidades abonadas ya habían ascendido considerablemente. En concreto, entre 2007 y 2016, la prima media de riesgo fue de 537 millones de euros y la siniestralidad media de 534 millones. En el periodo de 2017 a 2021, frente a una prima media de riesgo de 615 millones, la siniestralidad se fue a 695 millones. Estas cifras obligan a las compañías a hacer uso de los fondos de reserva y a los fondos del Consorcio.
El pago de estos 769 millones el año pasado ha ido dirigido a compensar los efectos de sequías, olas de calor, heladas, pedriscos e inundaciones. Los más afectados han sido los cultivos herbáceos, cereales, frutas y hortalizas, viñedo y olivar, con casi dos millones de hectáreas comprometidas por estos fenómenos y con 1,6 millones de siniestros registrados. En la actualidad el seguro agrario cubre, con alrededor de 400.000 pólizas, más de seis millones de hectáreas de cultivos herbáceos, frutales y de hortalizas. El capital asegurado ha ido incrementándose constantemente hasta unos 16.000 millones de euros frente a una producción final agraria de cerca de 50.000 millones.
Nuevos seguros para un contexto de cambio climático
Aseguradoras y las organizaciones agrarias coinciden en la necesidad de “dar una vuelta” al seguro agrario. Desde el sector, responsables de UPA estiman que esos cambios necesarios a tenor del impacto de ese cambio climático no deben basarse en mayores primas, más franquicias y menos coberturas a costa de los agricultores, sino de un equilibrio de intereses.
De acuerdo con los datos manejados por las compañías aseguradoras, fenómenos como los pedriscos, las inundaciones, las heladas o las sequías, son cada vez más frecuentes, y sobre todo más virulentas, además de producirse en cualquier época del año. El hecho de que ya no estén sujetos a estacionalidad hace que sean imprevisibles y las medidas para atajarlos menos efectivas.
El seguro agrario ha sido una de las herramientas más apoyadas en los últimos años desde el Ministerio de Agricultura, ya que se considera como un instrumento importante para las rentas en la política agraria. El pago de las primas está subvencionado en este ejercicio (2022-2023) con 317,7 millones de euros, un 23% más de lo que se había presupuestado inicialmente para 2021 y un 50% más que la media de los fondos asignados para el periodo de 2016 a 2020. Los nuevos fondos dispuestos por Agricultura permiten un incremento de diez puntos en la subvención a las primas en casi la totalidad de las líneas. A esas cifras se sumarían las aportadas por las Comunidades Autónomas, que varían según el territorio.
A partir de los fondos del Ministerio de Agricultura, la subvención al coste de la prima para los agricultores profesionales, titulares de explotaciones prioritarias o miembros de organizaciones de productores, se eleva al 50% y se sitúa en el 65% cuando se trate agricultores jóvenes. La subvención media al coste de la prima se situará este ejercicio en 40% frente al 32% en 2021 y del 30% en 2018.
Sobre el impacto de la sequía en lo que va de 2023, desde Agroseguro mantienen que por el momento es imposible de calcular, ya que los daños solo se pueden valorar en el momento de la cosecha, pero apuntan que dada ausencia de lluvias “la estimación de indemnizaciones será, probablemente, muy elevada”.
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