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El BCE urge a hacer reformas ante los riesgos de la ‘banca en la sombra’

Los fondos de inversión han duplicado su tamaño, hasta 31 billones de euros, desde la crisis financiera de 2008

Luis de Guindos
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en Fráncfort.WOLFGANG RATTAY (REUTERS)
Lluís Pellicer

La zona euro ha superado por ahora las turbulencias financieras que esta primavera han golpeado a la banca regional estadounidense y a Credit Suisse. Fráncfort mantiene que el sector europeo es sólido y apunta hacia otro lado. En concreto, a la llamada banca en la sombra, una constelación de fondos de pensiones o de alto riesgo cuya expansión ha sido constante en la última década. Ese crecimiento ha permitido disponer de mayor financiación empresarial, pero ha conllevado nuevos riesgos. Ante esas amenazas, el Banco Central Europeo (BCE) urge a los líderes europeos a adoptar medidas. “La falta de acción política hoy puede significar la materialización de los riesgos mañana”, ha avisado el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos.

Europa había carecido tradicionalmente de un sistema paralelo al bancario que redujera su elevada dependencia al sector bancario. A partir de la crisis de 2008, sin embargo, los fondos empezaron a aportar más capital a las empresas. En conjunto, las carteras de todos esos instrumentos duplicaron su tamaño desde entonces, pasando de 15 billones a 31 billones de euros. Eso se plasmó en la financiación a empresas: según el BCE, el crédito otorgado por la banca en la sombra pasó de representar el 15% al 26% a finales del año pasado. “El mayor papel de las entidades no bancarias ofrece la ventaja de diversificar las fuentes de financiación y, por lo tanto, puede contribuir a garantizar una financiación fluida para la economía real”, ha afirmado Guindos en una conferencia en Fráncfort.

Sin embargo, también abre nuevas rendijas por las que puede colarse una crisis financiera. Lo demostró con creces la quiebra del fondo Archegos. Y lo volvió a poner de manifiesto la crisis que atravesó en otoño el Reino Unido, cuando los planes de recortes de impuestos de la ex primera ministra Liz Truss inquietó a los mercados. Los fondos colapsaron cuando el rendimiento de los bonos británicos se disparó, los depositantes de los fondos empezaron a vender y los fondos se encontraron con que no podían responder al haber invertido en activos ilíquidos. “El fuerte crecimiento del sector financiero no bancario, especialmente la industria de gestión de activos, durante los últimos 15 años ha ido acompañado de un aumento de los desajustes de liquidez”, ha advertido el número dos del BCE.

Regulación comunitaria

El hecho de que los inversores de esos fondos puedan exigir su dinero sin previo aviso, según Guindos, los hacen más vulnerables y crea más presiones sobre la demanda de liquidez. Esta, ha dicho, se ha vuelto “más procíclica”. Es decir, aumenta en los periodos de tensiones en los mercados financieros. El vicepresidente del BCE ha puesto como ejemplo el periodo de pandemia, cuando esos desajustes de los fondos incrementaron las necesidades de liquidez y “amplificó el estrés en los mercados financieros”. “No hay razones para la autocomplacencia”, ha agregado Guindos, quien ha advertido de que las vulnerabilidades estructurales por los desajustes de liquidez y el apalancamiento “siguen siendo elevadas a pesar de la reciente reducción de riesgos”. “Las instituciones financieras bancarias y no bancarias pueden estar estrechamente interconectadas a través de canales de financiación, vínculos de propiedad y exposiciones de riesgo comunes”, ha agregado.

Guindos ha instado a emprender reformas para acotar los riesgos. Primero, a exigir a esas entidades niveles elevados de liquidez en caso de que permitan retirar fondos a diario. También ha pedido a los líderes europeos a priorizar la reforma del sector de los fondos del mercado monetario y a mejorar la “calidad y cobertura de los datos y el intercambio de información” para evaluar los riesgos de apalancamiento de esos fondos. “La falta de acción política hoy puede significar la materialización de los riesgos mañana. En particular, un marco macroprudencial más completo debería ser una prioridad para garantizar que las entidades no bancarias sean más resilientes y sean capaces de proporcionar una fuente estable de financiación a la economía real tanto en los buenos como en los malos tiempos”, ha remachado Guindos.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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