Latinoamérica batalla contra la inflación a riesgo de provocar una ola de impago de deuda
Las condiciones financieras en la región se han endurecido el doble que durante la gran crisis de 2008, según S&P Global
Han sido semanas de tensión y nerviosismo en el sector bancario global. Después de la caída de tres bancos de tamaño mediano en Estados Unidos, el gigante europeo Credit Suisse tuvo que ser rescatado por su competidor UBS y el 24 de marzo la banca del continente vivía un viernes negro en Bolsa arrastrada por las dudas sobre Deutsche Bank, otra entidad que lleva años dando señales de debilidad. En las economías avanzadas, todos los bancos están levantando el capó para ver en qué condiciones está su motor.
Esto tuvo un impacto inicial en América Latina. Las acciones de los bancos cayeron en las respectivas Bolsas, las monedas sintieron un primer golpe. Pero en la región, curada de espantos en cuanto a crisis bancarias, las autoridades están más preocupadas por un problema que pinta para ser más duradero: la imposibilidad de recortar sus tasas de interés. Aunado al estrés que viven los bancos, esto podría detonar una ola de incumplimientos en pagos de deuda, según advierten dos agencias calificadoras.
Esta semana, tanto el banco central mexicano como el colombiano subieron su tasa de interés referencia. Lo hicieron en un incremento menor a los anteriores, pero ambos enviaron señales de que no podrán recortar la tasa a menos que la inflación ceda de manera significativa. En México, la inflación se ubica en 7,12%, ligeramente menos del 7,91% que se registró en enero, pero todavía muy por encima del rango objetivo del supervisor, de entre el 2% y el 4%. En Colombia, la inflación creció cerca del 13,3% tanto en enero como en febrero. Este sábado se publicará el dato de marzo. Es posible que ambos bancos se acerquen al fin del ciclo alcista, pero eso no quiere decir que estén listos para bajar la tasa.
Por su parte, en Brasil, esta semana se dieron a conocer las preocupaciones del Copom, el consejo de política monetaria del banco central, en las actas de su última reunión. “Las minutas de la reunión de Copom habrán frustrado cualquier esperanza (sobre todo en el Gobierno) de que los consejeros recurran a recortes de tasas de interés en el corto plazo”, escribieron analistas en la firma inglesa Capital Economics el viernes.
“Aunque los formuladores de políticas están preocupados por la deuda y los riesgos bancarios, enfatizaron que es más probable que utilicen medidas macro prudenciales en lugar de recortes de tasas de interés si estallan los problemas”, agregaron. Además, las actas advirtieron que una nueva regla fiscal no permitiría automáticamente una postura monetaria más flexible. La reunión se llevó a cabo antes de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva enviara al Congreso su propuesta el jueves.
“Finalmente, y quizás lo más importante, es que al Copom claramente le preocupa que las expectativas de inflación se hayan desanclado”, escribieron los analistas. “Mientras que en febrero esto se consideraba un riesgo, Copom ahora cree que se ha materializado. Las expectativas de inflación de los analistas han aumentado y ya no parecen mantenerse bajas”, enfatizaron.
Altas tasas de interés, tanto en países desarrollados como en los propios países latinoamericanos, podrían detonar una ola de incumplimientos de deuda, según un reporte de la empresa calificadora de riesgo crediticio S&P Global. Para gobiernos y empresas, la financiación se está encareciendo a marchas forzadas con las subidas de tipos.
“Si bien las tasas de interés de referencia han vuelto a niveles previos a la pandemia en Asia, son notablemente más altas en América Latina,” escriben los especialistas Gregoire Rycx y José Pérez de S&P Global en un reporte reciente. “De hecho, el grado de endurecimiento de la tasa de interés de política monetaria, medido por la tasa actual en comparación con su promedio de cinco años, supera con creces lo visto en la historia reciente, aproximadamente es un endurecimiento dos veces mayor que durante la gran crisis financiera”, apuntaron.
Las entidades no financieras, es decir, las empresas y corporativos que no son bancos, son los más afectados “lo que genera preocupación acerca del potencial incremento en las tasas de incumplimiento”, dijo S&P. El país con mayor riesgo de incumplimiento, aseguraron, es Brasil.
El tema del contagio de bancos globales a la región parece ser menos urgente. El jueves, la presidenta del banco central en Chile aseguró en un encuentro con periodistas que “el panorama aún es incierto, pero hasta ahora los efectos macroeconómicos no parecen significativos”. El Banco de México, por su parte, comunicó un sentimiento similar, diciendo que la caída de bancos en EE UU y Europa “ha tenido un impacto limitado sobre el sistema financiero nacional”.
La calificadora de riesgo Fitch Ratings coincide. En un reporte enviado esta semana, sus analistas aseguraron: “Las consecuencias directas, los riesgos de contagio y los efectos de segundo orden de las recientes quiebras bancarias en los EE UU y la venta de Credit Suisse liderada por el gobierno será limitada para los bancos latinoamericanos debido a la poca o ninguna exposición directa”.
“Dada la historia de la inflación en Latinoamérica, los bancos centrales de la región comenzaron a endurecer la política monetaria en marzo de 2021… mucho antes de que la mayoría de los mercados desarrollados comenzaran a apretar su política expansionista por la pandemia”, escribieron los analistas de Fitch Theresa Paiz, Alejandro García y Laura Kaster. “Como resultado, la inflación general parece haber alcanzado ya su punto máximo, con la excepción de Colombia y Perú, aunque el ritmo y el alcance de la desinflación siguen siendo inciertos. Los bancos latinoamericanos enfrentarán los riesgos de las tasas más altas durante más tiempo”, agregaron.
Si bien especialistas y autoridades ven a sus bancos nacionales con suficiente solidez para no contagiarse de la crisis en países desarrollados, esta pudiera impactarles por la vía económica. El lunes, el director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial Ayhan Kose advirtió que la crisis de los bancos pudiera derivar en menor crecimiento a nivel mundial, quizás “una década perdida”. “La desaceleración que estamos describiendo... podría ser mucho más aguda si estalla otra crisis financiera mundial, especialmente si esa crisis va acompañada de una recesión mundial”, dijo Kose.
En el trasfondo de este escenario global pintado por la multilateral están las protestas sociales por desigualdad y pobreza que han explotado en la región en los últimos años. Mientras las más recientes, en Perú, muestran señales de haberse calmado, surge un nuevo foco de alerta: Ecuador.
“La crisis política de Ecuador se profundizó después de que la corte constitucional del país dictaminara que pueden comenzar las audiencias de juicio político contra el presidente Guillermo Lasso, y los legisladores de la oposición dicen que tienen los votos para derrocarlo”, escribieron analistas de Capital Economics el viernes. Lasso, “uno de los pocos presidentes favorables al mercado que quedan en la región”, completó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en diciembre del año pasado, dijo Capital, pero la agenda de reformas que propuso el Presidente parece haberse estancado. En 2020, bajo la Administración anterior, el país incumplió en el pago de su deuda soberana.
“La oposición está cobrando impulso, lo que aumenta el riesgo de un cambio hacia la izquierda populista en las elecciones presidenciales de 2025″, dijo Capital. ”Es probable que los costos de endeudamiento en dólares de Ecuador sigan siendo prohibitivamente altos y otro incumplimiento soberano es un riesgo creciente”.
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