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Los ministros de Finanzas de la UE se conjuran para tener listas las nuevas reglas fiscales en 2023

El Ecofin vence las resistencias de Alemania y encarga a la Comisión que presente las propuestas legales

La vicepresidenta primera española, Nadia Calviño, saluda el vicepresidente del BCE, el también español Luis de Guindos.
La vicepresidenta primera española, Nadia Calviño, saluda el vicepresidente del BCE, el también español Luis de Guindos.JOHN THYS (AFP)
Manuel V. Gómez

La reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea ha culminado este miércoles su primera etapa. Los ministros de Finanzas de la UE, el llamado Ecofin, han aprobado este martes las orientaciones básicas para que la Comisión Europea presente los textos legales de la reforma cuanto antes, la intención es que lo haga en abril. Las prisas que hay en Bruselas y tienen muchos Estados miembro para desprenderse cuanto antes de buena parte de las reglas vigentes -aunque suspendidas desde 2020- quedan claramente expuestas en el cierre del documento aprobado que señala el objetivo de acabar “los trabajos legislativos en 2023″. Esto quiere decir que será a España al socio que le va a tocar coordinar las negociaciones durante su presidencia rotatoria en la segunda mitad del año. El texto definitivo también ratifica la opción de que los planes de ajuste de cada país se revisen con los resultados electorales, como adelantó EL PAÍS.

Durante el último mes, los Ministerios de Finanzas de la UE han negociado el texto con el que encargar a la Comisión la redacción de la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El preacuerdo estaba ya concluido hace algo más de una semana por los número dos de los 27 ministerios más el Ejecutivo europeo. El borrador asumía buena parte de las propuestas que hizo la Comisión en noviembre, principalmente la senda de ajuste individualizada y adaptada a la situación económica y fiscal de cada Estado miembro y la posibilidad de buscar un equilibrio entre la consolidación de las cuentas públicas y las inversiones en las transiciones gemelas (digital y ecológica) más en Seguridad y Defensa. También se mantiene la opción de que haya sanciones más bajas, pero aplicables (nunca se han impuesto los castigos previstos ahora), para los países que desvíen de sus objetivos fiscales y la posibilidad de que haya cláusulas de escape generales y específicas para cada Estado que les permita responder a situaciones extraordinarias cuando lleguen, como puede ser una pandemia. La redacción final, asimismo, deja muy claro que los objetivos a largo plazo de deuda y déficit se mantendrán en el 60% y el 3% aunque a medio plazo sean otros.

En estas semanas, además, los países han añadido la posibilidad de que las sendas fiscales que cada Estado negocie y pacte con la Comisión pueda revisarse a fondo cuando llega un nuevo Gobierno después de unas elecciones. “El marco debe tener en cuenta la necesidad de permitir que el proceso democrático de los Estados miembros configure sus políticas económicas”, señala esta cláusula explícitamente.

Sobre el papel, la jornada tenía que transcurrir con placidez. La aprobación de esta declaración era el punto más importante del orden del día y estaba cerrado desde el jueves dos de marzo. Pero ya el lunes el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, hizo unas declaraciones en las que no quedaba clara la posición que iba a mantener sobre este punto. Fue mucho más claro sobre lo poco que le gusta que la Comisión Europea haya declarado que no abrirá procedimientos de déficit excesivo hasta la primavera de 2024, lo que, de facto, supone que no se aplicarán las viejas reglas fiscales aunque esté previsto desactivar la cláusula de escape que las había suspendido.

Al final Alemania no se ha descolgado del preacuerdo y ha dado su visto bueno. Pero antes ha querido dejar claro su escepticismo con el proceso y sus recelos hacia la Comisión: “Bajo iniciativa alemana se subrayó que el Consejo Europeo siga consultando con la comisión antes de que esta presente su propuesta concreta. En otras palabras: hemos hecho hoy un inventario y acordado unas conclusiones que, en ningún caso, constituyen una carta blanca para la Comisión, se necesita más trabajo para que haya apoyo de todos a una propuesta”. El ministro germano, del partido liberal, se refiere a todos los elementos de la reforma que todavía no están acordados, como la definición del gasto agregado presupuestario, los parámetros que se tomarán para definir las sendas de deuda individualizadas y, sobre todo, “el diseño de indicadores numéricos comunes”, algo que genera rechazo en países como España.

Que la redacción final tenga que estar lista antes de acabar 2023 es para el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, un “objetivo ambicioso pero realista”. El letón, como el comisario de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, se ha mostrado “satisfecho” con el resultad alcanzado hoy.

También la vicepresidenta primera española y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha saludado el acuerdo: “Es una buena noticia porque supone un paso adelante en la reforma de las reglas fiscales y un compromiso reforzado para que el proceso legislativo culmine en 2023″.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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