Cepsa invertirá 1.000 millones en una planta de biocombustibles en Huelva
La petrolera española producirá diésel y queroseno renovable para aviones a partir de aceite de cocina usado y desechos agrícolas en su refinería de Palos de la Frontera
La segunda petrolera española, Cepsa, ha anunciado este miércoles una inversión de 1.000 millones de euros en una nueva planta de biocombustibles en su refinería de La Rábida, en la localidad de Palos de la Frontera (Huelva). El complejo se centrará en la producción de diésel renovable y de combustibles sostenibles para aviación (conocidos como SAF, por sus siglas en ingles) y creará un total de 1.600 empleos durante la fase de construcción, aunque la empresa no detalla cuántos de estos serán directos y cuántos indirectos. En este tipo de proyectos, una amplia mayoría suelen ser del segundo tipo.
Cepsa, que se anotó un beneficio récord de 1.100 millones de euros en 2022, aspira a producir 2,5 millones de toneladas al año de biocombustibles en sus refinerías de la península Ibérica. De ellas, 800.000 serán para aviación, uno de los sectores más difíciles de descarbonizar y en el que más interés han puesto las empresas energéticas.
Los biocombustibles, catalogados como de segunda generación, serán fabricados con residuos orgánicos (aceites de cocina, desechos agrícolas...) que “de otro modo terminarían en vertederos”, según remarca la compañía dirigida por Maarten Wetselaar. “La utilización de biocombustibles puede llegar a reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 [dióxido de carbono] respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para avanzar en la transición energética e impulsar la descarbonización del transporte, especialmente en sectores en los que la electrificación es muy compleja, como el transporte pesado por carretera, el aéreo y el marítimo”, se lee en el comunicado en el que han hecho públicos los detalles de la infraestructura.
Hace justo una semana, Cepsa anunció un acuerdo con el gigante francés TotalEnergies para la venta de todos sus activos petroleros en Emiratos Árabes Unidos, que constituían la mitad de todo su negocio de exploración y producción. Aunque no desveló la cantidad ingresada —no está obligada a hacerlo, al no ser cotizada—, se da por hecho que supera con creces los 1.200 millones abonados por ellos hace cinco años. El dinero recaudado, dijo entonces, iría a parar a renovables.
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