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Evento Retina / El futuro del trabajo

Un difícil porvenir sin orden ni previsión

Las nuevas generaciones transitan por un panorama del empleo complejo e incierto, sujeto al lado oscuro del algoritmo y la automatización

Mónica Quintana y David Alayón, autores de libro 'Upgrade'.
Mónica Quintana y David Alayón, autores de libro 'Upgrade'.Gorka Estrada

Mónica Quintana y David Alayón, autores de Upgrade, han decidido situarse “en el cuadrante de la oportunidad” y enfocar su libro como una guía para desarrollar unas competencias profesionales “a prueba de futuro” en unos tiempos complejos que con una mano piden hiperespecialización y, con la otra, perfiles multidisciplinares, o neogeneralistas. Alejandra de la Fuente, autora de @mierdajobs y La España Precaria, habla de la cultura del miedo, de conformismo y de trivialización de la precariedad, adornada en ocasiones con anglicismos que la hacen parecer algo moderno —freelances, nómadas digitales, friganismo (coger comida de la basura)—. Lucía Ortiz de Zárate, investigadora en Ética y Gobernanza de la IA en la Universidad Autónoma de Madrid y el Círculo de Bellas Artes, alerta de los riesgos de la datificación, el control algorítmico y la automatización del mercado laboral, e insta a “no comprar el lema de digitalizarse o morir” sin una reflexión ni un replanteamiento del modelo.

Son tres visiones, tres cristales de distintos colores para mirar el poliédrico e incierto mercado laboral del futuro, y a los trabajadores del mañana. “Tenemos que cambiar la noción del trabajo”, reclama Quintana, aludiendo a tendencias como el teletrabajo y los contextos laborales híbridos, o la demanda creciente de bienestar, sobre todo por parte de los empleados más jóvenes. Upgrade utiliza una metáfora humano-máquina para recomendar a sus lectores que actualicen su sistema operativo, descarguen o instalen nuevas aplicaciones, y mejoren su hardware (en cuanto a sueño, ejercicio y alimentación). “Hay una correlación directa entre nuestro bienestar corporal y nuestro propio rendimiento”, incide Alayón.

Lucía Ortiz de Zárate, investigadora en Ética y Gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA) en la Universidad Autónoma de Madrid e investigadora asociada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Lucía Ortiz de Zárate, investigadora en Ética y Gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA) en la Universidad Autónoma de Madrid e investigadora asociada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.Gorka Estrada

De aquellos miedos tras la crisis de 2008, cuando España rozó los seis millones de parados, a los lodos de la reforma laboral de 2012, que precarizó el mercado de trabajo con medidas como la rebaja de las indemnizaciones por despido, la ampliación de las causas de despido objetivo, la eliminación de la autorización del Ministerio de Trabajo para hacer un ERTE o la sustitución del convenio de empresa por el de sector. Dicho esto, De la Fuente defiende que la mayor temporalidad, que “en 2018 era casi del 27%”, y la devaluación salarial afectan, sobre todo, a los jóvenes. “Los jóvenes de 2008 ya no lo son tanto, y han sido sustituidos por nuevas generaciones, como la mía, que seguimos arrastrando el problema”, detalla. Y lo están viendo aumentado por un mal uso de la tecnología, según apostilla.

Puestos frágiles

La uberización del trabajo no solo afecta a los riders sino a programadores web, o a los periodistas”, denuncia De la Fuente, que señala, asimismo, un exceso de control (empresas que monitorizan a sus empleados y no les dejan tiempo ni de ir al baño) y malas prácticas laborales en países en vía de desarrollo. “La revista Time destapó que para educar y entrenar al algoritmo del ChatGPT se habían contratado trabajadores en Kenia por menos de dos euros la hora”, apunta. “Para un futuro en el que la tecnología se utilice con ética y para los trabajadores es necesario regular, que haya inspecciones de trabajo, y que se generen muchos comités de expertos plurales, para que haya una buena investigación, y no ir tarde”, pide. “Es interesante fijarnos en tecnología no solo relacionada con la productividad, sino con cuestiones como el cuidado; por ejemplo, para ayudar a reducir la cifra de 700 muertes al año en accidentes laborales que se producen en España”, sugiere.

Alejandra de la Fuente, autora de @mierdajobs y 'La España Precaria'.
Alejandra de la Fuente, autora de @mierdajobs y 'La España Precaria'.Gorka Estrada

Ortiz de Zárate coincide en aspirar a otro tipo de futuro en positivo, en el que no solo la productividad se ponga en valor. También los cuidados, insustituibles por más que avance la automatización. En su opinión, se ha producido una ruptura de la idea de hace 30 años de que la automatización nos ayudaría a vivir mejor y a trabajar menos. “Esa idea se tuerce y nos empezamos a dar cuenta de las cualidades políticas de la tecnología”, advierte. A la espera de que lleguen los robots, hay empresas que exigen a sus trabajadores que se comporten como tales, y abstraen datos de sus procesos para convertirlos en información que muchas veces provoca situaciones injustas. La experta insta a reflexionar sobre los trabajadores de fuera de Europa “que sostienen nuestro modelo de transición tecnológica”, y lamenta que “en la compatibilización entre transición tecnológica y derechos siempre vamos tarde, porque el ritmo de transformación es tremendo”. Así que receta “planteamientos impopulares pero necesarios”, consistentes en “repensar el ritmo y los alcances”.

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