_
_
_
_

El camino a la semana laboral de cuatro días, explicado por empresas españolas que lo han recorrido

Seis compañías que han aplicado la semana reducida en España detallan cómo implementaron el modelo, organizaron el trabajo y mejoraron la productividad

jornada laboral 4 dias
En la imagen, Juanpe Granados (centro), consejero delegado de Estati.co, posa junto a dos trabajadores, Borja García Varela (izquierda) y Jesús Blanco Varela (derecha).carlos castro
Emilio Sánchez Hidalgo

Las empresas que participan en este reportaje reciben muchos currículos. “Muchísimos, muchos más que antes”, explica Fernando Polo, consejero delegado de la agencia de marketing digital Good Rebels. El “antes” de estas empresas era trabajar cinco días a la semana, es decir, lo normal para la mayoría de los empleados de España. Ahora en esta compañía trabajan cuatro días, en los que reparten una jornada de 32 horas con la misma retribución que antes del cambio.

Además de currículos, estas empresas también reciben muchas preguntas. Compañías de sus sectores, la competencia, quieren saber cómo recorrer el mismo camino, cómo recortar un día en la semana laboral y que esto no afecte a sus resultados. De momento en España son excepciones contadas, pero en otros países cada vez son más, como en el Reino Unido, que acaba de difundir los muy positivos resultados de un ensayo desarrollado en los últimos meses: 56 de las 61 empresas participantes han prorrogado la medida.

A continuación, seis responsables de empresas que han implantado la semana de cuatro días en España (algunas con 32 horas semanales, otras con unas 36) sin rebajar salarios explican esta transición.

Qué debe haber hecho la empresa antes de dar el paso. “No tiene sentido hacer el cambio a una jornada de cuatro días de repente. Antes se han tenido que tomar otras muchas medidas que faciliten la flexibilidad en la empresa”, explica Ana Arroyo, responsable de recursos humanos en la compañía tecnológica Software Delsol. Para que funcione la jornada de cuatro días considera clave que en la empresa esté instalada una cultura que penalice el presencialismo y fomente el trabajo por objetivos. “Además”, continúa, “es muy difícil aplicar esto si hay precariedad en la compañía, si los salarios son bajos o si los contratos son temporales”.

Casi todas las empresas consultadas aplicaron el teletrabajo antes de la jornada de cuatro días. El éxito del empleo remoto les animó a dar el siguiente paso. “Nos dio más miedo el salto al teletrabajo, no teníamos claro si iba a funcionar. Pero fue genial, al igual que está yendo trabajar cuatro días. Al final es lo mismo, dar más libertad al trabajador para que esté más contento”, explica Juanpe Granados, consejero delegado de la agencia digital Estati.Co. “La pandemia demostró forzosamente que se puede ser igual de eficiente desde casa. El que está comprometido con su trabajo en la oficina lo está aún más si le pones las cosas fáciles”, añade Mamen González, responsable de recursos humanos del grupo empresarial Simeom Capital.

Quién plantea la idea. “En nuestro caso fuimos las socias las que pusimos sobre la mesa la posibilidad de trabajar cuatro días”, dice María Álvarez, corresponsable del restaurante madrileño La Francachela y de la empresa de comunicación Ephimera. “La idea se nos ocurrió durante el confinamiento, que fue un infierno. Hubo un tiempo en que los colegios estaban cerrados pero trabajábamos. La conciliación era imposible. Recuerdo los grupos de WhatsApp de madres del cole en los que todo el mundo decía lo enfadado que estaba. Entonces nos preguntamos qué podíamos hacer para al menos nosotras mejorar la vida de nuestros trabajadores”. La semana de cuatro días es especialmente llamativa en su negocio hostelero, un sector caracterizado por sus condiciones precarias. “Parecía una locura cuando me lo planteó mi socia, pero está yendo muy bien”. En la empresa tecnológica Tecalis la iniciativa también parte de la dirección. “Llega un momento en que nos queda claro que podemos dar un paso más, que es la evolución natural al resto de medidas de flexibilidad laboral que veníamos adoptando”, comenta Isidoro Martínez, consejero delegado de la compañía.

Las socias Elena García y María Álvarez en el restaurante La Francachela.
Las socias Elena García y María Álvarez en el restaurante La Francachela.

Qué cambios hay que aplicar en la relación laboral. La responsable de recursos humanos de Simeom Capital explica que la compañía añadió un anexo a los contratos de los trabajadores de la división en la que aplica la jornada de cuatro días. Otras compañías, sin embargo, no han cambiado nada. “No ha hecho falta”, detalla Granados, ya que en la relación con sus trabajadores ya se recogía la flexibilidad en la gestión del tiempo.

Cómo organizarlo y qué cambios hacer. En las seis empresas consultadas los trabajadores pueden ampliar su fin de semana librando el lunes o el viernes. “Es mejor eso que partir la semana, que librar un miércoles a mitad de semana”, comenta Granados. En Software Delsol los turnos son rotatorios, de manera que cada cuatro o cinco semanas se pasa de librar los viernes al lunes. “Eso hace que casi una vez al mes los trabajadores tengan un macropuente de cuatro días. Es un as en la manga”, detalla Arroyo. Esta dinámica también se da en Simeom Capital: “Es una alegría añadida”.

Uno de los principales retos es conseguir que el servicio sea igual para el cliente los lunes y viernes, cuando hay menos plantilla trabajando. “Para organizarlo bien los turnos deben quedar claros, que el servicio no se vea mermado. Hay que cuadrar los Excel para que la atención sea la misma”, añade Arroyo. El responsable de Good Rebels incide en el mismo mensaje: “Los turnos son clave para que el cliente sienta que todo sigue igual”.

Por otro lado, la mayoría de las empresas no ha necesitado hacer nuevas contrataciones para implementar la semana de cuatro días. “Se reduce a aprovechar mejor el tiempo”, añade Polo. Sí ha habido incorporaciones para implementar este modelo en Software Delsol y en las líneas de negocio en las que lo ha desarrollado Simeom Capital. “Me senté con los managers de cada equipo para saber cuántas personas necesitarían o cómo poder hacerlo”, indica González, la responsable de recursos humanos.

Cómo hacer lo mismo en menos horas. Este punto es el más importante, según todas las empresas que permiten la jornada de cuatro días. Por ejemplo, en La Francachela cambiaron la carta. “Quitamos unos huevos rotos que nos exigían muchísimo tiempo y los cambiamos por unas patatas con mojo que podíamos hacer con más agilidad. Además, los clientes piden lo que quieren desde la mesa por WhatsApp, con un sistema que convierte las conversaciones en ticketing”. En la empresa de Granados trabajan con un gestor de tareas: “Hacemos una auditoría mayor de los tiempos en la oficina, para tener claro cuánto le dedicamos a cada encargo y saber si es el adecuado o más del necesario”.

Oficina de Good Rebels en Madrid.
Oficina de Good Rebels en Madrid.MOEH ATITAR

Polo, de Good Rebels, asegura que en su empresa ahora se piensan muy bien a quién convocan a cada reunión. “Hay muchas formas heredadas de trabajar en oficinas que tienes que cambiar. No tiene sentido que estemos ocho en una reunión en la que realmente solo tienen que estar cuatro”. En su compañía, además, no hay descansos de dos horas para comer, un clásico del mercado laboral español que alarga muchísimo las jornadas. “Al final”, continúa Polo, “la clave es tener una mayor conciencia del tiempo, de no desperdiciarlo y gestionarlo mejor”. “Lo importante es que el trabajador cumpla con los objetivos. Mientras no sean inabarcables, qué más nos da cómo se organice y si los consigue cumplir en menos horas”, añade Granados, convencido de que un trabajador no rinde “ocho horas seguidas por igual”.

Qué problemas aparecen. El mayor temor que expresan los empresarios que han puesto en marcha estos sistemas es la acogida de los clientes. “Hubo comentarios de clientes preocupados por si el servicio se veía degradado, pero en cuanto comprobaron que no era así todo ha ido perfecto”, comenta el consejero delegado de Tecalis, que también veía como una amenaza el estrés de los trabajadores por tener que hacer más tareas en menos tiempo: “No está pasando. Esta medida facilita tanto la conciliación y la productividad que, creo, el estrés no aumenta”. “Los clientes nos están apoyando muchísimo, incluso nos preguntan cómo lo hacemos para conocerlo de primera mano”, añaden desde Good Rebels. “Creo que perjudica un poco la comunicación, ya que no todos trabajamos a la vez algunos días, pero sin duda hay más ventajas que inconvenientes”, finalizan desde Software Delsol. Álvarez repasa algunos de esos beneficios: “Hay menor rotación de personal, el trabajador está más contento y comprometido, captas más talento, eres más productivo... Es un verdadero acierto”.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Emilio Sánchez Hidalgo
Redactor de Economía. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2016 en Verne y se incorporó a Sociedad con el estallido del coronavirus, en 2020. Ha cubierto la erupción en La Palma y ha participado en la investigación de la pederastia en la Iglesia. Antes trabajó en la Cadena SER, en el diario AS y en medios locales de su ciudad, Alcalá de Henares.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_