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CaixaBank ganó en 2022 un 40% menos por efecto de la fusión con Bankia y eleva el dividendo al 55%

El banco obtuvo un beneficio de 3.145 millones de euros, de los que repartirá 1.730 millones en efectivo entre los accionistas. El Estado, a través del FROB, recibirá unos 250 millones

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (a la izquierda), y el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de los resultados de CaixaBank este viernes en Valencia.
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (a la izquierda), y el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de los resultados de CaixaBank este viernes en Valencia.Rober Solsona (Europa Press)

Los efectos contables de la absorción de Bankia pasan factura a CaixaBank. La entidad cerró el ejercicio de 2022 con un beneficio neto de 3.145 millones de euros, un 39,8% menos que el año anterior, según ha comunicado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esos resultados se antojan como la nota discordante dentro de un sector que está logrando números récord, pero la realidad es que los guarismos del banco catalán también representan un avance considerable. En la práctica, el descenso se debe a que el año anterior se dispararon sus ganancias por apuntes contables de la fusión con Bankia. Si no se tienen en cuenta esos extraordinarios, los beneficios habrían crecido casi un 30%. La cotización abrió la jornada con subidas, aunque a primera hora de la tarde el banco caía más de un 3,3%.

Los accionistas del banco, entre los que está el Estado, notarán esos buenos resultados. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha anunciado que prevé aumentar el reparto de dividendos hasta el 55% del beneficio neto consolidado, a falta de que se apruebe en junta. La intención es abonar un nuevo pago en efectivo en abril de 0,2306 euros por acción. Esto es, un 58% más que el pasado año. De este modo, CaixaBank ofrecerá el reparto más elevado entre los grandes bancos españoles.

En cifras absolutas, resulta un pago de 1.730 millones, de los que el Estado también recibirá un pellizco a través de su participación en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). “Casi la mitad de nuestro capital lo tienen la Fundación La Caixa y el Estado. 500 millones irán a la fundación para desarrollar su obra social, mientras que el FROB recibirá un dividendo de unos 250 millones de euros”, ha desgranado el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, en la rueda de prensa de los resultados anuales, celebrada en Valencia.

CaixaBank ha anunciado, además, que mantiene para 2023 la misma horquilla de reparto entre los accionistas, de entre el 50% y el 60% del resultado, manteniéndose en línea con su objetivo de alcanzar un volumen de 9.000 millones en el periodo comprendido entre 2022 y 2024. Sobre la retribución de los inversores, el grupo lanzó también un programa de recompra de acciones por 1.800 millones para amortizarlas y reducir el volumen total de títulos.

Mayor margen de intereses

El margen de intereses del grupo alcanzó los 6.916 millones, un 15,7% más, y las comisiones netas se situaron en los 4.009 millones, un 8,2% por encima de 2021. Este crecimiento se explica, en buena medida, por el impulso de la escalada de los tipos de interés en la parte final del ejercicio. Ambos capítulos (el margen y las comisiones) serán gravados por el Gobierno a través del impuesto extraordinario al sector para sufragar parte de las medidas contra la inflación. El impacto de esa medida en la entidad ascenderá a unos 400 millones de euros.

Si se observa solo el dato del último trimestre, el crecimiento se ha disparado al 22,8% respecto al mismo periodo de 2021. Es decir, el empuje de la nueva política monetaria ya se nota, aunque la mayor parte de ese viento de cola llegará en 2023. “Tanto el margen de intereses como el resto de ingresos tiene una evolución positiva. Hay un incremento de la actividad y, en el último trimestre, se ve la mejora por la subida de tipos”, ha explicado Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank. Goirigolzarri, no obstante, ha señalado algunos riesgos que conlleva este cambio de política monetaria: “Este nuevo entorno tendrá efectos adversos: la ralentización de la economía afectará en nuestro volumen de crédito y a la calidad de nuestro activo, es decir, a nuestra tasa de morosidad. Mientras que la inflación impactará también sobre nuestros costes”.

El resultado se vio impulsado también por una caída del 8,1% de los gastos de personal tras la 6.452 salidas de trabajadores pactadas en 2021, de las que 5.137 se cerraron el año pasado. Asimismo se clausuraron 913 oficinas. De esta forma, el margen de explotación se quedó en 5.524 millones, un 27,2% más que un año antes sin tener en cuenta los extraordinarios por la fusión.

Crecen las comisiones

Sobre las comisiones bancarias, estas crecieron un 1,7%, aunque el banco señala que las recurrentes se redujeron un 0,3% al eliminar las de custodia por depósitos (desde mitad del año pasado el Banco Central Europeo ya no cobra a la banca por los depósitos) y a la unificación de los programas de fidelización de CaixaBank y Bankia. Las comisiones de banca mayorista, en cambio, se dispararon un 20,5%. “Vamos en la buena dirección desde el punto de vista de nuestro negocio para cumplir el plan estratégico”, ha asegurado Goirigolzarri.

El crédito creció el pasado año, con una cartera sana por un importe de 351.225 millones de euros, un 3,3% más. La concesión de hipotecas se duplicó (+108%), hasta situarse en los 14.299 millones de euros, aunque para este ejercicio las previsiones del sector es que se produzca un cierto parón. En el caso de CaixaBank, además, el 90% de estos préstamos para compra de vivienda fueron a tipo de interés fijo. Es decir, están cubiertos de los vaivenes del euríbor. El crédito al consumo, por su parte, ha crecido un 16% (10.235 millones) y la financiación a empresas subió un 23%.

Morosidad bajo control

El Gobierno y el sector financiero lleva meses con un ojo puesto en la tasa de morosidad bancaria, para advertir si llegan nuevas turbulencias y tratar de evitar el desastre sufrido en la Gran Recesión. El efecto de la inflación y las subidas de tipos (y el euríbor a su vez) sobre unos hogares con menos poder adquisitivo era motivo de preocupación, de ahí que se haya articulado una ampliación del Código de Buenas Prácticas para auxiliar a las familias en apuros. Sin embargo, la posición financiera es mucho más holgada ahora que hace una década. En parte, por un mejor control de riesgos a la hora de conceder préstamos. De hecho, durante el mes de enero, Goirigolzarri ha cifrado en 820 las peticiones de clientes recibidas para adherirse a este protocolo.

Así, pese a los riesgos latentes y una situación económica con dudas (para este año se prevé que se frene el crecimiento del PIB), CaixaBank ha reducido la morosidad a mínimos históricos: cerró 2022 con una tasa del 2,7%, casi un punto menos que hace un año. Esa evolución se explica por la política de gestión de saldos dudosos, que los han reducido a los 2.943 millones. “Cada vez es más difícil, pero hemos conseguido bajarla aún más en un año que no ha sido fácil por los riesgos existentes”, ha enfatizado Gortázar, que ha añadido la buena evolución de repago de la cartera de préstamos con aval del Estado a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO): “La cartera ICO está evolucionando con una morosidad del 4% y con una amortización de más de una tercera parte de los préstamos. No está siendo una cartera especialmente problemática, al menos hasta el momento”.

Los dividendos procedentes de inversiones cayeron un 15%, hasta los 163 millones de euros, mientras que los resultados atribuidos por sociedades valoradas por el método de participación cayeron un 39%, hasta los 264 millones. Se debe a la venta de Erste Group Bank y a la consolidación de Bankia Vida. El banco asegura haber mantenido el ritmo comercial durante el pasado año, en el que se concluyó el proceso de integración de Bankia, convirtiéndose en la entidad con mayor volumen de negocio de España.

La capitalización del banco, por su parte, es holgada respecto a los requisitos demandados por el Banco Central Europeo. El CET1 fully loaded cerró en el 12,8%, muy por encima del 8,44% exigido y supera asimismo el objetivo de CaixaBank de estar entre el 11% y el 12%. En la rentabilidad sobre recursos propios (ROE), la cifra subió al 8,3%, mientras que la rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) escaló hasta el 9,8%, aunque sigue sin ser suficiente: “Estamos muy contentos del ROTE que presentamos al mercado, pero todavía está por debajo del coste de capital”, ha asegurado Goirigolzarri. De hecho, su plan estratégico recoge la meta de superar el 12%. La ratio de eficiencia, por otro lado, cerró el ejercicio en el 51,9%, todavía lejos del 48% que se puso como máximo de objetivo para 2024.

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