Las refinerías de Repsol multiplicaron por seis su margen de ganancia en un 2022 récord
El beneficio medio por barril procesado se disparó casi un 50% en el cuarto trimestre
Repsol, como el resto de colosos petroleros mundiales, vivió en 2022 un año de vino y rosas en sus refinerías. La energética española multiplicó por más de seis veces su margen de ganancia en estas instalaciones —donde el crudo se transforma carburantes—, en un ejercicio de abultados números verdes para todo el sector. Las refinerías de la empresa presidida por Antonio Brufau obtuvieron un margen medio de 15,6 dólares (14,4 euros) por barril procesado, frente a los 2,4 dólares de 2021 y los 5 dólares de 2019, el último año antes de la pandemia.
Tras un trimestre de relativa distensión en verano, cuando los márgenes se contrajeron, el tramo final del año pasado se saldó con un nuevo incremento de las ganancias de Repsol en este segmento. Entre octubre y diciembre, sus ganancias por barril crecieron hasta los 18,9 dólares, un 50% más en comparación con los tres meses precedentes. Salvo un inesperado giro de guion, la tendencia debería mantenerse a corto y medio plazo. Esa proyección se ve reforzada por el próximo veto comunitario a los derivados petrolíferos procedentes de Rusia, el mayor suministrador de diésel a los países de la UE, que entrará en vigor el próximo 5 de febrero.
“El refino es un sector volátil. En 2021 se registraron márgenes de refino históricamente bajos y en 2022 la situación ha sido la contraria, en particular tras la disrupción causada por la guerra de Ucrania”, explica un portavoz de Repsol. “A esto se añade la reducción continuada de la capacidad de refino desde 2010 en Europa (24 cierres de instalaciones) y las perspectivas de transición energética, lo que plantea un gran reto para el sector”.
La reciente fase de escasez de gasolina y, sobre todo, de gasóleo en Occidente a raíz de la guerra ha provocado un drástico aumento de los beneficios en las refinerías que quedan en estos países. Tras varios cierres sonados en los últimos años, en los que el interés inversor en este tipo de proyectos había caído en picado —aunque boyante hoy, es una actividad que solo puede ir a menos largo plazo a causa de la electrificación del parque móvil—, los propietarios de estas instalaciones están aprovechando la, quizá, última oportunidad para hacer dinero en este ámbito.
El ensanchamiento de las ganancias de las refinerías ha proporcionado, además, un as en la manga adicional para las petroleras. Si hasta ahora los márgenes se concentraban en la primera y última fase de la cadena de suministro de hidrocarburos —exploración y producción, y comercialización, respectivamente—, ahora están pudiendo volver a competir de tú a tú con las gasolineras de bajo coste —de las que son suministradores— sin ver mermado su beneficio total.
En otras palabras: incluso sacrificando buena parte de su margen en las estaciones de servicio, en suma, están ganando más dinero que antes. Estos descuentos agresivos en los surtidores llevaron a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a abrir una investigación en diciembre a Repsol, Cepsa y BP por supuestas prácticas anticompetitivas. “Repsol ha aplicado descuentos en sus estaciones de servicio en España que han supuesto un ahorro de 440 millones de euros para sus clientes en 2022, a costa de su cuenta de resultados y en línea con su compromiso con la sociedad en un momento de alta inflación”, argumenta la empresa.
La mayor petrolera española se anotó un beneficio de 3.200 millones de euros en los nueve primeros meses del año pasado, un 66% más que en el mismo periodo de 2021. La petrolera aprovechó, además, la mejora de su cuenta de resultados para reducir su deuda en más de un 60%, disparar su dividendo y acelerar en su plan de compra y amortización de acciones, otra importante vía de retribución a los dueños de su capital.
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