Repsol modera el margen de sus refinerías pero aún gana cuatro veces más que hace un año
La petrolera española se anota 13 euros por cada barril procesado entre julio y septiembre, más del doble que antes de la pandemia
Pese a las incipientes señales de relajación en los márgenes, la crisis energética sigue ofreciendo suculentos réditos económicos para los dueños de las refinerías. Entre julio y septiembre, la mayor petrolera española, Repsol, se anotó un beneficio de 12,7 dólares (13,1 euros) por barril procesado en España, un 45% menos que en los tres meses precedentes pero más de cuatro veces más que en el mismo periodo de 2021. La cifra es, también, muy superior a lo que era habitual antes de la pandemia: en el tercer trimestre de 2019, la ganancia rondaba los 5,5 dólares por barril.
El surgimiento de cuellos de botella en las refinerías europeas a raíz de la guerra es el principal factor detrás del reciente estallido de beneficios de las petroleras europeas en la fase de refino, convertida en la más rentable junto con la exploración y producción de crudo. Este embudo se ha agravado en los últimos tiempos, a medida que se acerca el veto comunitario a las importaciones de productos petroleros rusos, que entrará en vigor en febrero. Uno de los productos en los que más tensiones en la cadena de suministro es el diésel, un recodo en el que los Veintisiete son claramente deficitarios.
Las ganancias récord de las refinerías europeas distan de ser una dinámica exclusiva de Repsol. La anglo-holandesa Shell, la mayor petrolera del bloque —y gran referencia continental— se anotó una ganancia de 15 dólares por barril entre julio y septiembre, lejos de los 28 del trimestre precedente pero —como la española— a años luz de los menos de seis dólares del mismo periodo de un año antes.
A diferencia de lo ocurrido en julio, cuando la compañía presidida por Antonio Brufau justificó que el brutal aumento del margen estaba “condicionado por las excepcionales circunstancias” derivadas de la invasión rusa de Ucrania, esta vez no ofrece ninguna valoración cualitativa en la nota remitida este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Repsol cuenta con cinco refinerías en España: en A Coruña, Tarragona, Puertollano, Cartagena y Bilbao. Cepsa suma otras dos: San Roque (Gibraltar) y La Rábida (Huelva), tras el reciente cierre de la que acaba de empezar a desmantelar en Santa Cruz de Tenerife. Y la británica BP, una más, en Castellón.
Más allá del cambio de dinámica en el mercado provocado por la guerra, el abrupto incremento en los márgenes de refino tiene que ver con el cierre de instalaciones de este tipo en Europa, en previsión de un descenso de la demanda de combustibles en los próximos años, a medida que los coches eléctricos vayan ganando terreno frente a los de combustión. Algo similar sucede en Estados Unidos, donde la capacidad total de conversión de crudo en hidrocarburos está en mínimos de casi una década.
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