La inflación baja en diciembre en Estados Unidos al 6,5%, su mínimo en más de un año
Las subidas de tipos de la Reserva Federal surten efecto con la ayuda de los precios de la energía
Estados Unidos empieza a ganar la batalla a la inflación. Las agresivas subidas de tipos de interés de la Reserva Federal han enfriado la demanda y a eso se ha unido el descenso de los precios del petróleo en los mercados internacionales. Con ello, la inflación cerró 2022 en el 6,5%, según el dato de diciembre publicado este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales. Es la sexta caída consecutiva en la tasa interanual y lleva la inflación a su mínimo desde octubre de 2021. Con el nuevo dato, el banco central podrá seguir frenando el ritmo de las subidas de tipos, como ya hizo en la última reunión de su comité de política monetaria.
Los precios, de hecho, cayeron un 0,1% mensual en diciembre, gracias al abaratamiento de la gasolina, que llega a registrar incluso una caída del 1,5% interanual. Por primera vez en mucho tiempo, llenar el depósito del coche es más barato que un año antes. La inflación subyacente, que excluye en el cómputo los precios de la energía y de los alimentos para consumir en casa, también ha caído, aunque lo ha hecho más ligeramente. Ha pasado desde el 6,0% de noviembre al 5,7% de cierre de año.
La subida de los precios de los alimentos se frena, pero aún sigue a tasas muy elevadas. La compra para comer en casa ha subido un 11,8% en los últimos 12 meses, mientras que los alimentos fuera del hogar se encarecen un 8,3% interanual. En diciembre se han abaratado los billetes de avión, en parte gracias al descenso de los carburantes, y ha bajado también el precio de los coches, especialmente los de segunda mano.
El nuevo dato es también un respiro para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuya popularidad se ha visto especialmente dañada por las subidas de precios. La Casa Blanca ha incluido en la agenda del presidente para este jueves una intervención de Biden sobre la economía y los esfuerzos para hacer frente a la inflación para aprovechar la publicación de un dato favorable. “Aunque la inflación es alta en las principales economías del mundo, en Estados Unidos está bajando mes tras mes, lo que da un respiro real a las familias”, ha dicho. Y tras repasar otros datos favorables de su etapa en el cargo: “Ahora, dos años después, está claro, más claro que nunca, que mi plan económico está funcionando”, ha añadido, antes de tener que hacer frente a una pregunta sobre los papeles clasificados de su etapa de vicepresidente que mantenía en un despacho privado y en su casa.
El abaratamiento de la gasolina desde los máximos previos al verano explica buena parte de la caída de la inflación.
El ritmo de subida de los precios está todavía muy por encima del objetivo de estabilidad de precios fijado por la Reserva Federal, que se sitúa en el 2%, pero es un alivio para su presidente, Jerome Powell. Se suma además, a una moderación en el ritmo de las subidas de los salarios, según los datos publicados la semana pasada, que los responsables monetarios vigilan muy atentamente para evitar que se produzca una espiral de precios y salarios que provoque que la inflación se enquiste más de lo deseado.
En los últimos seis meses, la inflación ha bajado desde el 9,1% de junio. No ha recorrido aún ni siquiera la mitad del camino a la baja hasta el objetivo del banco central. Por eso, el comité de política monetaria prevé seguir subiendo los tipos de interés y mantenerlos altos durante el periodo que sea necesario. En un discurso pronunciado esta semana, Powell ha cantado las bondades de la independencia de la Reserva Federal: “La estabilidad de precios es la base de una economía sana y proporciona al público beneficios inconmensurables a lo largo del tiempo. Pero restablecer la estabilidad de precios cuando la inflación es elevada puede exigir medidas que no son populares a corto plazo, ya que elevamos los tipos de interés para frenar la economía. La ausencia de un control político directo sobre nuestras decisiones nos permite tomar estas medidas necesarias sin tener en cuenta factores políticos a corto plazo”.
El dato de este jueves, sin embargo, abona la tesis de que las subidas de tipos se producirán a un ritmo menor que hasta ahora. Los analistas esperan que en la reunión del 31 de enero y el 1 de febrero la subida sea de solo 0,25 puntos. Tras cuatro ascensos consecutivos de 0,75 puntos porcentuales, la Reserva Federal consideró en diciembre que era momento de frenar e ir viendo cómo despliega sus efectos el endurecimiento de la política monetaria y decidió aprobar una subida de 0,5 puntos, hasta el rango del 4,25%-4,5%.
“Creemos que la lectura de esta semana de la inflación subyacente del índice de precios al consumo consolidará otro paso a la baja en el ritmo de endurecimiento de la Reserva Federal. Tras subir 50 puntos básicos (pb) en la reunión de diciembre, esperamos que la Fed pase a un ritmo de subida de 25 pb a principios de febrero y, en última instancia, se detenga en torno al 5%”, opinan los economistas Tiffany Wilding y Allison Boxer, del gigante de la renta fija PIMCO.
Con el paro en el 3,5%, la tasa más baja en medio siglo, el banco central aún intenta transitar por el estrecho camino que le permitiría evitar una recesión en toda regla y lograr el ansiado aterrizaje suave de la economía. La mayoría ve los economistas ve probable una recesión, pero también esperan que sea suave y no descartan que Estados Unidos consiga evitarla, dada la fortaleza del mercado laboral. Ante la escasez de mano de obra y las dificultades por contratar, las empresas están pensándoselo dos veces antes de despedir a sus empleados, como hacían en otras coyunturas cuando empezaba a caer la demanda, retroalimentando las dinámicas recesivas.
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