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Atasco en el Bósforo tras la entrada en vigor del tope al crudo ruso

Una nueva regulación turca que exige documentos extra de las aseguradoras ha provocado que una veintena de petroleros queden bloqueados

Bosforo
Un buque durante su paso por el Bósforo, en Turquía, el 1 de diciembre.cemal yurttas (dia images via Getty Images)
Andrés Mourenza

Una nueva exigencia burocrática introducida por Turquía a raíz de la entrada en vigor del embargo europeo al petróleo ruso y del tope de precio del crudo originado en Rusia está provocando el bloqueo de buques cisterna en los estrechos que comunican el mar Negro con la cuenca mediterránea, añadiendo cierta presión a la cadena de distribución. Este miércoles, al menos 22 buques permanecían anclados a la entrada de los estrechos turcos del Bósforo y de los Dardanelos, cargados con cerca de 20 millones de barriles de crudo, sin recibir permiso para proseguir hacia los mercados europeos.

El lunes entraron en vigor las nuevas sanciones contra el petróleo ruso aprobadas por los Veintisiete, que incluyen la prohibición de importar por mar crudo de origen ruso a territorio comunitario (con ciertas excepciones para Bulgaria). Además, las sanciones impiden a las aseguradoras cubrir a buques que traten de exportar petróleo de Rusia a terceros países salvo si lo adquieren por debajo del precio establecido como límite (60 dólares el barril).

El lío en los estrechos turcos se ha originado por la incertidumbre que ha generado esta medida unida a la publicación de una nueva regulación turca. Según la norma turca —aprobada el mes pasado en previsión de la entrada en vigor de las sanciones europeas contra el petróleo ruso—, a partir del 1 de diciembre se comenzó a exigir a los petroleros que llegan a los estrechos procedentes de Rusia un documento específico de la aseguradora de protección e indemnización que explicite que los buques están cubiertos bajo cualquier circunstancia durante su navegación por aguas turcas. Este tipo de póliza, conocido como P&I y emitido por mutuas del sector conocidas como P&I Clubs, no cubre la carga o el buque como sí lo hacen los seguros marítimos, sino los daños a terceros y al medioambiente, como por ejemplo derivados de vertidos y accidentes.

En un comunicado, el P&I Club de Londres explicó que el consorcio International Group of P&I Clubs (que aúna el 90% de los seguros de este tipo a nivel global) ha examinado el requerimiento turco y “se ha acordado que los Clubs no pueden ni deben emitir tal documento” a sus asegurados porque “va más allá” de las exigencias habituales. El razonamiento del P&I Club es que aceptar que las pólizas continuarán siendo válidas durante el tránsito por aguas turcas bajo cualquier circunstancia puede suponer que las empresas aseguradoras “violen las sanciones de la UE, Reino Unido y Estados Unidos” si los buques asegurados “intencionalmente o no” las violan, por ejemplo si adquieren crudo ruso a un precio mayor que los 60 dólares estipulados, algo que las aseguradoras no tienen capacidad de comprobar en el momento de emitir una póliza.

“Aunque lo que están pidiendo las autoridades turcas va contra el espíritu y las prácticas de las aseguradoras, no se trata de una exigencia irracional”, afirma el analista y consultor en cuestiones navales Yörük Isik. En su opinión, la exigencia turca se deriva del temor a la “flota fantasma” que ha armado Rusia en los últimos meses para tratar de sortear las sanciones y que está compuesta por un centenar de barcos cisterna a los que quedaba poca vida antes del desguace. La única salida desde las terminales petroleras rusas del mar Negro a los mercados internacionales es a través del Bósforo, un estrecho marítimo con intenso tráfico naval y que atraviesa una megalópolis como Estambul, de 16 millones de habitantes, por lo que el miedo a un accidente de serias consecuencias es constante.

Pero si el objetivo era cubrirse las espaldas ante los buques rusos, los afectados han sido otros. De la veintena de buques varados, la mayoría han sido fletados por compañías occidentales y tienen Europa como destino. Para más inri, el crudo ni siquiera es ruso. Procede de Kazajistán a través del oleoducto CPC, que está excluido de las sanciones europeas, pero como se carga en la terminal del puerto ruso de Novorosíisk, las autoridades turcas han exigido igualmente los documentos extra. En cambio, los buques rusos de la empresa estatal Sovcomflot no han sufrido problemas a la hora de transitar por los estrechos turcos, ya que las aseguradoras rusas sí han emitido las cartas requeridas por Turquía.

“Creo que no hay una conspiración para favorecer a los rusos, sino que se trata de una consecuencia involuntaria. Pero realmente esto favorece a las aseguradoras rusas, mucho menos respetables que las europeas”, opina Isik. “Creo que los P&I Clubs podrían haber elegido negociar con Turquía, en lugar de plantarse”. Con todo, el International Group of P&I Clubs explicó en su comunicado que este lunes inició conversaciones con las autoridades turcas, pero no se han anunciado resultados desde entonces. También Estados Unidos, Reino Unido y diversas embajadas europeas están tratando de buscar una solución.

Las nuevas sanciones europeas han despertado cierta incertidumbre en el sector naviero por los efectos que puedan causar. Dentro de los P&I Clubs, que están conformados por armadores, operadores logísticos y otros actores del transporte marítimo, se teme que las nuevas regulaciones “traigan grandes cambios al mercado de seguros navales”, explica una fuente del sector: “Aparecerán nuevas compañías que cubrirán lo que no cubren las empresas occidentales”. El temor se dirige a aseguradoras rusas, o también chinas o indias, que podrían tomar cierto relevo en un negocio dominado desde hace siglos por los europeos: “No supondrán una competencia real, pero sí cierta pérdida de cuota de mercado para rutas que no necesiten cumplir con los estándares occidentales”.

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