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Claver Carone denuncia represalias contra los que colaboraron con él en el BID

Empleados del organismo piden explicaciones sobre la continuidad de la jefa de gabinete

Claver Carone
Mauricio Claver Carone, expresidente del BID, en una imagen de 2020.Juan Karita (AP)
Miguel Jiménez

Las aguas siguen revueltas en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Tras el cese de Mauricio Claver Carone como presidente, un foro con empleados celebrado la semana pasada por el organismo reflejó las inquietudes de los empleados sobre la situación del banco. Muchas preguntas quedaron sin resolver, incluida la que por más veces se repitió, según el listado al que ha tenido acceso este diario: ¿qué va a pasar con la jefa de gabinete y estrategia de Claver Carone? Mientras, el anterior presidente denuncia en una conversación con EL PAÍS que se están tomando represalias contra quienes colaboraron con él en el banco y defiende su gestión.

Las preguntas de los empleados recogen el descontento de parte de la plantilla del banco con la gestión de Recursos Humanos, la falta de suficientes controles y transparencia y la carencia de una política de nombramientos en relación con el mérito. La gran mayoría de las preguntas eran anónimas, pero recibían votos de los participantes y más de 200 pidieron explicaciones sobre la continuidad de la jefa de gabinete de Claver Carone, Jessica Bedoya. Muchas reflejan el estado de opinión que describían recientemente actuales y antiguos empleados de la entidad, de miedo a las represalias.

Claver Carone, sin embargo, defiende su gestión. “El banco ha tenido siempre una historia de funcionamiento en silos, de pocos resultados y un historial de corrupción y yo quería acabar con eso. Cuando llegué al banco dejé claro desde el principio que mantener el status quo no era una opción”, explica a EL PAÍS. “Yo tengo una manera directa de hacer las cosas, y un estilo directo a veces puede interpretarse como agresivo porque yo no me callaba. Durante muchos años el banco había sido la peor institución financiera del mundo, incluso estuvo expuesta a las subprime. Mi objetivo era fomentar la innovación y los resultados, y esa cultura de resultados y de satisfacción al cliente choca con personas que han estado ahí 20 o 30 años”.

“Yo no tengo la hipocresía que dominaba el banco, es una cultura diferente, puede que haya habido con eso algunos malentendidos culturales porque yo he sido directo y honesto y ahora veo que personas que han estado vinculadas a casos de corrupción se permiten criticarme”, continúa.

Se defiende también de las críticas por haber prescindido de personas con mucha experiencia en el banco y haber promovido a otras que, según exempleados del banco, eran más fáciles de controlar y manipular: “Cambiamos a personas porque los ministros de los países para los que trabajaban lo pidieron. Los clientes no estaban satisfechos y yo traje al banco la idea de la satisfacción al cliente. Además, esos cambios han permitido ascender a mujeres talentosas que tenían un techo de cristal. Las personas que salieron lo hicieron con paquetes sumamente generosos para el resto de su vida. No son víctimas. En ninguna empresa ni Gobierno se les hubiese dado lo que recibieron. Yo no he tomado represalias, he cambiado a gente para tener mejores resultados. Pero ahora está habiendo represalias contra los que trabajaron conmigo en el banco”.

Algunos directores y gobernadores del banco también señalan que la situación en los órganos de la entidad era insostenible. “En el directorio había un ambiente tenso porque yo no me callaba y desafiaba el poder histórico del banco y cuotas de capital que no reflejan ya el verdadero peso económico de los países, yo quería reformar el banco y la gobernanza, pero ahora nunca más se va a poder modernizar”, responde.

Claver Carone se queja también de lo que considera que ha sido un proceso sin reglas. “Me han querido vilipendiar y difamar y al final me han sacado del banco sin causa. Yo no tuve una relación, nadie puede decir que he incumplido las reglas del banco y la resolución de mi cese no lo dice”. EL PAÍS ha tenido acceso a esa resolución en la que efectivamente no se cita una causa. En la propuesta de resolución se menciona el informe realizado por la firma de abogados Davis Polk, aunque sin entrar en sus conclusiones.

El expresidente defiende las subidas de sueldo a su jefa de gabinete. Señala que le ocultaron el sueldo del anterior jefe de gabinete y de los anteriores vicepresidentes y que cuando supo que sus cargos estaban cobrando mucho menos que sus predecesores les subió el sueldo. Pese a ello, asegura, ahorró 1,5 millones en salarios de la oficina de presidencia frente a su antecesor. Y destaca que su jefa de gabinete tenía una “experiencia nunca vista en esa posición, por su paso previo por la CIA, el Departmento de Estado, la Casa Blanca y el Development Finance Corporation”. Considera que el hecho de que los ataques se centren en ella es “puro machismo y discriminación”. “Desafortunadamente, estamos viendo en el banco el mismo machismo que plaga la región”, señala a EL PAÍS.

La carta de despedida

En su carta de despedida a los gobernadores del banco, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, Claver Carone se quejaba de no haberse podido defender adecuadamente: “Según todos los parámetros, el 2021 demostró ser el año más exitoso desde la fundación del Banco hace 63 años. Desgraciadamente, no tuve la oportunidad de presentar mi caso a los 48 miembros del Directorio Ejecutivo ni a ustedes, la Asamblea de Gobernadores”. Y hacía una defensa cerrada de su gestión: “Optimizamos nuestros balances para lograr un financiamiento récord de 23.500 millones de dólares, al mismo tiempo que implementamos un ahorro de costos sin precedentes; construimos confianza en el sector privado para lograr récords de cofinanciación y movilización; obtuvimos los mayores avances en un solo año en los indicadores de transparencia y en las encuestas de satisfacción de las partes interesadas; luchamos contra el sexismo al nombrar a la mayor cantidad de mujeres en puestos de toma de decisiones en la historia del Banco; rechazamos la extorsión y el clientelismo, asegurando que por primera vez los países pequeños estuvieran representados en los puestos más altos; conseguimos el apoyo que anteriormente se había perdido de los líderes del Congreso de Estados Unidos y de las organizaciones no gubernamentales, y corregimos el favoritismo erróneo del Banco hacia China durante la última década”.

El ya expresidente también lanzaba una andanada de críticas: “En la región muchos se han quedado estancados en el statu quo. Las burocracias de la vieja guardia están altamente arraigadas en sus propios intereses, y su sentido de privilegio es demasiado pronunciado. En lugar de trabajar por el progreso, están atascadas en un ciclo de ideologías populistas y clientelismo político. Mientras tanto, en Estados Unidos, la Administración Biden sufre de miopía partidista y de la falta de una estrategia cohesionada”, decía. Se quejaba también de “arbitrariedad”, de la “falta de un debido proceso” y de desprecio de los procedimientos en su destitución.

La presentación de candidaturas para la presidencia está abierta hasta el 11 de septiembre y la votación está agendada para el día 20 de ese mes. En el banco, el ambiente continúa enrarecido, como mostraron las preguntas planteadas a la presidenta en funciones, Reina Irene Mejía, que en su mayoría quedaron sin respuesta.

Las preguntas de los empleados

La que recibió más apoyo de los participantes fue esta: “¿Por qué la otra persona implicada en la investigación no ha sido destituida de su cargo? Esto es un insulto a la institución y a los empleados. Además, nos merecemos al menos una disculpa de RRHH, mientras luchábamos contra la inflación pidiendo un aumento de sueldo, nos decían que dejáramos de quejarnos, pero autorizaban aumentos salariales obscenos a la jefa de gabinete?”. Hubo una decena de preguntas más en el mismo sentido y muchos participantes pidieron sin éxito que se respondiese. En varias intervenciones se citaron las informaciones publicadas por EL PAÍS sobre el relevo en el banco.

Esta es una selección de algunas de las preguntas planteadas por los empleados del banco durante el foro, casi todas ellas, de forma anónima, lo que según uno de los participantes era también una llamada de atención sobre la falta de confianza de los empleados en los líderes del organismo. En conjunto, muestran una panorámica de las preocupaciones de la plantilla del banco:

—¿Cómo planea trabajar el banco para cambiar el clima de miedo a las represalias? ¿Solo cambiar el presidente es suficiente?

—¿Qué niveles de la administración serán removidos? Por ejemplo, VP, gerentes, representantes o también las posiciones que han seguido procedimientos competitivos amplios y transparentes. La cultura del terror no es admisible.

—Celebramos que el directorio volvió sobre sus pasos, puesto que fue el mismo directorio quien puso al expresidente a comandar nuestra institución y fuimos nosotros los que sufrimos la política de terror y control. ¿Cómo puede el staff tener una participación en la decisión del nuevo/a presidente?

—Es importante reconocer que en la administración anterior existía un miedo generalizado a las represalias de los altos cargos hacia los empleados por denunciar los abusos de poder. Esto debe corregirse y ser una prioridad para la nueva administración.

—¿Van a cambiar la manera en que las cosas se denuncian? Es obvio que el sistema actual no funciona y que la confianza en Recursos Humanos y Ética se ha perdido. Por ejemplo, ¿tendremos algún cambio en los procesos o políticas de recursos humanos, como en la debida diligencia relacionada con el aumento de salarios a personas con mínimas experiencia en la institución?

—¿No deberían seleccionarse los ejecutivos por su competencia? La política (incluidas las “cuotas” de los países) y los favores juegan un papel demasiado importante.

—¿Habrá una estrategia de Recursos Humanos, con reformas profundas para premiar la meritocracia y no continuar respondiendo a interés personales y favoritismos?

—¿Van a cambiar la manera en que las cosas se denuncian? Es obvio que el sistema actual no funciona y que la confianza en Recursos Humanos y Ética se ha perdido.

—¿Por qué hubo tanto silencio de la alta administración ante los atropellos que se cometieron?

—El expresidente ha emprendido una campaña de desprestigio del Gupo BID, usando medios de comunicación para difundir calumnias y justificar sus actos que van en contra del código de ética. ¿Qué está haciendo el Banco para mitigar este daño reputacional ante la opinión pública?

—¿Qué cambios en nuestros procesos internos, sistemas de transparencia, y contrapesos (“checks and balances”) fueron impulsados por este proceso? Por ejemplo, ¿tendremos algún cambio en los procesos o políticas de recursos humanos, como en la debida diligencia relacionada con el aumento de salarios a personas con mínimas experiencia en la institución?

—¿Habrá alguna nueva regla para que no se repita que gobernadores que votan por un presidente, luego sean nombrados en la alta administración, comprometiendo su independencia?

Y ante la falta de respuesta a muchas de esas cuestiones, hubo también muchas intervenciones como esta: “¿Por qué no leen las preguntas más votadas? Son las más representativas de la gente”.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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