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Un antiguo directivo acusa a Twitter de “engañar” a todos con sus problemas de ciberseguridad

Los accionistas de la compañía aprueban la venta a Elon Musk con el 98,6% de los votos

Peiter Zatko Twitter
Peiter Zatko, exjefe de seguridad de Twitter, presta juramento antes de declarar ante una comisión del Senado.Jacquelyn Martin (AP)
Miguel Jiménez

Peiter Zatko, el legendario pirata informático convertido en jefe de seguridad de Twitter, ha acusado este martes ante una comisión del Senado de Estados Unidos a la red social de “engañar” a todos con los problemas de ciberseguridad de la empresa. En una dura intervención ha acusado a los directivos de la empresa de ser conscientes de los problemas y de esconderlos, poniendo al alcance de servicios de espionaje y de potenciales atacantes los datos de sus usuarios. Las acusaciones, ya incluidas en una denuncia ante los reguladores que trascendió hace unas semanas, llegan en pleno proceso de venta de la compañía a Elon Musk. Los accionistas han aprobado la operación este martes definitivamente con una mayoría abrumadora del 98,6%, pero el magnate se niega ahora a comprar la empresa aduciendo, entre otras, las acusaciones de Zatko.

“Desde noviembre de 2020 hasta enero de 2022 fui miembro del equipo directivo de Twitter. En mi papel, fui responsable de la seguridad de la información, la privacidad, la ingeniería, la seguridad física, la tecnología de la información y el soporte global de Twitter. Estoy aquí hoy porque la dirección de Twitter está engañando a los legisladores públicos, a los reguladores e incluso a su propio consejo de administración”, ha empezado Zatko su comparecencia.

Según el exdirectivo, los fallos de ciberseguridad de Twitter la hacen vulnerable a los ataques, “causando un daño real a personas reales”. “Cuando una plataforma de medios de comunicación influyente puede ser comprometida por adolescentes, ladrones y espías, y la compañía crea repetidamente problemas de seguridad por su cuenta, eso es un gran problema para todos nosotros”, ha afirmado. “Cuando llevé pruebas concretas de estos problemas fundamentales al equipo directivo, y repetidamente hice sonar la alarma (...) el equipo ejecutivo optó por engañar a su consejo de administración, a los accionistas, a los legisladores y a la opinión pública en lugar de abordar los problemas”, ha asegurado.

En parte, sostiene Zatko, los directivos estaban poco capacitados para entender los problemas. “Pero lo más importante es que los incentivos de sus ejecutivos les llevaron a priorizar los beneficios sobre la seguridad”, ha explicado. Parafraseando al escritor Upton Sinclair, ha dicho: “Es difícil conseguir que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda”.

La compañía ha acusado a Zatko a actuar por venganza por su despido y señala que su trabajo no fue satisfactorio. Zatko lo niega: “No hice las revelaciones de mi denuncia por despecho o para perjudicar a Twitter. Lejos de eso, sigo creyendo en la misión de la empresa y en su éxito. Pero ese éxito solo puede darse si se protege la privacidad y la seguridad de los usuarios de Twitter y del público”, ha señalado.

Un espía chino

Según el directivo, los empleados de la compañía tienen demasiado acceso a todos los datos de los usuarios. Ha indicado a los propios senadores que sus datos están en riesgo y también ha asegurado que al menos un miembro del espionaje chino trabajaba en la compañía y tenía por tanto acceso a datos privados potencialmente comprometedores.

El consejero delegado de Twitter, Parag Agrawal, ha declinado comparecer ante la comisión del Senado que estudia los potenciales problemas de seguridad de Twitter alegando que eso podría perjudicar los intereses de la compañía en plena batalla legal contra Elon Musk.

El magnate envió una carta el 8 de julio diciendo que rompía el acuerdo de compra porque Twitter tenía demasiadas cuentas de usuario falsas, un argumento que no resultaba muy convincente y que tampoco se ve respaldado por las acusaciones de Zatko. La red social le ha demandado ante un juzgado de equidad de Delaware para hacerle cumplir el acuerdo de compra de la empresa por unos 44.000 millones de dólares. Posteriormente, al conocer la denuncia del exjefe de seguridad, Musk envió una segunda carta de ruptura a finales de agosto en que decía que esas denuncias revelaban un incumplimiento de los acuerdos de fusión. Y todavía ha enviado una tercera carta de rescisión al conocer la indemnización de 7,75 millones de dólares por despido que recibió Zatko.

En el acuerdo de fusión, Twitter afirmaba que cumplía con la legislación en vigor y que había comunicado información veraz a los supervisores sobre su situación y sus riesgos, lo que la denuncia de Zatko pone en entredicho. En el acuerdo de fusión, Twitter también garantizaba que había revelado “cualquier fraude en conocimiento de la compañía, sea o no relevante, que involucre a la dirección o a otros empleados que tengan un papel significativo en el control interno de la compañía sobre los informes financieros”. Ahora, Musk asegura que esa declaración era falsa y, por tanto, un incumplimiento. Twitter responde que las denuncias de Zatko “están plagadas de incoherencias e inexactitudes y carecen de un contexto importante” y pretende hacer cumplir el acuerdo.

Los accionistas de la red social han aprobado la operación formalmente en la junta celebrada este martes, aunque ya este lunes los votos favorables eran suficientes para darla por aprobada. Una mayoría abrumadora del 98,6% de los accionistas que han votado lo ha hecho a favor de la venta, según los resultados preliminares comunicados por la empresa. Musk, que aparentemente no ha participado en la votación, ofrecía 54,20 dólares por acción y los títulos cotizan en el entorno de los 41 dólares, así que para los accionistas la elección estaba clara. Según Twitter, eso obligaría a Musk a cerrar la operación en dos días, pero ahora dependerá del juicio previsto para la semana del 17 de octubre que se lleve o no a cabo.

Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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