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ENERGÍA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Europa a todo gas

Si la guerra se prolonga hasta el invierno, muchas empresas europeas pararán su produccióny millones de familias se verán forzadas a reducir su consumo

Energía alemania
Torres de electricidad en la principal estación de trenes de Fráncfort, Alemania.KAI PFAFFENBACH
José Carlos Díez

Las causas del shock de inflación mundial en 2021 comienzan a remitir. La producción industrial mundial ha caído desde que comenzó la guerra de Ucrania. Mientras en EE UU y en Europa la producción prácticamente se ha estancado, en China y Japón se ha desplomado casi un 10%. China sufre los efectos del pinchazo de su burbuja inmobiliaria. Eso ha reducido la demanda de materias primas y los precios se han derrumbado en el caso de alimentos y metales.

El precio del petróleo ha caído un 25% desde máximos. Lo mismo ha sucedido con los costes de transportar un contenedor. Eso ayuda a explicar la caída de la tasa de inflación en EEUU en julio. Sin embargo, en Europa los precios del gas y la electricidad y la inflación continúan al alza. La causa son los efectos de la guerra de Ucrania, principalmente el riesgo de corte de suministro de gas desde Rusia. Europa Central depende de esos gaseoductos y no hay alternativa en menos de dos años al gas ruso. Seis meses después se reactiva la posibilidad de conectar la estructura de gas española con la francesa para usar el exceso de capacidad de regasificación, Francia dilata la decisión.

Estamos en una guerra desigual; Putin tiene un ejército muy superior, no tiene oposición interna y toma decisiones en horas, Europa toma decisiones en meses, Zelensky hace videos en TikTok y Biden tiene un ojo mirando a Taiwán y el otro a las elecciones de noviembre, donde las encuestas anticipan una debacle para los demócratas.

Los países europeos han seguido la recomendación de la Comisión de llenar al menos el 80% sus reservas de gas y se va a conseguir un mes antes de lo previsto. El problema es que con menos gas por el tubo y más presión de demanda para recomponer los inventarios, el precio se ha disparado a máximos. A la guerra se ha sumado la peor sequía en Europa en décadas que ha aumentado la demanda de gas para producir electricidad. En España hoy pagamos 165 euros por MWh por el gas, cuando en la década anterior el promedio estuvo próximo a 20 euros. En Holanda los futuros del gas referencia europeo están ya a 230 euros para el otoño. Y en España, a 200 euros.

Los precios de la electricidad en Europa están hoy por encima de 500 euros por MWh, diez veces más que antes de comenzar la crisis. En España, el tope del gas ha funcionado pero el coste del subsidio nos cuesta a los consumidores unos 80 euros por MWh. Eso es más de lo que nos costaba toda la electricidad antes de comenzar la crisis.

Tarik Erdogan, Presidente de Turquía, acaba de convocar a Putin y a Zelensky a una mesa a negociar. Putin no se manifiesta y Zelensky exige que Rusia abandone todo el territorio ucraniano, incluido Crimea que lo ocupa desde 2014. El Gobierno alemán ha advertido que con sus reservas actuales podría suplir el consumo de tres meses. Si la guerra se prolonga hasta el invierno, los precios del gas y de la electricidad seguirán en niveles insostenibles, muchas empresas europeas pararán su producción, y millones de familias se verán forzadas a reducir su consumo. El futuro dentro de un año del precio de la electricidad en Francia está a 700 euros por MWh.

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