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Castellana Properties vuelve al club de las socimis milmillonarias

La valoración de activos de la compañía inmobiliaria se eleva a 1.001 millones a cierre de su ejercicio fiscal, 1.091 si se suma su participación en Lar España

José Luis Aranda
Castellana Properties
Centro comercial de Castellana Properties en Badajoz, en una imagen facilitada por la compañía.

Castellana Properties ha vuelto al club de las socimis (sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria) que pueden presumir en España de tener edificios por más de 1.000 millones. La compañía, especializada en centros comerciales, ha presentado este martes sus resultados anuales (su ejercicio fiscal comprende del 1 de abril al 31 de marzo) con una valoración de activos de 1.001 millones de euros, un 1,4% más que un año atrás. La firma vuelve a superar así la marca que había perdido como consecuencia de la pandemia, aunque todavía no alcanza los 1.028 millones que valían sus edificios en septiembre de 2019 (cuando tenía dos inmuebles más, de oficinas, que ha vendido). Esa cifra sí la supera, sin embargo, si incorpora en su balance el resultado de su participación en Lar España, lo que eleva el valor bruto de sus activos hasta 1.091 millones de euros, su máximo histórico.

El pasado enero, Castellana Properties, participada en más de un 82% por el fondo sudafricano Vukile, anunció la compra de un 21,7% de Lar España, otra socimi especializada en centros comerciales y una de las pocas (solo lo hacen cuatro de las más de 80 que hay en España) que cotizan en el mercado continuo. La compra, que se valoró en algo más de 97 millones, ha sido calificada por Alfonso Brunet, consejero delegado de Castellana Properties, como “una buena inversión financiera”. Brunet ha recordado que su compañía es actualmente el accionista de referencia en Lar España y no ha descartado ampliar su participación “si existe la oportunidad y los precios están bien”, aunque también ha recalcado que no existe “ninguna intención” de alcanzar el límite de participación (30%) que obligará legalmente a lanzar una opa.

En cuanto a los resultados anuales, la socimi declara un beneficio neto de 45,7 millones en el último ejercicio, frente a pérdidas de 31,9 millones el año pasado. Los ingresos por rentas entre el 1 de abril de 2021 y el 31 de marzo de este año ascendieron a 58,8 millones, un 0,3% más que el año pasado. En el periodo, Castellana Properties bonificó rentas a sus inquilinos equivalentes a 3,3 millones. Es una muestra de la mejora de la situación económica de España, ya que el año anterior esas bonificaciones (acuerdos para rebajar las rentas, ante las dificultades económicas de muchos inquilinos) ascendieron a 19 millones.

Otra prueba de la recuperación de la economía son los indicadores de afluencia y ventas en los activos de la socimi. En los 16 centros comerciales y parques de mediana que tiene Castellana Properties (cuyo negocio principal es el arrendamiento de esos espacios), las ventas acabaron el pasado 1 de marzo un 6,9% por encima de las de 2019, el último año antes de la pandemia. La afluencia a esos mismos lugares acabó el año en un 94,4% de la afluencia precovid, aunque esa brecha de casi seis puntos porcentuales —explica la compañía— se ha cerrado ya durante el mes de abril, que pertenece al siguiente ejercicio fiscal.

Las socimis son compañías especializadas en la inversión inmobiliaria, una figura societaria que copia la de otros muchos países (conocidas genéricamente por las siglas inglesas reit). A cambio de repartir anualmente un elevado porcentaje del dividendo, no tienen obligación de pagar el impuesto de sociedades (lo tributan al 0%). En la última década, en España han proliferado más de 80 compañías de este tipo, aunque son de tamaño en general modesto. Solo ocho (incluyendo a Castellana Properties) tienen edificios por valor de más de 1.000 millones. Las mayores, Merlin Properties y Colonial, cotizan en el Ibex 35 y poseen inmuebles (mayoritariamente oficinas para alquiler) por más de 12.000 millones cada una.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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