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La carga fiscal sobre el trabajo crece en la mayoría de los países de la OCDE

La progresiva retirada de los estímulos diseñados para hacer frente a la covid elevó en 2021 la presión sobre los sueldos

Laura Delle Femmine
Un hombre trabaja en una obra, a 10 de febrero de 2022, en Madrid (España).
Un hombre trabaja en una obra, a 10 de febrero de 2022, en Madrid (España).Eduardo Parra (Europa Press)

La covid ha dejado de golpear tan fuerte y ha llevado a los gobiernos a reducir los estímulos diseñados para proteger rentas y empresas en los momentos más duros de la crisis. Uno de los resultados de esta progresiva retirada es que, en 2021, la carga fiscal sobre el trabajo aumentó en la mayoría de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tras registrar en 2020 el mayor retroceso desde la crisis financiera. Aun así, las subidas han sido contenidas, y no han logrado compensar del todo los descensos registrados en algunos Estados: en el conjunto del bloque, la carga fiscal para los trabajadores se redujo ligeramente en 2021 (0,06 puntos porcentuales), hasta el 34,6% del salario.

La denominada cuña fiscal aumentó en hasta 24 de los 38 Estados que conforman la OCDE, según el informe Taxing Wages que el organismo publica este martes. Entre ellos está España, que durante la crisis sanitaria y económica no redujo los impuestos al trabajo y eligió el instrumento de los ERTE para mantener a flote las rentas. La carga fiscal sobre los salarios ―impuesto sobre la renta y cotizaciones, restados beneficios fiscales― aumentó levemente, en 0,28 puntos porcentuales, hasta el 39,3%. Con este porcentaje, el país vuelve a situarse en los niveles previos a la pandemia y se mantiene en el lugar 16 de los 38 países de la OCDE con las cargas más elevadas, la misma posición que ocupaba en 2020.

En este cómputo, el impuesto sobre la renta que los trabajadores abonan en España pesó un 11,3% sobre el coste laboral total, por debajo de la media del bloque, del 13%. En cuanto a las cotizaciones sociales, las que soporta el trabajador (4,9%) se situaron por debajo de la media (8,2%), mientras que las abonadas por el empresario se situaron muy por encima, suponiendo el 23% del coste laboral frente a un promedio del 13,5%.

Disparidad

El informe publicado este martes diseña un mapa muy heterogéneo, en el que queda marcada la diferencia de modelo que existe entre los países del bloque comunitario y el resto de socios de la OCDE: todos los miembros de la UE registraron en 2021 una carga fiscal sobre el trabajo superior a la media del club de las economías avanzadas. La única excepción es Irlanda ―que sin embargo se queda muy cerca, con un 34%―, que cuenta en general con tipos impositivos por debajo del promedio europeo.

Es así que los países de la OCDE con la carga impositiva más pesada sobre el trabajo son todos miembros de la UE: la lista la encabeza Bélgica (52,6% del coste laboral total), seguida por Alemania (48,1%), Austria (47,8%), Francia (47%) e Italia (46,5%). Los porcentajes más bajos se registraron en Colombia (cero) y Chile (7%). España está cinco puntos por encima de la media de la OCDE, pero 13,3 puntos por debajo de Bélgica. En 36 de los 38 países analizados los sueldos medios aumentaron, contribuyendo también a la subida de los costes salariales.

La mayoría de los 24 países de la OCDE que registraron repuntes en la imposición fiscal sobre el trabajo experimentaron un incremento del IRPF, en otros hubo reducción de las detracciones fiscales. Los incrementos fueron sin embargo moderados, superiores al punto porcentual solo en Estados Unidos y Finlandia.

La carga fiscal sobre los salarios se redujo en 12 países y en dos (Costa Rica y Colombia) se mantuvo estable. El retroceso más importante se registró en República Checa (-4,12 puntos), tras reformar la base imponible del impuesto sobre la renta, seguido por Grecia (2,23 puntos), Letonia (1,73) y Australia (1,25). En más de la mitad de los países que registraron descenso hubo variaciones en la imposición sobre la renta.

El rol de este último impuesto, que en España es el tributo más potente de todo el sistema fiscal, varía mucho en los países del bloque. Su peso, en porcentaje sobre el total de los costes laborales es igual a cero en Colombia, Chile y Costa Rica, e inferior al 10% en República Checa, Grecia, Japón, Corea, México, Polonia y Eslovaquia. Los guarismos más elevados se dan en Dinamarca (35,5%). En cuanto a las cotizaciones sociales a cargo del empleado, Eslovenia y Lituania se sitúan a la cabeza, en las pagadas por el empleador el porcentaje más alto es el de Francia (26,6%), aunque hay otros nueve países en la parte alta de la lista que superan el 20%, entre ellos España.

La carga fiscal media en el caso de una pareja con hijos suele ser inferior a la que soporta un trabajador solo. De media, para un matrimonio con dos hijos en el que ambos progenitores tienen ingresos, el porcentaje ascendió al 28,8% en promedio en la OCDE. También en este caso, en España la cifra está por encima: en 2021 subió un 0,63%, situándose en el 36,2%. Le superan Bélgica (45,2%), Alemania, Francia, Italia, Suecia, Austria, Turquía, Finlandia, Portugal y Eslovenia.

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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