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Florentino Pérez elude hablar a los accionistas de ACS de la opa de Atlantia e insiste en que crecerán en concesiones

El presidente de la constructora española avanza que estudia comprar autopistas de peaje en EE UU

María Fernández
Florentino Perez ACS
El presidente de ACS, Florentino Pérez, junto al secretario consejero José Luis del Valle.Juan Lázaro

“¡Hala Madrid!” El curioso mensaje de felicitación de José Antonio Barrio, uno de los dos accionistas que tomó la palabra en la junta de ACS celebrada este viernes (el otro fue el exeurodiputado Alejo Vidal-Quadras), puede resumir el tono del encuentro. Pese a que la suya era una intervención para afear que las 1.000 acciones que había comprado en 2007 han perdido un 30% de rentabilidad y pedir que se estudie elevar los dividendos, terminó alabando la gestión de la compañía, que el año pasado vivió uno de esos ejercicios históricos: obtuvo un beneficio de 3.045 millones tras anotarse las jugosas plusvalías que generó la venta de su división industrial, Cobra, a la firma francesa Vinci y que ha dejado la caja de la compañía repleta para futuras operaciones. Florentino Pérez, el presidente, lo hizo notar en su repaso del ejercicio plagado de cifras en crecimiento: 27.837 millones de euros en ventas (de EE UU proceden el 53%, el 19% de Australia y el 11% de España); una cartera récord de 67.262 millones, un 11,3% más, y una evolución “muy positiva de la contratación” que se refleja en “una sólida generación de caja”.

La venta de Cobra convirtió los más de 2.000 millones de deuda que tenían un año antes en 2.009 millones en positivo. Y con esa liquidez presentaron el pasado abril la opa por Atlantia, su socia en Abertis. Un movimiento que abrió una dura batalla de la compañía aliada con Brookfield y GIP frente a la familia Benetton y Blackstone.

La filial alemana de ACS, Hochtief, también lanzó una oferta pública de adquisición (opa) para hacerse con el 21,4% del capital que todavía no controla de su filial en Australia, Cimic, por un importe total de 940 millones de euros. En Australia, Cimic parece haber superado los problemas del pasado por sobrecostes inesperados (de hecho, su consejero delegado allí, Juan Santamaría, comenzará desde este viernes a pilotar todo el grupo). Sus ventas crecieron un 12% hasta los 6.137 millones y tiene una cartera de 21.248 millones, un 10,3% más, con adjudicaciones de dos túneles en Melbourne, la primera fase de la autopista M6 en Sidney o la red de transmisión de alta tensión en Queensland.

Pero las miradas estaban puestas sobre todo en la opa sobre la concesionaria italiana de autopistas Atlantia. La operación está lejos de acabar, pero Pérez eludió referirse a ella ante los accionistas y se centró en que afrontan “un futuro más exigente”. Un escenario en el que, dijo, van a “concentrar recursos y esfuerzos para afianzar la cartera de concesiones”. Los casi 5.000 millones de euros que ACS recibió por la operación siguen siendo una poderosa arma para comprar compañías. “Construcción y concesiones están estrechamente unidas. La venta de servicios industriales de diciembre a Vinci es el hito estratégico más relevante de los últimos años”, destacó Pérez. “El primer objetivo es la reinversión en desarrollo de activos concesionales para conseguir activos con casflow más recurrente. Con tal fin vamos a utilizar las dos palancas de las que disponemos: Iridium y Abertis, concentrándonos en mercados estratégicos”.

Más allá de eso, Pérez solo mencionó que también están analizando diversas oportunidades para comprar autopistas de peaje en Estados Unidos que esperan anunciar próximamente. Quizá la operación en Italia sea demasiado complicada, o quizá la resistencia de los Benetton haya sido mayor de lo esperado: lo cierto es que Edizicione, el holding inversor de la familia, se ha propuesto excluir a Atlantia de Bolsa para eliminar a sus rivales. El silencio de Pérez en la junta puede interpretarse como un deseo de apaciguar la tensión con sus socios en Abertis. Un objetivo que se vería reforzado por otro de los mensajes de la junta de accionistas de este viernes que ha repetido en los últimos meses: la orientación del negocio hacia las energías renovables. El acuerdo con Vinci incluía la creación de una sociedad conjunta para impulsar este negocio, en la que ACS tiene un 49% de participación. Entre sus activos destaca el desarrollo de tres gigavatios en energía fotovoltaica en España, 320 megavatios eólicos en Latinoamérica, tres plantas termosolares o los 50 megavatios de eólica marina.

El resto del repaso de Florentino Pérez no dejó atrás los nuevos proyectos en construcción en mercados maduros. Como constructora más importante de EE UU, allí tiene una cartera de 32.985 millones en proyectos. El 75% de las obras que realiza en el país a través de su filial Turner son de edificaciones no residenciales. El resto son proyectos de obra civil realizados por dragados USA y Flatiron.

La plusvalía de Cobra (2.909 millones) también ha servido para apuntalar el dividendo, de dos euros por acción. El presidente insistió en varias ocasiones en que la del grupo es una gestión “enfocada al accionista” y aseguró que espera que esa remuneración se mantenga en el futuro.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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